Lenovo IdeaPad Yoga 11S, análisis

El nuevo Ultrabook de Lenovo se presenta como una alternativa a aquellos que buscan un “todo en uno” sin tener que renunciar a casi nada. Con sus 1,4 kg y unas medidas de 204 x 298 x 17,2 mm, el Lenovo IdeaPad Yoga es ideal para este público que busca combinar la máxima portabilidad con las posibilidades de un portátil tradicional.

A primera vista, el Yoga 11S es una combinación del Yoga 11 y Yoga 13, heredando el diseño del primero con parte del hardware del segundo (arquitectura Intel) . Los modelos disponibles son en plástico gris o naranja, de gran calidad y con un aspecto que intenta imitar al aluminio. Aun sin serlo, sin duda tiene un diseño atractivo. Las bisagras que posee dan una muy buena sensación de resistencia para los giros que da la pantalla, algo clave hablando de un convertible.

La pantalla de 11,6 pulgadas de 10 puntos de presión es más justa en resolución que su hermano mayor, el Yoga 13, teniendo este último 1.600 x 900 contra una resolución de 1366 x 768 píxeles con capacidad MultiTouch. La fidelidad de color y el nivel de brillo son muy buenos, pero el ángulo de visión es mejorable y complica su uso en exteriores.

EL Lenovo IdeaPad Yoga 11S se caracteriza por estar diseñado de tal manera que nos permite su uso de diferentes formas, siendo desde un ultrabook a un tablet gracias al giro de su pantalla, que nos permite girarla hasta 360 grados y emplearla en cuatro posiciones diferentes, en función del uso que le vayamos a dar.

El Yoga cuenta con un teclado AccuType un diseño ergonómico para hacer más cómoda la escritura y un 3,5 x 2,4 pulgadas touchpad firmado por Synaptics . Lenovo ha hecho un esfuerzo importante por mejorar la ergonomía del teclado, dotándolo de un perfil curvo que facilita la escritura. En el lado negativo, muchos usuarios echarán de menos un sistema de retroiluminación.

En el borde derecho del dispositivo encontramos un puerto USB 2.0, así como un lector de tarjetas SD 3 en 1, un botón para cambiar la rotación automática de encendido y el puerto propio para el adaptador. En el lado izquierdo el puerto USB 3.0, un puerto HDMI, un conector para auriculares y micrófono combinado y el control de volumen. Botones para OneKey Recovery y el botón de encendido de Lenovo están en el borde izquierdo del frontal del portátil.

Con respecto a hardware, cuenta con un procesador  Intel Core i3-3229 y  4 GB de RAM o 8 GB, en su versión más avanzada. En cuanto a almacenamiento, tendremos un disco de estado sólido de 128 GB (SSD) de serie (ampliable a 256 GB) y cuenta con una gPU integrada HD 4000 de Intel. La cámara de video es la típica en estos dispositivos, con una resolución de 720p y calidad más que suficiente para videoconferencias.

El detalle que más llama la atención de este modelo es el control por movimiento. Al activarlo, ciertas aplicaciones responderán a nuestras órdenes sin tener que ni siquiera tocar el aparato. En la práctica resulta más espectacular que eficaz, pero no deja de ser un añadido interesante que podrán aprovechar algunos usuarios.

En nuestras pruebas de batería el Lenovo IdeaPad Yoga 11S llegó a las 5 horas de uso normal. Si prescindimos de la conectividad WiFi y ajustamos el brillo podemos llegar a las 6,5 sin demasiadas dificultades, pero no es un dispositivo que nos permita olvidar el cargador en casa. La demanda del micro Intel le penaliza respecto a soluciones basadas en ARM o Apple.

Conclusiones

Consideramos al Lenovo IdeaPad Yoga 11S como un convertible que destaca por su un gran diseño, un hardware solvente y algunas ideas muy interesantes desde el punto de vista de la ergonomía. Le restan puntos una conectividad mejorable (esperábamos más puertos USB 3.0) , un teclado mejorable y una GPU de discreto rendimiento.

En cualquier caso sigue siendo una alternativa fantástica para usuarios que buscan tener un Windows «completo» en un dispositivo que se comporta muy bien como portátil y que también responde como tablet. Interesante para fanáticos de la movilidad que busquen un equipo «para todo».