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Linux Foundation impulsa un grupo para crear software abierto contra pandemias como el COVID-19

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software abierto contra pandemias

La Fundación Linux ha anunciado una nueva iniciativa de Salud Pública (LFPH) encargada de «construir, asegurar y sustentar el software de código abierto para ayudar a las autoridades de salud pública a combatir el COVID-19 y futuras epidemias«.

El nuevo grupo tiene siete ‘miembros premium’, Cisco, doc.ai, Geometer, IBM, NearForm, Tencent y VMware, y se ha encargado hasta ahora de apoyar las aplicaciones de rastreo de contactos que usan el marco de software y las APIs proporcionadas en un proyecto singular creado por Google y Apple. En el futuro, el grupo planea «apoyar todos los aspectos de las actividades de prueba, rastreo y aislamiento que lleven a cabo los sistemas de salud pública»

El gran objetivo es encontrar y seleccionar software que sea relevante contra las pandemias, convertirlo en código abierto y después construir una comunidad de colaboradores interesados y capacitados para trabajar en él.

«Particularmente en los Estados Unidos, los sistemas públicos de salud han sufrido décadas de baja inversión y necesitan urgentemente escalar sus capacidades para interactuar con todo el público durante la peor pandemia en un siglo», indica el director de esta iniciativa. «Muchas empresas e individuos en la industria de la tecnología están ansiosos por ayudarles a enfrentar estos desafíos y LFPH proporciona un foro y un conjunto de herramientas para que puedan participar de manera constructiva», aseguran.

El grupo ha seleccionado el framework propuesto por Google y Apple. En mayo se lanzaron APIs que permiten la interoperabilidad entre dispositivos Android e iOS utilizando aplicaciones de las autoridades de salud pública. Solo es el comienzo. Los dos gigantes están trabajando para habilitar una plataforma más amplia de rastreo de contactos basada en Bluetooth al incorporar esta funcionalidad en las plataformas subyacentes. «La privacidad, la transparencia y el consentimiento son de suma importancia en esta iniciativa, y esperamos construir esta funcionalidad consultando a las partes interesadas», prometieron.

El grupo promovido por Linux Foundation también ha seleccionado el software de Canadá (COVID Shield) e Irlanda (COVID Green) para arrancar esta iniciativa de software abierto contra pandemias. Los proyectos seleccionados tienen una característica destacada, ya que utilizan  almacenamiento de datos descentralizados frente a los que se están utilizando en otros países. Aunque en estos casos los rastreadores de contactos humanos pueden no tener acceso a los registros es imperativo proteger la privacidad.

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Software abierto contra pandemias: solo con privacidad

Han sido tantas y tan graves las violaciones en el pasado de un derecho fundamental que millones de ciudadanos simplemente han decidido no participar en estos proyectos de rastreo del coronavirus. Simplemente no hay confianza e incluso una organización tan prestigiosa como la Fundación Linux tiene que ir con ‘pies de plomo’ a la hora de seleccionar los proyectos que apoya.

Ciertamente, la pandemia de COVID-19 es una emergencia global de salud pública que hubiera precisado de una respuesta coordinada y a gran escala de todos los gobiernos. Sin embargo, las iniciativas para contener el virus no deben ser excusa para «encubrir el inicio de una nueva era marcada por una expansión masiva de los sistemas de vigilancia digital invasiva». como alertaron cien organizaciones internacionales en una carta abierta.

En ella pedían a los gobiernos mundiales garantías de que las tecnologías digitales que se están empleando para rastrear y monitorizar a personas y poblaciones para frenar el coronavirus respeta plenamente los derechos humanos, incluyendo los digitales. También el software abierto contra pandemias.

El Supervisor Europeo de Protección de Datos (SEPD), Wojciech Wiewiorowski, tuvo que instar a la UE a establecer salvaguardas (como limitar el acceso a los datos y eliminarlos cuando termine la crisis) cuando aprobó el uso de un proyecto de rastreo de las grandes operadoras europeas para compartir con la Comisión Europea datos de ubicación de teléfonos móviles. España está incluida y sigue en marcha un estudio de movilidad que rastrea 40 millones de móviles.

Vivimos tiempos extraordinarios, pero los derechos humanos siguen siendo aplicables y el de privacidad es uno de ellos. No nos atrevemos a asegurar que estos proyectos la violen, pero no ha habido la transparencia debida y tampoco se han ofrecido garantías de que esos datos no acaben en usos perniciosos más allá de utilizarlos contra esta y otras pandemias. Y sean completamente eliminados una vez finalice la crisis.

Conociendo desmanes anteriores es lógico que los ciudadanos desconfíen de este tipo de tecnologías. Ni siquiera se librará de este escrutinio el software abierto contra pandemias. Bienvenido por las posibilidades que ofrece de colaboración y auditoría de código, aunque el meollo del asunto siga estando en la recopilación, tratamiento y uso de datos personales.

¿Tú crees que las iniciativas están cumpliendo las condiciones?

  • Las medidas de vigilancia adoptadas para abordar la pandemia deben se ser legales, necesarias y proporcionadas. Han de estar previstas por la ley y justificadas bajo objetivos legítimos de salud pública, determinados por las autoridades de salud pública competentes, y proporcionales a esas necesidades.
  • Si los gobiernos amplían los poderes de seguimiento y vigilancia, tales poderes han de ser de duración limitada y prolongarse sólo durante el tiempo necesario para abordar la pandemia actual. No podemos dejar que la pandemia de COVID-19 sirva de excusa para ejercer vigilancia indefinidamente.
  • Los Estados deben garantizar que el aumento de la recopilación, conservación y agregación de datos personales, incluidos los relativos a la salud, tiene como único fin responder a la pandemia de COVID-19.
  • Los gobiernos deben hacer todo lo posible para proteger los datos personales, lo que incluye garantizar la debida seguridad de los datos recopilados y de los dispositivos, aplicaciones, redes o servicios utilizados en su recopilación, transmisión, tratamiento y almacenamiento.
  • Todo uso de tecnologías de vigilancia digital en la respuesta a la COVID-19, incluidos los sistemas de inteligencia de datos y artificial, debe tener en cuenta el riesgo de que tales herramientas faciliten la discriminación y otros abusos contra los derechos de las minorías raciales, las personas que viven en la pobreza y las poblaciones marginadas.
  • Si los gobiernos firman acuerdos para compartir datos con otras entidades públicas o del sector privado, deben hacerlo basándose en la ley, y la existencia de tales acuerdos, así como la información necesaria para evaluar su impacto en la privacidad y los derechos humanos, debe revelarse públicamente, por escrito, con las cláusulas de suspensión y con supervisión pública y otras salvaguardias por defecto.
  • Toda respuesta debe incorporar mecanismos de rendición de cuentas y salvaguardias contra el uso indebido. El aumento de las medidas de vigilancia ante la COVID-19 no debe ser competencia de los organismos de seguridad o inteligencia, y tiene que estar sujeto a la supervisión efectiva de órganos independientes adecuados.
  • Las respuestas al COVID-19 que contengan medidas de recopilación de datos han de incluir medios de participación libre, activa y significativa de las partes interesadas pertinentes, en particular de especialistas del sector de la salud pública y de los grupos de población más marginados.

La industria tecnológica no se ha ganado el derecho de la confianza ni siquiera ante la utilidad indudable de la tecnología de rastreo en estos casos. La Fundación Linux ha programado un seminario web introductorio el 30 de julio para explicar el proyecto de software abierto contra pandemias. 

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