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Nuestros lectores hablan: ¿a qué videojuegos no te dejaban jugar cuando eras niño?

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Los videojuegos han generado, casi desde sus inicios, una fuerte polémica. En los años 70 empezaron a gozar de una gran popularidad que no hizo más que crecer durante los años 80, pero se enfocaban como algo dirigido sobre todo a niños y jóvenes, y por ello los contenidos violentos no estaban bien vistos.

Con el paso de los años la caza de brujas que han vivido los videojuegos se ha repetido en varías ocasiones, una realidad que, por desgracia, está lejos de acabar. De nada ha servido el enorme auge que ha vivido una industria capaz de superar al cine y la música, y tampoco parecen haber sido tenidos en cuenta los sistemas de calificación por edades, los amantes de la censura siguen empeñándose en decirnos a qué contenidos podemos jugar y a qué contenidos no.

Soy consciente de que la censura y la cultura del «si a mi me ofende a ti también debería» ha sido otro problema que ha acabado haciendo mucho daño a los videojuegos, y que la censura en general no ha afectado únicamente a esta forma de entretenimiento, series y películas también han sufrido, en mayor o menor medida, sus consecuencias.

Censurar un videojuego o una película es prácticamente lo mismo que pensar en censurar un libro. Entiendo que hay ciertas líneas que pueden resultar grotescas y que no deben ser superadas, pero en algunos casos hemos llegado a extremos tan ridículos que prácticamente da miedo en la censura que puede que tengamos que acabar asumiendo dentro de unos años.

Hay quien cree que los videojuegos violentos te hacen ser violento, o quien sostiene que hay escenas o conductas que no se deben reproducir en ellos. La realidad es, sin embargo, muy distinta, la educación y las vivencias de cada persona son las que acaban definiendo su personalidad y su conducta. Decir que un chaval de 18 años saldrá a la calle con un arma a pegar tiros por jugar a GTA V es algo tan ridículo que acaba cayendo por su propio peso.

La censura sin sentido y motivada por el «ofendidismo» no es buena, solo limita la creatividad de los desarrolladores y acaba perjudicando a los que llevamos décadas disfrutando del mundo de los videojuegos. No, no nos hemos convertido en psicópatas asesinos, ¡sorpresa!

Con todo, como hemos dicho hay edades que ayudan a delimitar las franjas óptimas para disfrutar de ciertos contenidos, algo que me parece perfectamente razonable. En mi caso no tuve un marcado control por parte de mis padres en este sentido. En la época en la que empecé a jugar los videojuegos tenían un acabado simple en 2D y eran poco realistas, así que no veían necesario prohibirme disfrutar de los juegos de aquella época.

En el momento en el el realismo de los videojuegos empezó a ser notable ya tenía una edad y una madurez que me permitía disfrutarlos sin problema, así que puedo decir que tuve bastante suerte, aunque recuerdo que entre mis compañeros era común que sus padres no les dejaran jugar a juegos como el DOOM originalincluso a pesar de que ya tenían una edad razonable

Ahora os toca a vosotros, ¿a qué videojuegos no os dejaban jugar cuando erais niños? Los comentarios son vuestros.

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