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Cómo arreglar una conexión Wi-Fi lenta de una manera sencilla y rápida

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Una conexión Wi-Fi lenta puede ser un grave problema. Son muchas las razones por las que podemos tener este problema, y puede manifestarse también de muchas maneras distintas.

Por ejemplo, es posible que llevemos varias horas disfrutando de una velocidad muy buena y que de repente notemos una caída enorme que nos impida continuar con lo que estábamos haciendo. También cabe la posibilidad de que ese problema de conexión Wi-Fi lenta se produzca únicamente en momentos y horas concretas. Ambos son síntomas que apuntan en dos direcciones claras:

  • Puede que tengamos intrusos en nuestra red.
  • También cabe la posibilidad de que nuestro equipo esté infectado con malware.

En otros casos cabe la posibilidad de que la conexión Wi-Fi lenta se produzca en momentos puntuales e intermitentes, y que su duración sea mínima. Esto puede llegar a ser normal y estar asociado con problemas esporádicos de nuestro ISP (proveedor de conexión a Internet), o con algún fallo ocasional de la infraestructura de la que depende nuestra conexión a Internet.

Si los problemas de conexión que tenemos están vinculados a la infraestructura o a nuestro ISP no podemos hacer otra cosa que esperar a que se resuelvan, pero existen, como hemos visto, otros casos en los que sí que podemos resolver un fallo de conexión Wi-Fi  lenta de manera sencilla y en apenas unos minutos.

1-.Comprueba el estado de tu conexión

Lo primero que debemos hacer es comprobar que nuestra conexión funciona correctamente, ya que nos permitirá descartar problemas asociados a nuestro proveedor de Internet y nos evitará intentar soluciones que solo nos harán perder el tiempo, ya que caerán en saco roto.

La manera más sencilla de comprobar el estado de nuestra conexión a Internet es realizar una prueba de velocidad. Si vemos que se producen retrasos durante el proceso, notamos que hay picos muy marcados o incluso parones, o alguna de las pruebas (bajada y subida) no termina de forma satisfactoria o registra velocidades anormalmente bajas lo más probable es que tengamos un problema de conexión vinculado a nuestro proveedor.

En última instancia, si no lo tenemos del todo claro, debemos ponernos en contacto directo con el proveedor. Las incidencias normalmente se resuelven en unos minutos, así que paciencia, no queda otra.

2.-Conexión Wi-Fi lenta y aplicaciones en segundo plano

El siguiente paso es uno de los más sencillos, pero también de los más útiles. En muchos casos los problemas de conexión Wi-Fi lenta, sobre todo cuando se producen de forma espontánea y en ráfagas relativamente cortas, se producen porque tenemos aplicaciones en segundo plano que consumen ancho de banda.

Por ejemplo, imagina que abres un juego y cuando terminas dejas el cliente del mismo abierto. Sales un momento a coger algo de beber y te llevas el smartphone contigo, pero notas que la conexión va terriblemente lenta por que el cliente que dejaste abierto ha empezado a descargar una actualización. Cerrar el cliente solucionaría este problema.

Para buscar aplicaciones en segundo plano que puedan estar consumiendo ancho de banda solo tienes que abrir el «Administrador de Tareas» y mirar en la pestaña «Procesos» (Windows 10). Ahí encontrarás todos los procesos activos y verás el consumo de recursos de los mismos. Los que registren un mayor uso de la red son los que tendrás que cerrar.

3.-Haz un análisis de malware

Las infecciones por malware son uno de los problemas más habituales cuando hablamos de conexiones Wi-Fi lentas. Si tu equipo ha sufrido una infección y no te has dado cuenta es probable que tengas algún tipo de software malicioso consumiendo recursos de red, y que esto afecte a tu conexión.

Para resolverlo normalmente basta con realizar un análisis de seguridad. Windows 10 incorpora Windows Defender, una herramienta gratuita que ha mejorado de forma notable durante los últimos años hasta convertirse en una solución antimalware verdaderamente efectiva y fiable.

Si quieres hacer un análisis completo solo tienes que abrir la bandeja del sistema, hacer doble clic en el icono de seguridad de Windows, entrar en «Protección contra Virus y Amenazas», seleccionar «opciones de examen» y elegir el análisis completo.

4.-Los intrusos pueden provocar una conexión Wi-Fi lenta

Es un problema que hace muchos años viví en primera persona. Durante varios días notaba que mi conexión funcionaba muy mal, pero solo ocurría durante unas horas concretas. Intenté resolver el problema de varias maneras, pero el causante era un vecino que había entrado en mi conexión Wi-Fi.

Mi error fue pecar de exceso de confianza. Al vivir en un vecindario pequeño y sencillo no creí necesario tomar medidas de seguridad concretas para proteger mi conexión Wi-Fi, pero es evidente que me equivoqué. Por suerte fue un problema que pude resolver fácilmente, solo tuve que cambiar la contraseña del Wi-Fi, aunque también cambié y oculté el nombre de la red para «curarme en salud».

Para saber con certeza si tenemos invitados no deseados en nuestra red Wi-Fi solo tenemos que entrar en los ajustes de nuestro router (introducimos 192.168.0.1 en el navegador y nuestros datos de usuario) y mirar qué dispositivos se han conectado. Algunos fabricantes, como AVM, ofrecen aplicaciones gratuitas que nos permiten monitorizar por completo nuestra conexión Wi-Fi desde cualquier smartphone o tablet compatible.

Si tenemos intrusos el siguiente paso es simple, cambia la contraseña del Wi-Fi y listo, no podrá volver a conectarse de forma automática. Para mejorar la seguridad y evitar que este escenario  se repita puedes cambiar y ocultar el nombre de la red. Es fácil y muy efectivo.

5.-Conexión Wi-Fi lenta provocada por el entorno

Una conexión Wi-Fi también puede verse afectada por todo lo que rodea al router, y por la colocación de este. Ya hemos hablado de ello en ocasiones anteriores y sí, la idea es la misma, debemos evitar colocar el router en lugares alejados y cerca de fuentes que puedan producir interferencias o bloquear la señal.

En general lo más recomendable es colocar el router en un lugar céntrico y ligeramente elevado, lejos de otros electrodomésticos y de fuentes de bloqueo importantes, como peceras, espejos y muros de hormigón y de pladur.

Cambiar de posición el router y orientar correctamente las antenas del mismo puede ayudarnos a mejorar en gran medida el alcance de la señal, su intensidad y las velocidades de subida y de bajada.

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