Análisis
Peugeot e-Rifter 2021, señales
La felicidad es tu mayor enemigo Niki Lauda (Rush, 2013)
La Tierra está amaneciendo en la redonda ventana de mi cubículo. La sombra de la noche va retirándose poco a poco haciendo florecer el azul del mar salpicado de nubes mientras va apagando en las islas y continentes las constelaciones de las ciudades que abandonan la oscuridad de la noche. No siento la misma emoción que sentí hace quince meses pero esa vista me sigue impresionando cada día. Hoy lo cierto es que no estoy de humor para emociones. No he dormido prácticamente nada a pesar de las pastillas. Paseo la mirada por el interior de la estación espacial. El plástico que tapa la escotilla está rayado y manchado de amarillo, las tiras de tela que sujetan la hamaca donde duermo están parcialmente deshilachadas, los remaches de la pared donde están los controles de la climatización ya no tienen pintura… mientras el silbido agudo y constante del sistema de ventilación me recuerda que hace meses que andamos reciclando los filtros lavándolos con lavavajillas y que los ventiladores tendrían que haber sido sustituidos hace un par de años según el manual de mantenimiento de la agencia. Me miro al espejo para lavarme los dientes. No queda mucha pasta ya. Apenas para cien días. Veo la imagen de un tipo igual de descuidado que la estación: sin afeitar, con ojeras, con el pelo largo que llega hasta los hombros…
Un zumbido me anuncia que tenemos una llamada desde la Tierra. Esa llamada que llevo semanas evitando pero que no puedo evitar. Me cruzo con el resto de la tripulación que me mira en silencio mientras me encierro en la cabina de comunicaciones. «Samuelson» digo encendiendo la cámara «Por favor Robert, llámame Bill…» me contesta un tipo encorbatado pero sin chaqueta que está sudando profusamente la humedad de un agosto en Florida. Que le llame Bill. Esto no tiene buena pinta. «Muy bien Bill. Dime que nos vas a sacar de aquí». El tipo de la pantalla coge un pañuelo desproporcionadamente grande y se seca el sudor tomando tiempo. «No es tan fácil la cosa Robert. Aquí se ha complicado todo. La empresa está en bancarrota. Una mala apuesta en un mercado equivocado… cosas que pasan. Están desmantelando todos los vehículos de lanzamiento. La base la han vendido. Dicen que se va a convertir en un parque de atracciones…» Ahora es cuando reparo en una caja de cartón que tiene sobre la mesa con todas sus cosas. «… y os están despidiendo». Bill asiente con tristeza. «Bueno, pero nos vais a sacar de aquí, ¿no? El gobierno…» Bill me interrumpe «Me temo que tiene otras cosas entre manos. Además bien sabes que desmanteló la agencia hace meses». Se hace un siencio que dura un par de minutos. «¿Entonces?» Bill se encoge de hombros «Entonces nada Bob». El botón para desconectar la transmisión está pegajoso. Creo que es mermelada.
El avance de la movilidad eléctrica va cambiando poco a poco el panorama del mercado de la automoción salpicando a todos los tipos de vehículos. Si los motores cero emisiones han conquistado turismos y SUV, también lo van haciendo con las furgonetas y vehículos inspirados en ellas. De hecho hace tiempo que hemos observado la proliferación de modelos basados en una carrocería a medio camino entre turismo y furgoneta con gran capacidad de carga y la posibilidad en ocasiones de acomodar hasta a siete personas.
Modelo analizado | Peugeot e-Rifter |
Motor y acabado | GT 136 CV Standard |
Potencia | 136 CV |
Velocidad máxima | 130 Kmh |
Aceleración o-100 | 11,2 s |
Largo/ancho/alto | 4403/1848/1796 |
Potencia máxima RPM | 136 CV |
Par máximo Nm/RPM | 260 Nm |
Caja de cambios | automático |
Web | https://www.peugeot.es/ |
Precio | 41.300 euros |
Podría decirse que son los herederos menos refinados de los monovolúmenes, por sus líneas menos aerodinámicas que este tipo de coches, pero que no tienen nada que envidiar a ellos en cuanto a practicidad y capacidad de carga. En su momento hemos tenido la ocasión de probar algunos modelos de estos híbridos entre furgoneta compacta y turismo y concretamente pudimos hacerlo con la Peugeot Rifter. En esta ocasión hemos tenido la oportunidad de tener entre manos la versión electrificada de este práctico modelo del fabricante francés.
Echando un vistazo al exterior de la e-Rifter no hay nada que pueda hacernos pensar que estamos ante un modelo totalmente eléctrico. La longitud del modelo que probamos (hay dos tamaños disponibles) es de 4,40 metros y parece como si fuera un vehículo ensamblado con dos partes diferentes, la delantera tiene un diseño más parecido al de un turismo mientras que la parte de atrás aprovecha el espacio al máximo con las formas más propias de una furgoneta con ángulos rectos y un portón que ocupa toda la parte de atrás.
Trazos de turismo
En la parte delantera unos faros alargados que se unen en una parrilla central con el logo del león en el centro quedan por encima de una segunda parrilla pequeña en el centro del paragolpes y una tercera de tamaño más grande que ocupa toda la parte inferior. En los laterales se encuentan los pilotos de posición protegidos por unas anchas molduras de plástico negro que encontramos también en el faldón de la parte de abajo. El conjunto le da un aspecto moderno a este modelo y un diseño con personalidad.
Como hemos señalado a partir del parabrisas delantero las líneas de la e-Rifter cambian para renunciar a la aerodinámica y aprovechar al máximo el espacio. El resultado es que el techo se eleva hasta alcanzar una altura de 1,8 metros aumentada por las barras de transporte en el techo. Esta altura hace que la puerta para acceder a las plazas delanteras sea grande, al estilo de una furgoneta comercial, por lo que entrar es muy cómodo. Para las plazas traseras la puerta es corredera dejando aún más espacio y con el añadido de no tener que dejar apenas distancia con las paredes en los laterales para acceder al interior.
Luz interior
En todo el lateral y gracias a este diseño tipo furgoneta las superficies acristaladas son muy amplias y las anchas molduras de plástico negro que recorren también los pasos de rueda son útiles para los inconvenientes de la conducción urbana pero también le dan un toque de diseño interesante. Finalmente en la parte posterior y como mencionamos la línea cae verticalmente para dejar un portón que ocupa toda la parte trasera dejando un espacio muy grande para la carga con el inconveniente de que no podemos pegar el furgón a la pared para acceder a la carga.
En parte este inconveniente se salva gracias a que la luna del mencionado portón también se puede abrir accionando otro pulsador junto al de la apertura. De esta forma podemos acceder al interior pero de forma más incómoda ya que el suelo del maletero queda muy bajo. Para dejar el máximo espacio de apertura los grupos ópticos traseros son de diseño vertical. En la parte inferior el parachoques en plástico negro envuelve la parte de abajo del portón. Debajo del parachoques una defensa de plástico gris remata esta parte de la e-Rifter.
El interior de este modelo es muy amplio y la sensación de espacio se multiplica gracias a las amplias cristaleras que hemos mencionado y en nuestro caso al gran techo solar que montaba la versión que hemos probado. Las plazas delanteras son cómodas y el diseño del salpicadero tiene un aspecto más de turismo o SUV que de furgoneta a pesar del mayor espacio a disposición. Los elementos envuelven al conductor y el pasajero con un tunel central de gran tamaño que en este caso acoge un selector de marchas en vez de una palanca.
Acabados robustos
Como en el caso de la Rifter que probamos los acabados dan una impresión mixta entre los plásticos duros más propios de una furgoneta en el salpicadero o el túnel central para aportar más resistencia al uso con otros materiales más nobles como los del volante o la pantalla del sistema de información y entretenimiento. Como en la Rifter el volante es de tamaño reducido como en otros modelos de la marca para que podamos ver por encima del mismo la pantalla que hace las funciones de los indicadores.
Como en el modelo que probamos con motor de explosión, la e-Rifter también dispone del curioso elemento de iluminación en el techo que recorre toda lo largo del habitáculo. En la parte trasera los asientos son individuales y lo suficientemente cómodos, aunque algo menos de lo que encontramos en un turismo o SUV de gran tamaño pero sí mejores que los de un utilitario. Hay espacio suficiente para tres personas con espacio de sobra en altura y para las piernas incluso con cierta estatura. Sobre las cabezas de los ocupantes de las plazas traseras hay unos espacios adicionales cerrados de almacenamiento muy prácticos.
Gran maletero
El maletero de esta e-Rifter, que dispone de cinco plazas, tiene una capacidad de 597 litros, los mismos que en las versiones con motorizaciones de combustible, muy accesibles gracias al mencionado portón. Dispone de una tapa que puede doblarse a la mitad, esto es útil sobre todo si necesitamos acceder al contenido del maletero abriendo la luna del mismo. Dispone de luz y de algunos enganches y espacios adicinales para almacenar pequeños objetos. Los asientos de la segunda fila se pueden abatir.
En lo que respecta al sistema eléctrico de propulsión y almacenamiento de energía, esta e-Rifter dispone del ya conocido motor eléctrico de 136 caballos y de una batería capaz de almacenar hasta 50 kWh que le da una autonomía sobre el papel de 280 kilómetros (según la homologación WLTP). Son cifras más que suficientes aunque el peso de este vehículo que alcanza los 1.818 kilos y el diseño de la carrocería, menos aerodinámica, influye sobre el consumo sobre todo en recorridos en carretera.
Como suele ocurrir con los modelos eléctricos, el e-Rifter se mueve con mucha suavidad en ciudad y gracias a la buena cifra de par y a que la potencia está a disposición en todo momento la respuesta al acelerador es inmediata incluso con el vehículo cargado. Esto se convierte en una conducción muy agradable y ágil en ciudad a pesar de su tamaño con buena respuesta en semáforos y otras situaciones en las que necesitamos arrancar con rapidez. A pesar del tamaño las ayudas a la conducción y las cámaras de aparcamiento ofrecen mucha asistencia en las maniobras.
Bien en carretera
En carretera la e-Rifter también se comporta perfectamente, con una respuesta al acelerador muy buena, sobre todo si activamos la modalidad Power, que es la única que permite utilizar toda la potencia del motor eléctrico, penalizando eso sí la autonomía. Como en otros vehículos similares el bajo centro de gravedad gracias a que las baterías se encuentran en la parte más baja del vehículo hace que sea muy estable en curva, sensiblemente más que una Rifter con motor de explosión.
En ciudad o en autopista a velocidad constante el modo Eco es suficiente (limita la potencia a 82 caballos) con lo que podremos estirar un poco más la autonomía. El del consumo eléctrico es uno de los problemas que podemos encontrar dada las características aerodinámicas de la e-Rifter, que no son las más eficientes. Así los 280 kilómetros de autonomía teórica si conducimos por carretera o autopista se ven muy reducidos y quedan por debajo de los 200 kilómetros en la práctica, cosa que hay que tener en cuenta si queremos realizar viajes.
Para compensar en parte esta e-Rifter dispone de la posibilidad de carga rápida mediante corrente contínua de hasta 100 kWh por lo que se podría alcanzar un 80% de la carga de la batería de 50 kWh en menos de 30 minutos (hay que tener en cuenta siempre que la velocidad de carga en un cargador de estas características no es lineal). Aún así los viajes con este modelo requieren una planificación algo más cuidadosa que con otros eléctricos. En cambio en ciudad sí podemos acercarnos a los 250 kilómetros de autonomía conduciendo con cuidado.
Conclusiones
La transformación de la Peugeot Rifter en un modelo eléctrico es todo un acierto. Además de las ventajas obvias de un vehículo con dicha propulsión (y los que proporciona la etiqueta 0 desde el punto de vista práctico) este modelo adquiere una agilidad mayor en curvas, se hace más silencioso y responde al acelerador con mucha más inmediatez. La elección de una batería de 50 kWh es lo que hace que se quede un poco en tierra de nadie en cuanto al uso al que se puede destinar esta e-Rifter.
En ciudad la autonomía es suficiente y se convierte en un vehículo amplio apto tanto para el uso diario como para transportes de cierta entidad. En carretera y autopista es un coche ágil y potente con grandes sensaciones al volante, pero al que le penaliza la autonomía para poder planear escapadas a distancias más largas. Una mayor cobertura de cargadores, algo a lo que se está tendiendo cada día más, irá haciendo este tipo de viajes más factibles, gracias también a la compatibilidad con la carga ultrarrápida.
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