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Primera versión estable de Brave, el navegador que quiere «arreglar la Web»

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Cualquiera diría que, tan cerca como estamos de celebrar la entrada en la tercera década del siglo XXI, ya está todo dicho en materia de navegadores web. Nada más lejos de la realidad. Desde que Google Chrome apareció hace más de diez años, la escena se ha revitalizado como no cabía esperar y de la «muerte» -aún sigue por ahí, cual zombi- de Internet Explorer a la renovación de Firefox o la explosión de alternativas basadas en Chromium, esto está más animado que nunca.

Es cierto que en lo que a tecnología de fondo la cosa cambia, porque quitando a Firefox, Safari -este relegado a su particular reducto de usuarios- y algún que otro experimento más o menos extraño, todo es Chromium. Pero para el usuario final no es lo mismo, pues la capa de personalización que implementan los desarrolladores de los principales navegadores web basados en Chromium, ofrecen experiencias muy distintas entre sí.

Mientras que Chrome es un calco de Chromium aderezado con especias propias de Google, pero con idéntica funcionalidad, por ejemplo Opera es muy diferente. Es por eso que Chromium, y no Firefox, es el elegido por la mayoría de compañías que están lanzando nuevos navegadores: tienen a su disposición la tecnología más potente del momento y además la pueden modificar de acuerdo a sus requisitos porque así ha sido diseñada -abstrayendo el fondo de la forma- y porque se trata de software libre.

Así, a Chrome le siguió Opera, luego llegó Vivaldi, más tarde hizo lo propio nuestro protagonista de hoy, Brave, y aún falta por aparecer la versión final del nuevo Microsoft Edge. Y cada uno de estos navegadores tiene características que lo distinguen del resto y que pueden atraer a diferente tipo de usuarios. ¿Qué tiene Brave que no tengan los demás? Vamos a verlo.

Brave, el navegador que quiere «arreglar la Web»

Si detrás de Vivaldi está el cofundador de Opera, Jon S. von Tetzchner, y su intención es ofrecer un navegador web para usuarios avanzados, detrás de Brave está Brendan Eich, cofundador de Mozilla y uno de los últimos CEO que tuvo la compañía, antes de verse obligado a dimitir por un escándalo político. No obstante, Eich también es conocido por ser el padre del lenguaje de programación JavaScript, por lo que más allá de los quistes ideológicos que pueda tener, se trata de una de las grandes figuras de la tecnología.

En cuanto a la intención de Eich para crear Brave, lo explica mejor él mismo:

«El Internet de hoy está roto y los usuarios son los que más sufren. Están siendo rastreados, etiquetados y explotados; esto no solo viola la privacidad, sino que ralentiza la carga de páginas, agota las baterías y brinda una experiencia miserable. Mientras tanto, los editores están perdiendo ingresos a un ritmo récord debido a algunas súper compañías gigantescas y demasiados intermediarios de tecnología publicitaria. Los anunciantes están perdiendo tiempo y dinero en una industria llena de fraudes. Todos los que tienen una participación legítima en la Web abierta pierden en este entorno. El capitalismo de la vigilancia ha afectado a la Web durante demasiado tiempo y hemos llegado a un punto crítico de inflexión en el que la privacidad por defecto ya no es algo agradable, sino algo imprescindible. Los usuarios, anunciantes y editores finalmente han tenido suficiente, y Brave es la respuesta. O aceptamos que la industria de la tecnología publicitaria de 330 mil millones de dólares nos trata como sus productos, explotando nuestros datos, acumulando más violaciones de datos y escándalos de privacidad, y hambrientos editores de ingresos; o rechazamos la economía de la vigilancia y la reemplazamos con algo mejor que funcione para todos. Esa es la inspiración detrás de Brave.»

Así es como se presenta ante el mundo la primera versión estable de Brave, aunque no sea una novedad. Hace varios años que Brave está en desarrollo y muchos conocen la dinámica con la filosofía y características de este navegador, que de hecho acumula más de 8 millones de usuarios activos -la mayoría de ellos en Android- según sus propios datos. «Brave 1.0 es el navegador reinventado, transformando la Web para poner a los usuarios primero con una plataforma de pago y anuncios privados basados en el navegador. Con Brave, la Web puede ser una experiencia gratificante para todos, sin que los usuarios paguen con su privacidad«, añade el CEO de la compañía.

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Brave 1.0

Ahora bien, dejando a un lado las lisonjas de Brendan Eich, ¿cuáles son las características que definen a Brave? ¿Te convencerá alguna para que lo pruebes y, tal vez, lo conviertas en tu navegador web de cabecera? Averigüémoslo.

Multiplataforma

Lo primero que te interesa conocer de Brave es que es una aplicación multiplataforma, por lo que tanto si usas Windows, macOS, Linux, Android o iOS, tienes una versión disponible para instalar. Por supuesto, cuenta con sincronización de datos entre dispositivos.

Compatibilidad

Lo segundo que debes saber de Brave es que al basarse en Chromium, goza de todas sus ventajas técnicas, incluyendo plena compatibilidad con la gran mayoría de las extensiones para Chrome, que puedes instalar directamente desde la Chrome Web Store.

Velocidad

Al hilo del anterior punto, que Brave se base en Chromium significa que es muy rápido. De hecho, sus responsables afirman que es hasta ocho veces más rápido que Chrome, al integrar un bloqueador de publicidad y rastreo. Pero esto sí es mera publicidad, ya que ni es el único navegador que tiene algo así, ni es el único en el que algo así se puede instalar.

Privacidad

Brave también presume de ser altamente respetuoso con la privacidad del usuario, que protege con su propio bloqueador de publicidad, así como con la integración de extensiones de terceros como HTTPS Everywhere o Privacy Badger; o con DuckDuckGo como buscador predeterminado. O sea, cumple con lo que anuncia. Sin embargo, el nivel de protección que brinda es similar al de Firefox u Opera, y esas extensiones y otras iguales o más potentes están disponibles para cualquier navegador web.

El aspecto más interesante de Brave en este punto es que ofrece dos tipos de navegación privada: la corriente y una basada en Tor, que es el sistema más seguro que se conoce para navegar por Internet de manera anónima; más que cualquier VPN, así que supera a Opera en este sentido. Dicho lo cual, por la configuración por defecto del navegador, sigue siendo más recomendable utilizar Tor Browser, si lo que se persigue es la máxima fiabilidad.

Publicidad

Junto con la privacidad, este es el principal exponente de Brave, que por un lado bloquea la publicidad, y por el otro da la posibilidad de que el usuario la reemplace con su propio sistema de anuncios… basados en el historial de navegación. ¿Cómo se come esta contradicción? Con una metodología un tanto suigéneris: todo se ejecuta en la máquina del usuario. Pero… ¿por qué alguien va a querer cambiar una publicidad por otra? Porque le puede salir rentable, literalmente. Y lo mismo para los propietarios de las páginas web.

Explicado lo más sencillo posible, Brave incluye un programa de criptomonedas (comenzó con Bitcoin, pero ya no es así) con monedero integrado y bajo tecnología Blockchain con el que los usuarios pueden ganar créditos viendo anuncios. Créditos que pueden cobrar o acumular, y con los que pueden recompensar con donaciones a los sitios que deseen y que estén inscritos en el registro de Brave. En total, dicen tener más de 300 000 sitios verificados, de portales como Wikipedia a canales de YouTube o Twitch, cuentas de GitHub o Twitter o grandes medios como The Washington Post, The Guardian, aunque no es lo que más abunda.

Este es el punto más controvertido de Brave, pues por mucho que se queje Brendan Eich de lo mal que están las cosas, la publicidad la bloquean de fábrica y si el sitio quiere cobrar algo tiene que pasar por caja, es decir, por el método que ellos plantean. ¿Y si no lo hace, pero aun así alguien quiere donar? La aportación quedará en un limbo hasta que lo haga.

¿Te estás planteando usar Brave para ganar un dinerillo? Ten calma, porque el sistema todavía no está disponible en España ni en muchas otras regiones fuera de Estados Unidos.

Software libre

Por último, no podemos dejar de mencionar un dato importante, y es que Brave es software de código abierto. Es importante porque solo el código abierto otorga garantías de transparencia, de que cada función hace lo que dice hace y no otra cosa. No obstante, mientras que el navegador es software es libre, algunos de los servicios en los que se basa no lo son, como el relacionado con la creación de la cuenta para cobrar los créditos conseguidos.

¿Te interesa lo que ofrece Brave? Nada mejor que probarlo por ti mismo para salir de dudas. Puedes descargarlo en su página web oficial.

Enfocado en las nuevas tecnologías empresariales y de usuario final. Especializado en Linux y software de código abierto. Dirijo MuyLinux y escribo en MC, MCPRO y MuySeguridad, entre otros.

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