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Raja Koduri y su aventura en Intel, una mirada a fondo

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Fue sin duda la noticia más importante de ayer, Raja Koduri confirmaba su salida de Intel, y con ello ponía fin a una aventura de casi seis años en la que ocupó puestos de gran importancia en el gigante del chip, de hecho llegó a ser vicepresidente ejecutivo y el máximo responsable de la división gráfica de Intel.

La llegada de Raja Koduri a Intel no fue casualidad. Su salida de AMD para integrarse en las filas del gigante del chip se produjo en un momento en el que la importancia de la GPU era cada vez mayor, y en el que Intel era plenamente consciente de que debía ponerse a trabajar para volver a un mercado en el que nunca había logrado triunfar.

Podemos decir que el gigante del chip no estaba equivocado en su nueva apuesta por el núcleo gráfico. La importancia de la GPU es hoy mayor que nunca, tanto en el sector de consumo general como en el sector profesional, donde se utiliza para acelerar numerosas cargas de trabajo y para sustentar el desarrollo y la evolución de la inteligencia artificial, la inferencia y el aprendizaje profundo, y esta realidad irá a más en los próximos años.

Raja Koduri y sus objetivos en Intel

Intel Xe

La verdad es que desde el principio no lo tuvo nada fácil, y no fue por una cuestión de recursos o de talento humano, todo lo contrario, Intel es una empresa que cuenta con los medios necesarios para afrontar con garantías cualquier proyecto, pero la verdad es que este era especialmente complicado.

Para entenderlo mejor debemos analizar el objetivo clave que debía cumplir Raja Koduri en Intel. Este era desarrollar una arquitectura GPU, como sabrán muchos de nuestros lectores, pero no servía con una arquitectura cualquiera, esta tenía que cumplir una serie de claves muy concretas para poder competir de verdad con NVIDIA y con AMD tanto en el sector profesional como en el mercado de consumo general. Os resumo esas claves:

  • Rendimiento elevado, a la altura de las últimas generaciones de NVIDIA y AMD, que en aquél momento eran Ampere y RDNA2.
  • Fácilmente escalable, para poder diseñar GPUs más o menos potentes en función de las necesidades del momento, y para poder crear un catálogo de productos variado de una manera más sencilla.
  • Eficiente y optimizada, con una buena relación rendimiento por vatio consumido y un soporte adecuado a nivel de software y de drivers.
  • Compatible con tecnologías de última generación y equipada con hardware especializado en trazado de rayos e inteligencia artificial.

Diseñar desde cero una GPU capaz de cumplir con esos cuatro objetivos no era algo sencillo, eso está claro, y estoy seguro de que con este sencillo desglose de claves habréis podido entender mejor los retrasos y los problemas que ha tenido que afrontar y que superar Intel desde que se embarcó en la aventura de volver al sector de los aceleradores basados en GPU y en el de las tarjetas gráficas.

Arc Alchemist: objetivo cumplido, pero a medias

El desarrollo de la arquitectura Intel Xe, que es la base tanto de las GPUs profesionales como de aquellas dirigidas al mercado de consumo general del gigante del chip, fue muy complicado y acabó sufriendo retrasos importantes. Esos retrasos hicieron que el lanzamiento de los primeros productos comerciales se produjera tarde, de forma limitada y que encima el soporte a nivel de drivers no fuese verdaderamente óptimo.

Creo que es evidente que esos retrasos también influyeron en la comercialización de las tarjetas gráficas Intel Arc Alchemist, y tuvieron un impacto negativo en sus ventas. Es totalmente normal, porque fueron lanzadas cuando NVIDIA y AMD ya tenían preparadas sus nuevas generaciones gráficas, las GeForce RTX 40 y Radeon RX 7000, y esto redujo el interés y el valor de la serie Arc Alchemist.

Raja Koduri llegó muy tarde, esto no se puede negar, y cuando trabajas para una empresa del nivel de Intel está claro que llega un punto en el que no es tolerable. Con todo, y a pesar de los retrasos que sufrieron las Arc Alchemist, hay que reconocer que el ex-vicepresidente de la unidad gráfica de Intel fue capaz de liderar a su equipo en el camino que hizo posible la creación de una arquitectura que cumplió muchos de esos objetivos que hemos visto.

Intel Xe es una arquitectura altamente escalable, ya que es posible unir bloques Xe para crear núcleos gráficos con una mayor potencia. También ha demostrado ser una arquitectura potente y capaz de competir con Ampere y RDNA2, tanto por rendimiento bruto como por soporte de tecnologías avanzadas, ya que cuenta con hardware especializado para acelerar trazado de rayos y con unidades especializadas en inteligencia artificial, conocidas como matrices XMX, que son precisamente las que aceleran la tecnología de reescalado y reconstrucción inteligente Intel XeSS.

Con Arc Alchemist se cumplieron objetivos importantes, pero Koduri se dejó cosas por el camino. La arquitectura Intel Xe no rayó a un buen nivel en términos de rendimiento por vatio consumido, llegó al mercado con fuertes limitaciones en juegos basados en APIs obsoletas (anteriores a DirectX 12 y Vulkan), perdía mucho rendimiento con procesadores que no permitían activar ResizableBAR y la implementación del Intel XeSS no fue todo lo buena que cabía esperar.

Intel ha sabido jugar sus cartas y ha tomado las medidas necesarias para mejorar el valor de las Arc Alchemist A750 y A770, centrándose principalmente en mejorar el rendimiento con APIs obsoletas y en reducir el precio para ajustarlas a los últimos movimientos de NVIDIA y de AMD en la gama media, y al final podemos decir que ha logrado salvar un lanzamiento que para algunos olía claramente a desastre. No, no ha sido un éxito, eso está claro, sobre todo porque esa generación de tarjetas gráficas llegó muy tarde, pero tampoco es justo calificarlo como un fracaso, y creo que es un primer paso digno, dentro de lo que cabe, en la vuelta de Intel al sector gráfico.

Reajuste de la división gráfica, salida de Raja Koduri y legado

Raja Koduri Intel

Que a Intel no le gustaron los resultados de la división gráfica que dirigía Raja Koduri es algo que quedó claro cuando el gigante decidió reorganizar dicha división, un movimiento que vino acompañado de una degradación de rango que hizo que Koduri dejara de ser vicepresidente ejecutivo. Desde ese momento se produjo un silencio muy marcado que nos acabó llevando al anuncio de sus alida de Intel, todo en un periodo de apenas tres meses.

La versión oficial que han dado tanto Intel como Raja Koduri es que se trata de una salida amistosa, y que este último emprenderá una nueva aventura al frente de su propia startup, cuyo objetivo será el desarrollo de soluciones de IA para gaming, multimedia y entretenimiento. No obstante, está claro que a pesar de todo el detonante principal de esa salida ha sido ese objetivo cumplido a medias que os hemos contado en el apartado anterior.

Por si alguno duda de esto os recuerdo que la arquitectura Intel Xe también se utiliza en los aceleradores gráficos de alto rendimiento para el sector profesional, conocidos como Ponte Vecchio, y que en este nivel Koduri tampoco fue capaz de cumplir con todos sus objetivos ni con las expectativas que había generado. Tampoco podemos hablar de un fracaso absoluto, pero está claro que no estuvo a la altura de las circunstancias, ni de los recursos y del tiempo que Intel puso a su disposición.

La nueva división gráfica de Intel seguirá adelante, y de momento parece que continuará con su trabajo a partir del legado que deja Raja Koduri. Esto quiere decir que, en principio, no deberían producirse cambios importantes en el futuro a corto y medio plazo de la estrategia GPU del gigante del chip, y que el lanzamiento de Arc Battlemage y de Arc Celestial debería estar asegurado.

Es importante que tengáis en cuenta que esas dos generaciones de tarjetas gráficas se dirigen al mercado de consumo general, y utilizarán como base la arquitectura Intel Xe. Sobre dicha base aplicarán revisiones y cambios que deberían mejorar el rendimiento y la eficiencia, pero no se producirá un cambio de arquitectura, así que al final las diferencias en términos de potencia bruta podrían ser relativamente modestas.

Arc Battlemage debería llegar al mercado entre finales de 2023 y la primera mitad de 2024, y Arc Celestial estaría disponible en algún momento de 2025, siempre que no se produzcan retrasos y que Intel pueda cumplir con su hoja de ruta. En principio podemos esperar también la misma división de hardware a nivel de GPU (shaders, motores de geometría y texturizado, núcleos para trazado de rayos y matrices XMX para IA).

Esas dos nuevas generaciones de tarjetas gráficas serán el legado de Raja Koduri en Intel, porque como he dicho utilizarán la arquitectura Xe con algunas modificaciones y mejoras. El gran cambio a nivel de arquitectura no llegará hasta el lanzamiento de las Arc Druid, previsto para 2026 como muy pronto. Los detalles todavía son muy escasos, ya que estamos hablando de una generación gráfica que todavía está a varios años de distancia, así que siento no poder compartir con vosotros más información de momento.

¿Logrará Intel triunfar en el sector gráfico?

Intel-Arc-Battlemage

Centrándome en el mercado de consumo general, que al final es el que interesa al lector de MuyComputer, creo que ha logrado cosas muy positivas con Arc Alchemist, y que con esa generación ha demostrado que realmente podría crear una GPU capaz de mover juegos actuales y de dar soporte a tecnologías de última generación, como trazado de rayos y reescalado inteligente.

Sin embargo, en el fondo no lo tiene nada fácil, y creo que todo dependerá de lo que haga con Arc Battlemage. Esta segunda generación de tarjetas gráficas va a ser clave para Intel, y su éxito o su fracaso determinará de forma contundente si la compañía debería seguir trabajando por mejorar su posición en el sector gráfico de consumo general o si debería tirar la toalla.

Tanto profesionales como usuarios podemos entender que un primer paso siempre es complicado, y que no todo puede salir perfecto. Por eso soy tan comprensivo con Arc Alchemist, pero ahora que Intel tiene la experiencia de ese primer lanzamiento ya no puede permitirse ciertas cosas, y nosotros tampoco podemos aceptar determinados errores.

Arc Battlemage tiene que llegar al mercado en un estado de madurez muy bueno, tanto a nivel de hardware como de drivers y de soporte, y es imprescindible que el gigante del chip cubra un espectro más amplio del mercado y que cierre nuevos acuerdos para llevar el XeSS a un mayor número de títulos.

También es necesario que esta nueva generación gráfica sea capaz de competir con lo que tengan NVIDIA y AMD en el mercado, ya sea igualándolas o superándolas en términos de rendimiento bruto y de tecnologías, u ofreciendo un valor interesante en relación precio-prestaciones en caso de que quede por debajo de ambas (comercializando productos con un buen rendimiento a un precio inferior para compensar su menor rendimiento).

Si te preguntas por el posible abandono de Intel te puedo asegurar que esto no va a ocurrir ni a corto ni a medio plazo, aunque algunos rumores apuntaron a ello en su momento. Hay un motivo de peso, y es que el gigante de Santa Clara ha invertido mucho dinero, recursos y tiempo en su aventura dentro del sector gráfico, y tirar la toalla equivaldría a desperdiciar todos esos recursos.

Por otro lado, debes tener en cuenta que el sector GPU tiene una importancia enorme, y que Intel necesita de este componente en diferentes niveles, incluyendo desde las tarjetas gráficas dedicadas de consumo general hasta los núcleos gráficos integrados y los aceleradores gráficos para el sector profesional. Al final son muchos frentes, y una compañía como Intel no puede permitirse quedarse fuera de la carrera en el sector GPU. No obstante, esto no quiere decir que no pueda tomarse algún descanso para afrontar determinados desafíos o nuevos ciclos de desarrollo a largo plazo, obviamente.

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