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Las tarjetas gráficas 3D más importantes de la historia (II)

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Continuamos con la segunda parte del especial en el que repasamos las tarjetas gráficas más importantes de la historia, un pequeño viaje por la tecnología que nos ha acompañado durante los últimos años, permitiendo alcanzar un nivel de calidad visual cada más impresionante.

En el artículo anterior cerramos en la generación GeForce serie 8000, una auténtica revolución que supuso la llegada de la arquitectura de shaders unificados, marcando un punto de inflexión a nivel de rendimiento que todavía hoy sigue siendo visible y que en su momento resultó, como decimos, totalmente rompedor.

De lo expuesto da fe el hecho de que por ejemplo una sola GeForce 8800 GT arrasaba en rendimiento a una GeForce 7950GX2 que, como sabemos, integraba dos GeForce 7950 GT.

Sin más dilación entramos en materia con esta segunda y última parte, en la que llegaremos hasta la generación actual de tarjetas gráficas.

GeForce GTX 260 216 SP en septiembre de 2008

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La serie GTX 200 de NVIDIA marcó un salto importante a nivel de rendimiento, aunque fue una gama bastante limitada ya que no contó con una variedad tan amplia de modelos como la serie GeForce 8000.

Dentro de esta gama los de verde lanzaron inicialmente dos modelos, la GTX 260 con 192 shaders y la GTX 280, equipada con 240 shaders.

Como habréis podido imaginar la segunda tenía un precio realmente prohibitivo, pero es que encima se reveló como un monstruo que consumía mucho y se calentaba bastante.

Teniendo esto en mente la gran opción y la verdadera revelación dentro de esta gama fue la GTX 260 con 216 shaders, un modelo que llegó fabricado en proceso de 55 nm y que resultaba más potente y más fresco que la GTX 260 con 192 shaders, que estaba fabricada en proceso de 65 nm.

A esto debemos sumar que este modelo también recibió un aumento de unidades de texturizado, lo que unido a su bus de 448 bits la convirtió en una solución gráfica extremadamente potente y con un precio mucho más asequible que las GTX 280/285.

GeForce GTX 480 en octubre de 2010

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La llegada de la arquitectura Fermi supuso una nueva vuelta de tuerca a la calidad gráfica en el sector del videojuego, gracias también al lanzamiento de DirectX 11 y de la tecnología conocida como teselación, que tan buenos resultados dio en juegos como Batman Arkham City.

Este mastodonte consumía mucho y se calentaba bastante, algo comprensible dado que contaba con 480 shaders, pero como contrapartida ofrecía un rendimiento enorme y superaba de largo a la HD 5870 de AMD, sobre todo bajo DirectX 11 y con teselación activada.

A día de hoy sigue siendo una opción muy sólida con la que podremos jugar sin problema a casi cualquier cosa en calidades altas o incluso máximas, incluso en resoluciones 1080p, situándose en términos de rendimiento entre una Radeon HD 7850 y una HD 7870, con algunos matices, eso sí.

Radeon HD 6870 en noviembre de 2010

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Una solución gráfica de gama media que ofrecía un rendimiento muy bueno con un precio muy controlado. Permitió a muchos jugadores con presupuestos modestos acceder a un producto de calidad con soporte de DirectX 11 y con un gran equilibrio precio-prestaciones, lo que la convirtió en una de las mejores tarjetas gráficas de su época.

No podemos olvidarnos de algo importante, y es que la serie Radeon HD 6000 de AMD marcó un gran salto a nivel de rendimiento bajo DirectX 11 con la teselación activada frente a la serie Radeon HD 5000, algo que le permitió acercarse a la arquitectura Fermi de segunda generación de NVIDIA.

Actualmente sigue siendo una tarjeta bastante aceptable con la que podemos jugar en calidad media, alta o incluso ultra con resoluciones 1080p, dependiendo del juego en concreto.

Su rendimiento resulta comparable al de una Radeon HD 7790.

 Radeon HD 7970 GHz Edition en junio de 2012

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Una solución gráfica que arregló el patinazo inicial que fueron las Radeon HD 7970, gracias a un aumento de frecuencia en la GPU que propulsó la tarjeta hasta los 1.000 MHz.

Esto, unido a unos drivers cada vez más pulidos, completó una tarjeta de gama alta con un gran rendimiento pero un precio accesible.

A día de hoy esta tarjeta gráfica ha sido renombrada como R9 280X, y lo cierto es que sigue siendo una solución altamente recomendable en su categoría, ya que ofrece un rendimiento excelente hasta en resoluciones 2K en calidad media, alta o incluso ultra, dependiendo del juego en concreto.

GTX TITAN en febrero de 2013

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Supuso el debut del GK 110 en el sector de consumo general, dando forma a un auténtico sueño para todos los jugones. Ofrece una potencia exagerada, pero su precio de salida la convirtió en algo elitista y prohibitivo, ya que rondaba los 1.000 dólares.

A día de hoy la tarjeta ha sido superada por productos como la GTX TITAN Black, pero sigue siendo una auténtica «bestia parda» que gracias a sus 2.688 shaders y sus 6 GB de GDDR5 puede realizar auténticas proezas, como por ejemplo mover Battlefield 3 a 5.760 x 1.080 píxeles en calidad ultra con 4xAA a 43 FPS.

Sí, soy consciente de que a día de hoy hay soluciones mucho más eficientes en relación precio-prestaciones, y de que la tarjeta estuvo totalmente desproporcionada durante toda su existencia comercial, pero tuvo un impacto que debe ser reconocido.

Radeon R9 290 en septiembre de 2013

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Fue el gran revulsivo de AMD para el sector de gama alta, la respuesta de la firma californiana al GK 110 de NVIDIA que, hasta la fecha, no tenía rival en términos de rendimiento.

Esta tarjeta acercó el enorme rendimiento de la gama alta de NVIDIA a los bolsillos más ajustados, conformando una solución gráfica que es, sin duda, la mejor opción a día de hoy según el binomio precio-prestaciones.

En definitiva la R9 290 merece estar en este artículo por méritos propios, ya que con un precio que ronda los 350 euros ofrece un rendimiento muy parecido al de la GTX TITAN, una tarjeta que casi triplicaba su precio hace apenas unos meses.

Notas finales

Hacer una selección de este tipo nunca es fácil, y menos dentro de las generaciones más actuales, donde como sabemos encontramos en muchas ocasiones productos «renombrados» que no merecen un reconocimiento especial, como por ejemplo las series GeForce 9000, las GTX 500 o las Radeon HD 6000, con la salvedad de la HD 6870, soluciones gráficas que no tuvieron una importancia especial en su momento.

Por otro lado encontramos otras soluciones gráficas que sí que podríamos considerar incluir en este artículo, pero meter una daría pie a meter a otra y daría lugar a una lista interminable.

A modo de ejemplo puedo citar las Radeon HD 5770, una solución gráfica asequible y potente que tuvo mucha aceptación, las GTX 460, una gran tarjeta gráfica de gama media que quedó eclipsada por las Radeon HD 6870, o las GTX 760 de NVIDIA, una buena opción que hizo gala de una excelente relación precio-prestaciones desde el primer día.

Dicho esto podemos concluir que hemos intentado elegir modelos realmente importantes, relevantes, que supusieran de una forma u otra un punto de inflexión durante las últimas generaciones.

Como siempre os invitamos a opinar y a que nos digáis, como no, las que son para vosotros las tarjetas gráficas 3D más importantes de las últimas generaciones. Para terminar os adjuntamos el enlace a la primera parte del artículo.

Las tarjetas gráficas 3D más importantes de la historia (I)

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