La GPU del Ryzen 5 2400G rinde como las Radeon RX 550-RX 560 de AMD

Las APUs Raven Ridge para equipos de escritorio van a marcar una pequeña revolución gracias a los cambios de arquitectura que ha introducido AMD, y todo apunta a que la APU Ryzen 5 2400G va a ser el modelo estrella.

Como recordaréis los que nos leéis a diario la APU Ryzen 5 2400G cuenta con una CPU basada en la arquitectura Zen que suma cuatro núcleos y ocho hilos funcionando a 3,6 GHz-3,9 GHz, modo normal y turbo. Su IPC está muy por encima de las soluciones anteriores basadas en Excavator (última revisión de Bulldozer) y es capaz de ofrecer un excelente nivel de rendimiento tanto en entornos mononúcleo como multinúcleo, gracias a sus ocho hilos.

La GPU está basada en la arquitectura Vega, aunque al tratarse de una APU (CPU y GPU comparten el mismo encapsulado) las limitaciones técnicas han obligado a buscar el equilibrio entre rendimiento, espacio y temperatura, y en este sentido AMD ha optado por montar una solución con 704 shaders a 1.250 MHz.

Es una solución bastante potente, sobre todo teniendo en cuenta que hablamos de una APU aunque carece de memoria gráfica dedicada, lo que significa que recurre a la RAM del sistema y que por tanto tiene un ancho de banda inferior al de una tarjeta gráfica con memoria GDDR5.

Obviamente esto tiene un impacto negativo en el rendimiento, pero a pesar de ello las primeras pruebas de rendimiento de la APU Ryzen 5 2400G confirman un resultado muy prometedor, ya que su GPU estaría entre una Radeon RX 550 y una Radeon RX 560.

Si trasladamos esto a juegos significa que con una APU Ryzen 5 2400G podríamos jugar a casi cualquier titulo actual en resoluciones 1080p con calidades bajas o medias, dependiendo de las exigencias concretas de cada juego.

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