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Análisis Razer Kiyo Pro Ultra: el tamaño (del sensor) importa

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Análisis Razer Kiyo Pro Ultra: el tamaño (del sensor) importa

En el imaginario colectivo, una cámara como la Razer Kiyo Pro Ultra, una cámara presentada en el CES 2023 y que supone un nuevo salto hacia arriba sobre ya destacable Kiyo Pro, se escapa, por mucho, del concepto de cámara para ordenador. Esto es comprensible, claro, pues basta una rápida visita a cualquier tienda online para encontrar dispositivos que ofrecen, según sus especificaciones técnicas, unas prestaciones más que avanzadas, por precios que incluso pueden encontrarse por debajo de los diez euros. En contraposición, nos encontramos con cámaras como esta de Razer, que suponen una inversión importante. Esto, claro, hace que nos preguntemos si tiene sentido hacerse con un dispositivo como éste. Esta review pretende dar respuesta a esa pregunta, pero la respuesta rápida es que, para aquellos usuarios para los que ha sido diseñada, la respuesta es un sí sin matices.

¿Y para qué usuario ha sido diseñada? La primera respuesta, aunque no la única, es el creador de contenidos. Hablamos de youtubers, streamers, creadores de cursos en vídeo, vídeo periodistas, etcétera, es decir, profesionales para los que la calidad de imagen es una necesidad básica para hacer bien su trabajo. Más adelante, en este análisis, profundizaremos en los elementos (tanto físicos como de software) que elevan esta Razer Kiyo Pro Ultra a la excelencia, pero de momento baste decir que comparar esas webcams baratas que mencionaba al principio con esta cámara es como intentar establecer equivalencias entre un patinete y un monoplaza de Fórmula 1. Sí, ambos vehículos nos permiten desplazarnos, y hasta puede que tengan los mismos colores, pero ahí acaban las similitudes.

La fotografía y el vídeo son, en esencia, el arte y la técnica de capturar la luz. Sé que esto es obvio, pero en ocasiones no lo tenemos en cuenta a la hora de valorar las especificaciones técnicas de las cámaras. O, para ser más exactos, las de los componentes responsables de soportar las especificaciones de dichos dispositivos. Y eso, como ya puedes imaginar, tiene como consecuencia que algunos fabricantes, especialmente los de dispositivos muy baratos, hinchen el currículum de los mismos, dejando bajo la alfombra los pobres medios técnicos con las que las ofrecen.

Análisis Razer Kiyo Pro Ultra: el tamaño (del sensor) importa

Esto me recuerda a los tiempos, hace ya cerca de un par de décadas, en los que se desencadenó la guerra de los vatios en los altavoces baratos para PC. Aquello era insólito pues, a la vista de las especificaciones técnicas, un par de altavoces de 15 euros prometían una salida de hasta 360 vatios. Mientras tanto, mío par de altavoces + subwoffer, que ofrecían alrededor de la décima parte de potencia de la prometida por los baratos, me habían costado unas diez veces el precio de los baratos. ¿Cuál era el truco? Que los míos eran capaces de reproducir el sonido a la potencia indicada con buena calidad, mientras que los de 15 euros sonaban regular-mal desde el primer momento, y el pico de potencia (pues a eso se refería la referencia) solo ser obtenía reproduciendo determinada frecuencia, en determinadas condiciones, de manera muy puntual. En el uso real? Y con una calidad bastante más pobre podían situarse alrededor de los cinco vatios.

Con las cámaras ocurre algo parecido. Técnicamente se puede hacer una cámara absolutamente minúscula que ofrezca capturar vídeo en resoluciones FullHD y superiores. Ahora bien, ¿cómo lo hará? La respuesta rápida es que mal. Para la respuesta completa debemos entender cómo funciona un elemento clave de las cámaras: el sensor.

Análisis Razer Kiyo Pro Ultra: el tamaño (del sensor) importa

Sensor: cuestión de tamaño

Ya lo he comentado antes, tomar fotos y grabar vídeos consiste, de una manera básica, en capturar luz, y el sensor es el elemento responsable de dicha operación. Hay diversos elementos que repercuten en lo que llega al sensor, como la óptica, la abertura del obturador (o su emulación), el tiempo de exposición de cada toma, filtros ópticos, etcétera. Ahora bien, todos estos elementos están al servicio del sensor, de proporcionarle la cantidad de luz exacta que queremos que capture, y es la superficie de éste, mediante una gran matriz de celdas, la que captura la imagen descompuesta en cada píxel individual.

A partir de este punto es sencillo colegir que el tamaño de dichas células resulta determinante en la calidad de las imágenes capturadas por el sensor. Es cierto, claro, que la miniaturización ha permitido ir reduciendo el tamaño de los sensores sin que la calidad se vea afectada, pero incluso teniendo esto en cuenta, el tamaño sigue siendo un factor determinante. Si un sensor es muy pequeño, el tamaño de sus celdas será, claro, menor, será la cantidad de luz que pueden capturar, y menos se «separará» ésta de la capturada por las celdas colindantes.

Análisis Razer Kiyo Pro Ultra: el tamaño (del sensor) importa

Así, un sensor de mayor tamaño se traduce, por norma general, en una mayor calidad de imagen. Además, lo común es que estos vayan acompañados de elementos ópticos también de mayor calidad y de los componentes electrónicos (además del propio sensor, claro) necesarios para procesar en tiempo real el gran volumen de información capturada por el sensor. En consecuencia, como ya puedes imaginar, la calidad resultante es infinitamente superior a la que nos proporcionará una cámara barata (con todo mi respeto a estas, claro).

Más adelante, en las pruebas, podrás comprobar la diferencia en la calidad de la imagen capturada por varias cámaras, pero ya te adelanto que la Razer Kiyo Pro Ultra destaca en este apartado, pero también en la cantidad de funciones que pone a nuestro alcance, en la calidad del software asociado a la misma y que, por lo tanto, ofrece un resultado con factura profesional, pero en unas condiciones que resultan mucho más cómodas que las que nos plantean otras alternativas para este fin. Pero antes de entrar en ese punto, veamos la ficha técnica de la cámara.

Razer Kiyo Pro Ultra: especificaciones técnicas y pruebas de imagen

Razer Kiyo Pro Ultra
Sensor Sony Starvis 2 (MX585-AAQJ1) 1/1,2″
Resolución del sensor 8,3 megapíxeles (3.840 x 2.160 puntos)
Tamaño de píxel 2,9 μm
Resoluciones de captura de vídeo 4K 30FPS / 1440P 30FPS / 1080p @ 60/30/24FPS / 720P @ 60/30 FPS
Ángulo de visión  72° – 82°
Apertura f/1.7
Focal 21 milímetros
Micrófono integrado Doble omnidireccional (patrón cardioide), 16 bits 48 kilohercios, sensibilidad de -26dB FS
Funciones destacables HDR, rastreo facial avanzado con enfoque y exposición automáticos, personalización avanzada de captura, obturador de privacidad integrado
Software Razer Synapse, Razer Virtual Ring Light
Conexión USB-C 3.0

La Razer Kiyo Pro Ultra no es que sea tope de gama, es que llega para redefinir el techo de dicho segmento del mercado, y sé que hacer una afirmación así puede parecer un tanto exagerado, pero basta con revisar sus especificaciones técnicas para entender que realmente es así.

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Todo empieza, claro, en el sensor, el Sony Starvis 2 1/1,2″, cuyas dimensiones permiten que dedique nada menos que 2,9 micras por píxel para una resolución de 3.840 x 2.160 puntos, un tamaño por píxel muy superior al que podemos encontrar en el común de las webcams que proporcionan captura nativa en dicha resolución. Sí que hay otras cámaras con un tamaño de píxel similar, pero lo hacen quedándose en resoluciones menores, no alcanzando 4K.

La captura a esta resolución se complementa con un apartado óptico también destacable, que empieza en una lente bastante luminosa y sin aberraciones con número f/1.7. Este conjunto, claro, ocasiona que el tamaño de la Razer Kiyo Pro Ultra sea superior al que estamos acostumbrados a ver en las webcams. En la imagen que puedes ver bajo este párrafo, puedes comparar el tamaño de la webcam de Razer junto a una webcam FullHD de 25 euros. Y, entre ambas, la webcam integrada en un portátil de la gama económica. Más adelante podrás comprobar la diferencia de calidad entre las imágenes capturadas por cada una de ellas.

Análisis Razer Kiyo Pro Ultra: el tamaño (del sensor) importa

El tamaño del sensor importa, y el tamaño de la óptica también importa. Como vas a comprobar a continuación, el resultado de combinar ambos elementos con la electrónica necesaria para sacarles todo el partido, marca una espectacular diferencia. De izquierda a derecha, estas imágenes estáticas han sido tomadas, mediante la aplicación Cámara de Windows 10, con la webcam del portátil barato, la webcam FullHD de 25 euros (que es la que empleo habitualmente) y la Razer Kiyo Pro Ultra (puedes hacer click en ellas para verlas a tamaño completo):

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Análisis Razer Kiyo Pro Ultra: el tamaño (del sensor) importa

 

 

 

 

Las imágenes hablan por sí mismas, pero aún así vamos a dedicar unos minutos a analizar las diferencias, que son más que significativas y nos dejan perfectamente claro qué es lo que encontraremos en cada tipo de cámara. Eso sí, aclaro que el caso de la webcam integrada es un tanto extremo, pero es que me ha parecido interesante documentar lo que nos podemos encontrar si no valoramos la calidad de la cámara al adquirir un portátil… y es algo que me ocurrió a mí hace unos años, como conté en esta noticia (si quieres ir directo a la anécdota, la encontrarás en el tercer párrafo). Añado, para darle más profundidad a la comparación, una captura similar tomada con un  MSI Katana, de la familia del que probamos hace unas semanas (imagen de la izquierda) y con la cámara frontal de un ASUS Vivobook 13 Slate OLED (derecha):

Análisis Razer Kiyo Pro Ultra: el tamaño (del sensor) importaAnálisis Razer Kiyo Pro Ultra: el tamaño (del sensor) importa

 

 

 

 

Añadidas estas dos imágenes más para sumar contexto, veamos qué nos ofrece cada una de estas opciones. De la webcam integrada (la primera por la izquierda de las tres imágenes de la fila superior) poco puedo decir, pues se explica sola. Únicamente puede resultar útil para crear miniaturas o para una videoconferencia durante Halloween, por aquello del aspecto fantasmal de la imagen  resultante. Por su parte, la webcam del Katana, aunque también ofrece una resolución bastante baja, proporciona una imagen bastante más decente.

La Vorsch FullHD es la webcam que compré tras un intento fallido de tener una reunión online con la integrada en el portátil. Actualmente su precio es de algo menos de 27 euros, pero en su momento me costó alrededor de 21 euros gracias a una oferta. Evidentemente el resultado es mejor que el que ofrece la integrada, y puede ser más que suficiente para las necesidades de la mayoría. No obstante hay algunos aspectos importantes que hay que mencionar.

El primero es que si comparas esa imagen con la tomada por el resto de las cámaras, se observa claramente que su tratamiento del color es tremendamente errado, con una dominante naranja que seguramente tenga que ver con la madera del fondo. Por otra parte, al intentar ofrecer un ángulo de captura más amplio que el resto, distorsiona mucho la imagen, provocando un efecto de ojo de pez (fíjate en lo deformada que está la imagen a medida que vas desde el centro hasta los bordes). Esto no es algo necesariamente negativo, pero sí que supone un factor en contra en determinadas circunstancias.

La webcam frontal del ASUS Vivobook 13 Slate OLED supone un importante salto cualitativo, con una calidad de imagen muy defendible. No obstante, y al igual que en los tres casos anteriores, el tratamiento de la iluminación es un tanto mejorable, y además comparte un elemento común en las webcam, en un punto en el que la Razer Kiyo Pro Ultra es una de las pocas excepciones: el enfoque. Lo normal de estas cámaras es que procuren contar con una distancia focal bastante corta, que permita que todo lo que se encuentra a corta (sin llegar a ser macro, claro) y corta-media distancia se muestre razonablemente enfocado. Y esto está bien, claro, solo que esto suele restar mucha profundidad a las imágenes, e impide jugar con la profundidad de campo para, por ejemplo, lograr un efecto Bokeh directamente con el apartado óptico, es decir, sin necesidad de posprocesado.

Por último, la imagen capturada por la cámara de Razer que, como puedes comprobar, juega en otra liga. Cuenta con mayor resolución que el resto, claro, pero además de eso se puede comprobar que el procesado del color-iluminación es con diferencia el más correcto y, además, que gracias a su función de enfoque y ajuste automáticos y continuos, la imagen tiene muchísima más profundidad, al punto de que pese a la poca distancia que hay entre mi cabeza y el fondo, este último ya empieza a mostrarse un tanto fuera de foco.

Análisis Razer Kiyo Pro Ultra: el tamaño (del sensor) importa

En la imagen sobre este párrafo puedes apreciar mejor lo que digo sobre la profundidad de campo con la Razer Kiyo Pro Ultra. Con el foco en la parte delantera de la cara del dinosaurio (de Las Cuevas del Drach, por si te lo estabas preguntando) y en la parte más cercana a la cámara de mi brazo. Puedes ver que los ojos del «dino» ya empiezan a mostrarse un poco fuera de foco, y que la parte de mi brazo a partir del codo, así como el respaldo de la silla de la izquierda, ya se muestran desenfocados.

Este efecto sirve principalmente a dos fines. El primero es, claro, centrar el interés en un punto concreto de la imagen, ya sea tu rostro en una fotografía, videoconferencia o contenido, bien sea un peluche o cualquier otro elemento que quieras que sea el protagonista absoluto. Y el segundo es algo que ya mencioné anteriormente, y es que la imagen / vídeo, transmite muchísima más profundidad, evitando el efecto «plano» de otros medios de captura, incluso sin necesidad de emplear fuentes de iluminación adicionales. Esto, la profundidad, puede no resultar tan importante para mantener una conversación / reunión de trabajo de manera puntual, pero en la creación de contenidos sí que marca una muy importante diferencia.

Otro aspecto muy importante de la Razer Kiyo Pro Ultra es la enorme cantidad de ajustes manuales que permite, de modo que podemos obtener tomas y vídeos muy diversos de un mismo entorno.

Análisis Razer Kiyo Pro Ultra: el tamaño (del sensor) importa

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Ajustar el foco de manera manual, como puedes ver en las dos imágenes superiores, permite que en la toma de la izquierda Machín (es el nombre del bellezón que protagoniza la foto) tenga el foco, algo que puedes comprobar mejor si te fijas en su cama, en la esquina inferior izquierda. Por su parte, en la imagen de la derecha el foco se mueve a las vistas desde la ventana, dejando a Machín un tanto desenfocado, en un efecto inverso al tradicional bokeh pero que también puede resultar atractivo en determinadas circunstancias.

Análisis Razer Kiyo Pro Ultra: el tamaño (del sensor) importa

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La Razer Kiyo Pro Ultra permite, a través de su software (del que hablaremos más adelante) seleccionar si queremos que sea la propia cámara la que escoja los ajustes de exposición o si, por el contrario, preferimos configurarlos manualmente para obtener el resultado que mejor se adapte a lo que queremos. La función de ajuste automático funciona perfectamente, pero es probable que en algunos casos queramos explorar otras opciones. Como puedes ver en las dos imágenes superiores, gracias a esta posibilidad podremos obtener capturas muy distintas.

Ahora bien, si hay algo especialmente sorprendente en esta cámara, algo que verdaderamente marca una enorme diferencia con respecto al resto del mercado, es lo increíblemente capaz que es en lo referido a capturar imagen en condiciones de muy, muy baja iluminación. La imagen que se muestra a continuación ees una captura de pantalla de lo que era capaz de capturar la cámara, visto desde el software de la misma y empleando una aplicación adicional que Razer ofrece gratuitamente, como cortesía, a los compradores de la Kiyo Pro Ultra. La imagen está tomada en condiciones de oscuridad casi absoluta, con todas las luces del entorno apagadas y solo algo de luz nocturna entrando por la ventana (en un entorno en el que la iluminación es mínima):

Análisis Razer Kiyo Pro Ultra: el tamaño (del sensor) importa

Sobra decir, porque ya lo habrás imaginado, que las otras cuatro cámaras que he mencionado anteriormente fueron absolutamente incapaces de capturar nada más que oscuridad. En la parte inferior puedes ver los ajustes de exposición, que ajusté manualmente para llevar al máximo, pero en el modo de ajuste automático el software optó por una configuración no tan al límite, que aún así también ofrecía un resultado bastante decente.

Por último, aunque no por ello menos importante, también he querido comprobar si la calidad de imagen proporcionada por la Razer Kiyo Pro Ultra es la adecuada para poder emplear los efectos visuales de NVIDIA Broadcast, una aplicación de NVIDIA para usuarios de adaptadores gráficos de las series RTX 20, 30 y 40 y que permite aplicar efectos al sonido y al vídeo en tiempo real, empleando para tal fin las funciones especializadas de la GPU. Para esta prueba he empleado el efecto de sustitución de fondo y también el de contacto visual, y he comprobado el resultado de salida a través de OBS. De nuevo, como puedes ver en la imagen que se muestra bajo este párrafo, el resultado es, sencillamente, excelente (y por si te lo preguntas, no, no estaba mirando directamente a la cámara):

Análisis Razer Kiyo Pro Ultra: el tamaño (del sensor) importa

Software y funciones

Aunque la Razer Kiyo Pro Ultra destaca por su sensor, su cuerpo óptico y la electrónica integrada en la misma para su gestión, lo cierto es que también destaca en el apartado de software, que nos ofrece un gran nivel de control sobre la captura de la cámara, además de ofrecernos otras interesantes funciones adicionales. No obstante, para quienes prefieran evitar la instalación de software, un aspecto importante es que la cámara puede funcionar nada más conectarse al PC, sin necesidad de instalar nada.

Así las cosas, la primera vez que la conecté al PC opté por emplearla sin software adicional, y el resultado fue perfecto en lo referido al funcionamiento de la cámara, tanto de manera directa como a través de NVIDIA Broadcast. Sin embargo, tras instalar el software me quedó claro que la experiencia de uso mejora sustancialmente, y que por lo tanto no instalar al menos la aplicación de gestión de la cámara estará limitando el aprovechamiento de la cámara.

Este es el software asociado a la Razer Kiyo Ultra Pro.

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Razer Synapse

Synapse es la aplicación de Razer que cumple la función de centro de control de todos los dispositivos de la marca que empleamos en nuestro PC. Por lo tanto solo tendremos que instalarla si la Kiyo es nuestra primera compra de la marca. Aunque, como comentaba anteriormente, su instalación no es imprescindible para utilizar la cámara, personalmente sí que recomiendo encarecidamente su uso, ya que de lo contrario no podremos realizar la multitud de ajustes que pone a nuestro alcance.

Los mismos se dividen en tres grandes grupos:

  • Cámara: en este apartado podremos ajustar el nivel de zoom (digital), los parámetros de enfoque tanto si queremos que sea automático como para el modo manual y los ajustes de exposición, que también podemos delegar en la cámara o ajustar manualmente.
  • Procesando: aquí podremos ajustar, como su propio nombre indica, determinados parámetros del procesado del vídeo capturado. Resolución de la vista previa, calidad MJPEG, modo HDR, compensación de distorsión y de baja luminosidad, y reducción dinámica de ruido son los ajustes que podrás realizar aquí.
  • Imagen: desde el tercer apartado podrás ajustar el modo de imagen entre varios predefinidos o ajustar manualmente los parámetros de la imagen: brillo, contraste, saturación, balance de blancos, antiparpadeo, marca de agua y modo espejo.

Explorar los ajustes disponibles en estos tres apartados nos proporcionará, sin duda, un mejor conocimiento del funcionamiento de la cámara y de sus posibilidades, por lo que prescindir de ello me parece un considerable error.

Análisis Razer Kiyo Pro Ultra: el tamaño (del sensor) importa

Razer Virtual Ring Light

La iluminación es un elemento clave para la captura de vídeo, de modo que lo más recomendable es contar con un foco o un set de ellos, un anillo de iluminación LED o elementos similares. Sin embargo, no siempre es posible contar con los mismos. La ingeniosa solución propuesta por la marca para estas situaciones es el Anillo de luz virtual Razer, Razer Virtual Ring Light por su nombre en inglés, y que pone la pantalla del PC que estamos empleando precisamente al servicio de tal fin. Aunque su precio es bastante asequible, 4,99 euros, la compañía ofrece gratuitamente esta aplicación a los usuarios de la Razer Kiyo Pro Ultra.

Su funcionamiento es realmente sencillo y, en condiciones de baja iluminación, puede marcar una importante diferencia (como puedes ver más arriba, cuando hablé de la capacidad de captura de la cámara en condiciones de baja iluminación). Se compone de dos elementos, el de control, que puedes ver en el centro de la captura de pantalla que se muestra sobre el párrafo anterior, y la zona que en dicha imagen se muestra en color azul, cuyo tamaño, color y brillo podemos modificar con los controles deslizadores del elemento de control.

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Razer Cortex

Esta aplicación no está relacionada con la cámara, pero Razer nos ofrecerá su instalación durante el proceso de configuración inicial y, si sueles jugar, te puede resultar muy interesante. En primer lugar nos ofrece un acceso unificado a los juegos de aquellas tiendas digitales de las que seamos usuarios, pero además recopila y nos muestra estadísticas sobre nuestro perfil de jugador y, algo muy importante, optimiza el rendimiento del sistema cada vez que vamos a jugar.

Conclusiones

Terminaré tal y como he empezado, es decir, diciendo que la Razer Kiyo Pro Ultra no es una cámara para todo el mundo. Ahora bien, en lo referido al tipo de usuario al que va dirigida, se trata de la mejor opción del mercado. La calidad de imagen que proporciona, así como el enorme control sobre la misma gracias a los ajustes manuales, hacen que si tenemos que crear cualquier tipo de contenido de vídeo con el PC, sepamos que la calidad del mismo será siempre, insuperable.

No es una cámara para cualquier, pero sí que es una cámara con la que cualquiera se puede sentir cómodo, tanto aquellos que buscan un enorme control sobre las propiedades de captura, como aquellos que quieren que la cámara y el software se encarguen de todo, pues tanto con un modelo de uso como el otro, los resultados que proporciona esta Razer Kiyo Pro Ultra serán totalmente satisfactorios.

Su calidad de construcción supone, además, una garantía de que nos encontramos frente a un dispositivo robusto y duradero, y que dentro de unos cuantos años seguirá proporcionando una calidad de imagen muy por encima de la que entonces será la media. Así, si la cuidamos como es debido, podremos tener una cámara tope de gama durante mucho, mucho tiempo.

La Razer Kiyo Pro Ultra está a la venta en la página web de Razer y su precio es de 349,99 euros.

Resumen
9.2 NOTA
NOS GUSTA
Calidad de imagen
Función de rastreo con ajustes automáticos
Ajustes manuales
Software
A MEJORAR
Precio
RESUMEN
La Razer Kiyo Pro Ultra es una cámara dirigida a los creadores de contenido, a los que ofrece una calidad de imagen no vista hasta ahora en webcams, además de proporcionar un enorme control gracias a sus ajustes manuales.
Diseño y construcción9.5
Calidad de imagen10
Funcionalidad9
Conectividad9
Calidad / Precio8.5

 

 

Si me dieran una cana por cada contenido que he escrito relacionado con la tecnología... pues sí, tendría las canas que tengo. Por lo demás, música, fotografía, café, un eReader a reventar y una isla desierta. ¿Te vienes?

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