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Guía: Montando un PC para jugar en 4K por 1.000 euros (2015)
Llevábamos un tiempo sin actualizar algunas de nuestras guías, y tras ver la evolución y bajada de precio que han recibido algunos componentes creemos que es un buen momento para hacer un nuevo artículo con una puesta al día, aunque en esta ocasión hemos querido ser un poco más ambiciosos y nos hemos centrado en montar un PC para jugar en 4K por 1.000 euros.
Antes de nada vamos a explicar un poco cómo está la cosa en el mundo de los componentes para PC. La plataforma LGA1151 de Intel llegó haciendo mucho ruido pero al final la cosa ha quedado en lo de siempre, un pequeño aumento de rendimiento frente a Haswell y Broadwell que no justifica en absoluto el aumento de precio que traen bajo el brazo.
Esa nueva plataforma también da acceso a la memoria DDR4, pero ésta tampoco marca una diferencia que merezca la pena, y mucho menos para el uso al que vamos a dirigir el PC de esta guía, así que descartamos directamente la plataforma Skylake por su relación calidad-precio, inferior a la que ofrecen otras opciones como Haswell, por ejemplo.
Por otro lado AMD no ha presentado nada nuevo con lo que competir en la gama media-alta, así que prescindimos de ella como opción a la hora de elegir la plataforma y por tanto la CPU.
Finalmente hay que recalcar que los SSDs han bajado de precio, y también algunas tarjetas gráficas de gama alta, lo que nos va a permitir montar un excelente equipo con un presupuesto muy ajustado para lo que ofrece, ya que nos permitirá jugar hasta en resoluciones 4K sin problemas.
Sin más entramos en materia, y como siempre los comentarios son vuestros.
Plataforma
Hemos anticipado las claves que nos llevan a tomar nuestra decisión en la introducción, así que no es necesario explayarse demasiado en este punto repitiendo cosas que en esencia ya están dichas.
Actualmente Haswell ofrece la mejor relación calidad-precio que podemos encontrar en el mercado, y dado que el procesador es importante a la hora de jugar pero no tanto como la tarjeta gráfica optamos por el socket LGA1150, ya que nos permite acceder a un rendimiento enorme y a prueba de futuro.
Sí, sacrificamos el acceso a la memoria DDR4, pero a cambio podemos mejorar otros componentes que realmente son importantes.
Procesador
Siguiendo nuestro objetivo de optar por la mejor inversión calidad-precio nos decantamos por el Intel Core i5 4690K, fabricado en 22nm, con un alto IPC, cuatro núcleos físicos y multiplicador desbloqueado.
Sus frecuencias de trabajo base son de 3,5 GHz, pero podremos subirlo sin problemas hasta los 4,2 GHz sin necesidad de hacer ninguna proeza, ya que lo acompañaremos de un buen ventilador y una buena plaza con chipset Z97.
Con este procesador aguantaremos sin problema todo el tiempo que reste a la presente generación de consolas, lo que implica que seguirá dando la talla sin problemas incluso dentro de tres o cuatro años.
Precio: desde 223 euros.
Placa base
Necesitamos una con chipset Z97 para poder aprovechar al máximo nuestro procesador, pero no queremos caer en excesos innecesarios, así que nos centramos en buscar los modelos más equilibrados, y siempre cuidado el precio.
Todo esto nos lleva a apostar por la GIGABYTE GA-Z97P-D3, una placa con una excelente relación precio-prestaciones que nos da acceso a todo lo que vamos a necesitar, incluyendo soporte de configuraciones CrossFire por si decidimos montar una segunda gráfica en el futuro.
Actualmente no encontraremos una opción mejor por menos de 90 euros.
Precio: 83,95 euros.
Memoria RAM
Actualmente lo mínimo para jugar razonablemente bien son 4 GB, pero lo ideal es contar con 8 GB para tener garantías de que no sufriremos esos molestos tirones que produce la falta de memoria RAM.
Esto quiere decir que contar con 16 GB no notaremos una mejora de rendimiento, y no parece que la cosa vaya a cambiar a medio plazo, así que vamos a optar por montar un kit de 8 GB de memoria, ya que el dinero que nos ahorramos podemos invertirlo en algo que sí aprovecharemos desde el primer día.
Dicho esto hemos apostado por el kit G.Skill Ripjaws X DDR3 2133 de dos módulos de 4 GB, que como su propio nombre indica corre a 2.133 MHz y tiene latencias CL 9.
Precio: 53,87 euros.
Disco duro
Aquí se complica un poco la cosa, pero hemos optado por mantener el espíritu del equipo al máximo, y dado que está orientado a jugar y queremos maximizar nuestra inversión no apostaremos por una solución dual.
En su lugar, y aprovechando que estamos ahorrando bastante gracias al pilar calidad-precio que sustenta este equipo desde sus inicios, nos decantamos por un SSD como única unidad de almacenamiento.
No queremos gastar a lo tonto, pero tampoco algo que no cubra adecuadamente nuestras necesidades, así que elegimos un SSD Samsung 850 Evo SSD de 500 GB, equipado con memoria NAND 3D y unas velocidades de lectura y escritura de 540 MB/s y 520 MB/s.
Precio: 165 euros.
Disipador
Vamos a hacer overclock y queremos mantener las temperaturas bajo control, así que elegiremos un disipador que nos permita controlar frecuencias de trabajo elevadas y tenga un precio razonable.
Con el Cooler Master Hyper TX3 EVO tendremos una solución a la altura, capaz de reducir las temperaturas hasta 15 grados si lo comparamos con el disipador de stock y mucho más silencioso.
Su montaje no ofrece complicación y permite añadir un segundo ventilador si lo creemos necesario.
Precio: 18,90 euros.
Tarjeta gráfica
Aquí dedicaremos una parte importante del presupuesto, ya que es una pieza clave dentro del conjunto y de ella dependerá en gran medida a qué nivel y resoluciones vamos a poder jugar.
Las soluciones gráficas de gama alta AMD han bajado bastante de precio, mientras que sus equivalentes de NVIDIA han subido hasta un límite que nos lleva a descartarlas directamente.
Dicho esto elegimos la Sapphire R9 290 Dual-X OC, un auténtico monstruo que cuenta con 2.560 shaders, bus de 512 bits y 4 GB de GDDR5, más que suficiente para garantizar una buena experiencia jugando en resoluciones 4K.
Precio: 269 euros.
Fuente de alimentación
Tenemos un equipo de alto rendimiento y debemos cumplir adecuadamente sus demandas energéticas, por lo que apostaremos por una fuente acorde.
Dado que de la elección de nuestra fuente dependerán nuestras posibilidades de ampliación y que contamos con una placa base que soporta CrossFire, lo que nos permitiría por ejemplo montar una segunda Radeon R9 290 en el futuro, hemos optado por invertir un poco más y elegir una Tacens Valeo V 700W 80 Plus Silver Modular.
Potencia y fiabilidad, tanto para nuestras necesidades presentes como futuras, y todo a un coste razonable.
Precio: 73 euros.
Caja
Bien, nuestra tarjeta gráfica es grande y necesitamos una caja amplia donde podamos montar una segunda unidad en un futuro, pero que además nos ofrezca un buen flujo de aire.
Hemos usado el presupuesto con cabeza así que nos queda todavía bastante dinero disponible para hacernos con una buena caja.
En estos casos la elección es un poco al gusto siempre que cumplamos lo dicho en el primer párrafo de este punto. Nosotros hemos elegido la NZXT Lexa S USB 3.0, ya que no sólo cubre todas nuestras necesidades sino que además tiene un diseño muy bonito y tiene un precio razonable.
Precio: 62 euros.
Unidad óptica
Para muchos es innecesaria, nosotros la incluimos pero si creéis que no le vais a dar uso podéis quitarla y descontar su precio del resultado final.
Este punto no tiene mucho misterio, así que optamos por la LG GH24NSC0.
Precio: 13,95 euros.
Notas finales
Incluyendo el precio de la unidad óptica hemos gastado 962,67 euros, lo que nos deja un margen más que suficiente para mejorar por ejemplo el ventilador, o comprar un HDD externo de 1 TB o incluso para montar un kit de 16 GB en lugar del que hemos utilizado.
Esto ya depende de vuestras preferencias, aunque yo personalmente optaría por lo último, ya que redondearéis un equipo todoterreno, eficaz incluso en aplicaciones profesionales exigentes.
A nivel de rendimiento os dejamos como siempre un resumen para que veáis lo que podemos hacer con este equipo, recordad que todas las pruebas utilizan una resolución de 3.840 x 2.160 píxeles.
- Hitman Absolution, DirectX 11, calidad alta, 2 MSAA y 16x AF: 33 FPS. Si quitamos el MSAA la mejora de rendimiento es importante.
- BioShock Infinite en ultra, DirectX 11, con DDOD y FXAA: 30 FPS.
- Tomb Raider en ultra, SSAO, teselación, FXAA, TresFX desactivado: 37 FPS.
- The Witcher 3 en calidad ultra (sin GameWorks): 24 FPS, si bajamos los ajustes un poco es perfectamente jugable.
- GTA V con calidad muy alta y FXAA: 32 FPS.