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Especificaciones oficiales de Xbox Series X, despiece y primer vistazo

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DigitalFoundry ha tenido la oportunidad de probar Xbox Series X en su versión final, y de una manera bastante especial. No solo han podido jugar con ella y conocer sus especificaciones definitivas, sino que además han tenido la oportunidad de ver todos sus componentes y de realizar incluso un montaje de los mismos.

El vídeo que acompañamos es muy largo, pero os aseguro que no tiene desperdicio. Empezamos hablando del diseño, un tema en el que Microsoft ha puesto mucho cuidado y es comprensible, ya que afecta directamente a la capacidad de refrigeración de la consola.

Como dijimos en su momento Xbox Series X se integra en un chasis tipo PC, pero mucho más compacto. En la parte superior tenemos un enorme ventilador que tiene como tarea sacar el aire caliente del interior del chasis al exterior. Me ha llamado mucho la atención ver que ninguno de los componentes tiene refrigeración activa, de hecho sobre la APU y los chips de memoria se integra un enorme radiador que utiliza un sistema de cámara de vapor para evitar que el calor se acumule.

Sin duda un diseño muy interesante, y la distribución de componentes no se queda atrás. Microsoft ha aprovechado al milímetro el espacio interno para dar forma a una consola compacta y bien distribuida, algo que debería permitir un buen flujo de aire y simplificar y abaratar las reparaciones.

 

Xbox Series X tiene una CPU Zen de 8 núcleos con un núcleo reservado al sistema

Al echar un vistazo a las especificaciones definitivas hemos podido comprobar que al final se han cumplido prácticamente casi todos los rumores y filtraciones que habíamos visto sobre Xbox Series X, y que nos encontramos, como en la generación anterior, con un sistema que tiene que reservar ciertos elementos al sistema operativo.

Es un dato muy importante, ya que implica que los desarrolladores no tendrán todos los recursos de la consola disponibles, y que por tanto el potencial real de Xbox Series X a la hora de mover títulos de nueva generación sería ligeramente inferior a lo que sugieren sus especificaciones. Estas son las especificaciones finales, y oficiales, de Xbox Series X:

  • Procesador Zen 2 a 3,8 GHz con 8 núcleos activos y SMT desactivado. Con SMT activado es posible mover 16 hilos pero la velocidad baja a 3,6 GHz.
  • GPU Radeon RDNA 2 semipersonalizada con 3.328 shaders a 1.825 MHz con una potencia de 12,15 TFLOPs. Soporte de trazado de rayos y sombreador de tasa variable.
  • 16 GB de memoria GDDR6 unificada sobre un bus de 320 bits: 10 GB con un ancho de banda de 560 GB/s y 6 GB con un ancho de banda de 336 GB/s.
  • SSD NVME de 1 TB ampliable fácilmente gracias al formato tipo tarjeta que utiliza Xbox Series X a 2,4 GB/s brutos y 4,8 GB/s comprimidos.
  • Soporte de almacenamiento externo vía USB 3.2.
  • Capaz de mover juegos en 4K con una tasa de refresco de hasta 120 Hz (120 FPS).
  • Lector de discos Blu-ray 4K.
  • Chip de sonido 3D.
  • FreeSync, HDR10 y soporte de tecnologías avanzadas para mejorar la experiencia de uso, como Auto Low Latency Mode, que reduce la latencia.

Los desarrolladores deciden cómo quieren utilizar el procesador, pero no hay más opciones de las dos que hemos indicado, y uno de los núcleos queda reservado al sistema operativo, lo que significa que como máximo Xbox Series X dispone de 7 núcleos y 14 hilos a 3,6 GHz basados en la arquitectura Zen 2 semipersonalizada.

La diferencia que vemos en la velocidad de la memoria gráfica tiene una razón de ser, y es la necesidad de mantener un nivel óptimo a nivel de frecuencias para asegurar una compatibilidad de primer nivel con los juegos de Xbox One X. Los desarrolladores tendrán acceso a 13,5 GB de memoria GDDR6 en total, ya que Xbox Series X tendrá reservados 2,5 GB de GDDR6 en su variante a 336 GB/s para el sistema.

Otro punto importante que debemos tener en cuenta que es que la GPU de esta consola, basada como hemos dicho en la arquitectura RDNA 2, está preparada para trabajar con trazado de rayos y también con otras características importantes, como por ejemplo «rapid packed math», que utiliza operaciones en precisión media (FP16) para mejorar el rendimiento sin grandes sacrificios a nivel de calidad gráfica.

La aceleración de trazado de rayos vía hardware opera, según DigitalFoundry, de un modo muy similar a lo que hemos visto en las series RTX serie 20 de NVIDIA, lo que quiere decir que afectará en gran medida al rendimiento y que no debemos esperar ningún milagro, aunque obviamente Xbox Series X tendrá a su favor las ventajas propias de una plataforma unificada y la optimización propia de las consolas.

El SSD jugará un papel fundamental a la hora de acelerar los tiempos de carga y de mejorar el rendimiento general del sistema. Se podrá ampliar de manera sencilla gracias a las tarjetas dedicadas que Microsoft ha desarrollado con la colaboración de Seagate, y estas actuarán como un SSD NVME «nativo». También se podrá aprovechar una parte del mismo para trabajar como memoria virtual.

Los tiempos de carga de las demos técnicas que han podido ver son muy reducidos, de hecho Microsoft ha logrado mejorar los tiempos de recuperación de partidas en juegos cuando abandonamos uno para entrar a otro, pero está claro que no han desaparecido. Digo esto en referencia a lo que comentó Sony en su momento cuando dijo que el SSD iba reducir los tiempos de carga a menos de un segundo. Como dije en su momento es imposible, y por tanto fue una mentira para generar expectación.

Por último, aunque no por ello menos importante, Microsoft ha asegurado una retrocompatibilidad plena con Xbox One X desde la propia base de Xbox Series X, es decir, dicha retrocompatibilidad existe a nivel de hardware y está siendo potenciada a nivel de software. Tenemos razones de sobra para ser positivos en este sentido.

Notas finales: Xbox Series X no ha defraudado

Al final no nos hemos llevado una decepción. Las especificaciones definitivas de Xbox Series X encajan con las filtraciones que habíamos visto anteriormente y confirman un salto importante, sobre todo a nivel de CPU, ya que Zen 2 da sopas con honda al procesador Jaguar de Xbox One X, y también a nivel de GPU y de almacenamiento.

La unidad gráfica Radeon RDNA 2 que integra Xbox Series X permitirá jugar de forma fluida en resoluciones 4K con tasas de 60 FPS o 120 FPS, según las exigencias de cada juego. En la demo técnica que ha mostrado Microsoft centrada en Gears 5 corriendo sobre Xbox Series X hemos podido ver que dicho juego funciona de forma estable a 60 FPS con resolución 4K y calidad gráfica mejorada.

También hemos podido ver una demo de dicha consola trabajando con trazado de rayos, pero por desgracia se ha limitado a Minecraft y no tenemos datos claros sobre el rendimiento que ha conseguido. En cualquier caso, si ponemos todo esto en conjunto la conclusión que podemos sacar es muy clara: Xbox Series X estaría, en términos generales, al nivel de un PC gaming de gama media-alta.

Os recuerdo que si todo va según lo previsto el lanzamiento de Xbox Series X se producirá a finales de este mismo año y tendrá un precio aproximado de entre 500 y 600 euros.

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