A Fondo
Microsoft venderá HoloLens a los militares de EE.UU a pesar de la «rebelión» de empleados
Dos días antes que Microsoft presentara en Barcelona los HoloLens 2, un grupo de sus empleados protestaban contra un contrato de su compañía con el Departamento de Defensa de Estados Unidos para suministrar hasta 100.000 dispositivos con esta tecnología para uso en entrenamiento militar y combate real.
El grupo de empleados de Microsoft ha dirigido una carta abierta al CEO Satya Nadella y al Presidente Brad Smith donde piden la cancelación de este contrato. «Somos una coalición global de trabajadores de Microsoft y nos negamos a crear tecnología para la guerra y la opresión». Los empleados que firman la carta tienen tres exigencias:
- Cancelar el contrato IVAS (entrega de HoloLens).
- Dejar de desarrollar cualquiera y todas las tecnologías de armas y redactar una política de uso aceptable orientada al público que aclare este compromiso.
- Nombrar una junta de revisión de ética externa e independiente para hacer cumplir y validar públicamente el cumplimiento de su política de uso aceptable.
«La aplicación de HoloLens dentro del sistema IVAS está diseñada para ayudar a matar. Se desplegará en el campo de batalla y funcionará convirtiendo la guerra en un ‘videojuego’ simulado, alejando a los soldados de las sombrías estacas de la guerra y la realidad del derramamiento de sangre», cita la misiva de un número indeterminado de empleados que tampoco están de acuerdo con una solución planteada por Microsoft ofreciendo la opción de trabajar en otro departamento.
«Mover a los empleados ignora el problema de que los trabajadores no están debidamente informados sobre el uso de su trabajo.Hay muchos ingenieros que contribuyeron a HoloLens incluso antes de que existiera este contrato, creyendo que se usaría para ayudar a los arquitectos e ingenieros a construir edificios y automóviles, para ayuda a enseñar a las personas a realizar una cirugía o tocar el piano, a superar los límites de los juegos y a conectarse con el Mars Rover», explican.
Según describe el mismo programa, la tecnología de realidad aumentada de Microsoft permitirá “incrementar la letalidad a través de la mejora de la habilidad para detectar, decidir y combatir ante el enemigo”. El alcance de estos HoloLens militares es alto, ya que el Departamento de Defensa quiere desarrollar un sistema con un factor de forma de gafas o visera que incorpore una pantalla 3D integrada, cámaras digitales, láser balístico y protección auditiva.
Nadella responde
El CEO de Microsoft, en línea con posiciones anteriores, ha reiterado su posición añadiendo un giro político en una entrevista con CNN en el MWC 2019 donde estaba para presentar precisamente los HoloLens 2: «Tomamos una decisión de principios. No vamos a bloquear la tecnología a las instituciones que hemos elegido en las democracias para proteger las libertades que disfrutamos».
«No se trata de tomar medidas arbitrarias por parte de una sola compañía, no se trata de 50 personas o 100 personas o incluso 100.000 personas en una compañía», dice. «Se trata realmente de ser un ciudadano corporativo responsable en una democracia».
«Fuimos muy transparentes sobre esa decisión y continuaremos teniendo ese diálogo [con los empleados]», explica Nadella, pero la decisión está tomada y Microsoft venderá HoloLens a los militares de EE.UU.
¿Deben las grandes tecnológicas participar en programas militares IA?
La ‘rebelión’ de empleados no es nueva en Microsoft y en otras grandes tecnológicas. El pasado octubre un grupo de empleados publicó una carta abierta en la que expresaban su oposición a que su compañía optara a un contrato para crear servicios en la nube de Azure en programas militares IA para el Departamento de Defensa de Estados Unidos. El contrato está denominado Enterprise Defense Infrastructure (JEDI), es secreto y está valorado en 10.000 millones de dólares.
Los empleados de Microsoft no son los primeros. El pasado verano, Google descartó participar en el Projecto Maven (un programa militar de inteligencia artificial y aprendizaje automático impulsado por el Departamento de Defensa de Estados Unidos) tras la “rebelión” de más de 6.400 empleados.
Los empleados de Google contaron con el apoyo de un importante número de científicos y académicos (300 expertos en robótica, inteligencia artificial, relaciones internacionales, seguridad, ética y derecho) que pusieron en el punto de mira a todas las tecnológicas señalando “una peligrosa alianza entre la industria tecnológica privada, actualmente en posesión de grandes cantidades de datos personales confidenciales recabados de personas de todo el mundo, y el ejército de un país”.
Amazon también se ha enfrentado a duras críticas por suministrar tecnología de reconocimiento facial a las fuerzas del orden de Oregón y Orlando, en documentos obtenidos por la Unión Estadounidense de Libertades Civiles mediante una petición por la Ley de Libertad de Información, usada para vigilancia masiva y que podría afectar sobre todo a los colectivos y comunidades más vulnerables, personas que no son blancas e inmigrantes.
El debate es global y está abierto: ¿Deben participar las grandes tecnológicas en programas militares ofensivos especialmente los relacionados con IA, reconocimiento, aprendizaje automático, armas autónomas y VR/AR? Te toca opinar.
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