Google Books en la picota

El gigante de Internet está en el ojo del huracán y los ministros de industria de la Unión Europea han pedido a la Comisión la apertura de una investigación que examine si la creación de la biblioteca digital de Google vulnera los derechos de autor y en ese caso proponga medidas para reforzar la protección de autores. El caso se une a la denuncia presentada por las asociaciones de editores estadounidense contra Google en un caso que se verá en octubre.

Alemania encabeza la postura europea contra el controvertido proyecto de digitalización y búsqueda de libros digitales en Internet. Para el gobierno teutón, la iniciativa Google Books es «irreconciliable con los principios de la legislación europea sobre derechos de autor porque Google escanea obras protegidas por copyright sin obtener antes el consentimiento explícito de cada autor”, indican en declaraciones recogidas por Europa Press.

Aseguran además, que Books podría conseguir una gran concentración de la propiedad de los medios y pondría en riesgo la diversidad cultural, especialmente en la UE. De paso, socavaría la implantación de la biblioteca Europeana, la biblioteca digital que patrocina y fomenta la U.E y que a su juicio cumple las exigencias de facilitar el acceso a la cultura y respetar el copyright.

Algo que Google dice respetar con los acuerdos pertinentes con medios y editores pero que no parece ser suficiente. El problema no está en el acceso a la cultura que Google garantiza sobradamente con su potencia en la Red, sino en la pasta que tenga que poner encima de la mesa para conseguir el acuerdo con los autores y hacerlo “legalmente”. El vil metal es como de costumbre la clave, y no otras cuestiones.