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Análisis

Mazda 3: estilo racional

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«»Sigo siendo la misma persona de antes, solo que con ropa mejorAndy Sachs, El diablo viste de Prada

En 2010, 50 años después de lanzar su primer automóvil, Mazda emprendió un camino de forma decidida, un camino que sigue una filosofía llamada Kodo. Se trata de una visión nueva sobre el diseño y la concepción de los automóviles que con el apellido «soul in motion» inspirada en el movimiento de los animales más rápidos del planeta para plasmar en las líneas de sus coches la impresión del dinamismo.

Seis años después y teniendo frente a nuestros ojos un ejemplar de su Mazda 3 no sabemos si esta compañía japonesa acabará triunfando en el mercado o si los consumidores responderán cada vez más al Kodo, pero no hay duda que sobre la mesa de los diseñadores se ha respetado esta filosofía. Las líneas del Mazda 3, que no deja de ser un coche compacto, son elegantes, dinámicas y sugerentes, toda una conquista para un coche que busca la practicidad además de la elegancia.

Pero las peculiaridades de Mazda, en realidad marcas de personalidad que se agradecen en un mercado a veces demasiado homogéneo, no se limitan a las líneas de la carrocería sino que abarcan toda la filosofía del coche. Por ejemplo el constructor japonés nunca ha sido partidario del «downsizing» en el apartado de motores. Es decir, hasta ahora siempre ha optado por motores más grandes aunque eficientes en vez de exprimir con el turbo y otras argucias técnicas los caballos de motores de baja cilindrada bajo la filosofía Skyactiv.

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Ficha técnica

¿El tamaño justo?

Y decimos «hasta ahora» porque precisamente con este modelo de Mazda 3 podría parecer que la marca se ha rendido. La unidad que probamos equipaba el nuevo motor diésel de 1.5 litros con 105 caballos, todo un cambio sobre el papel frente a la única opción diésel anterior con un motor de 2.2 litros y 150 caballos. Pero en realidad este pequeño motor japonés sigue llevando la contraria, gracias al diseño de elementos del motor (como la forma de la cabeza del pistón y otros ajustes que disminuyen la fricción de sus componentes) esta unidad propulsora de Mazda cumple las últimas normas de emisiones sin necesidad de aditivos.

Y no solamente eso sino que gracias a estos ajustes el motor del Mazda 3 se alcanza una temperatura de combusión más baja lo que conjuntamente con el mencionado rediseño consigue que las piezas sufran menos. También se han realizado cambios en la válvula EGR, se ha optado por un turbocompresor de geometría variable, un cambio de tamaño y posicionamiento del intercooler… En definitiva Mazda se ha adaptado a la moda de la reducción de cilindrada pero a su estilo, aportanto mejoras de gran calado.

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Bien vestido

Pero cerremos el capó por un momento, demos unos pasos atrás y admiremos el diseño del Mazda 3. Es muy difícil encontrar en un coche compacto como este modelo japonés una línea que se acerque tanto al compromiso perfecto entre deportividad y elegancia acudiendo a la clásica forma de lágrima. Desde los afilados grupos ópticos marca de la casa hasta el discreo spoiler trasero en forma de visera es complicado buscarle peros a este coche, sobre todo si como en este caso no hay grandes sacrificios en habitabilidad y visibilidad, aunque algo limitada en la luneta posterior.

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El frontal, sobre todo los faros bixenon y la parrilla, tiene un diseño parecido a otros modelos de la casa mientras que la parte posterior redondeada es la que más le distingue dentro del resto de la gama. Unas generosas llantas multirradio de 18 pulgadas (en el caso de la unidad probada) dan el toque final a un modelo que sin duda destaca. Objetivamente el diseño es muy cuidado y subjetivamente es curioso cómo las líneas de un automóvil pueden transmitir al mismo tiempo serenidad oriental y deportividad.

Elegancia interior

En el interior se prolonga la sensación de cuidado en los detalles y atención al diseño, un claro ejemplo es el puesto de conducción. Como en otros modelos de la marca se huye de la profusión de relojes e indicadores para ofrecer un gran cuentarrevoluciones analógico que luce velocímetro digital en la esquina inferior derecha (en la versión Luxury que probamos). A ambos lados del mismo encontramos más información como temperatura, kilómetros recorridos o combustible. Sobre el panel y para complementar la información se encuentra el famoso display HUD, un cristal sobre el que se proyecta información como la velocidad o las indicaciones del navegador. Es regulable aunque algo pequeño pero en definitiva bastante práctico.

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Los asientos delanteros envuelven perfectamente y sujetan hasta en las curvas más cerradas y el tacto del tejido es excelente (en el caso de la unidad probada se trataba de asientos calefactados). Como es costumbre ya en Mazda los acabados del salpicadero y todos los elementos son de alta calidad, incluida la palanca de cambio rematada en piel o el volante. La pantalla del navegador y sistema de entretenimiento se coloca en la parte superior, que como ya hemos mencionado anteriormente es la posición que nos parece más adecuada.

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Muy buena la capacidad de climatización tanto por la potencia del sistema como por la distribución y tamaño de las boquetas de ventilación de fácil accionamiento y regulación. Algunos elementos necesitan revisión como el espacio para colocar el teléfono móvil, dotado con un plástico antiadherente, que no está adaptado al tamaño de los modelos más actuales. La distribución de los controles en el volante es muy buena y accesible, aunque para n uestro gusto hay un exceso de botones.

Buen clima

Los mandos de la climatización se encuentran en la parte inferior y son intuitivos y fáciles de accionar. Por lo demás la vida a bordo de las plazas delanteras es muy confortable. Atrás el diseño aerodinámico penaliza algo la habitabilidad para personas altas aunque cuatro ocupantes viajarán sin ningún problema con espacio suficiente para las piernas. Otro sacrificio, aunque leve, en aras del diseño es el del acceso a las plazas traseras ya que el hueco de la puerta no es demasiado grande.

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En cuanto al maletero el Mazda 3 cuenta con una capacidad de 363 litros y el acceso es bastante cómodo. Los asientos traseros se abaten hasta conseguir 1263 litros cuendo necesitemos una capacidad de carga mayor. El sistema para abatir los asientos es sencillo y deja una superficie de carga suficientemente plana como para poder itroducir objetos de gran longitud sin dificultades ni obstáculos molestos.

De paseo con el Mazda 3

En carretera el Mazda 3 no defrauda, aunque la motorización no sea de las más potentes. Lo primero que llama la atención es el cuidado en la amortiguación del ruido tanto del motor, que es silencioso incluso en frío, como los sonidos de rodadura. El comportamiento es curioso porque parece más cercano a lo que sería esperable en un propulsor de gasolina ya que estira de forma constante incluso fuera del rango de máxima potencia. En bajas revoluciones la buena cifra de par hace que nos desenvolvamos sin problemas, muy de agradecer en conducción urbana.

Los 105 caballos son suficientes para mantener buenos ritmos aunque con el coche cargado se deja notar en las cuestas. En cualquier caso no hay que recurrir al cambio la mayoría de las veces. Sin embargo en carreteras y atutopistas con pocos relieves se pueden mantener velocidades legales sin problemas y adelantar con seguridad llegado el caso. El chásis es muy estable y se deja notar su rigidez en curva, la suspensión también contribuye a un buen desempeño en carreteras viradas.

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Los frenos, las suspensiones, el mencionado comportamiento en curva… todo parece indicar que es un coche que admite una conducción alegre y que en muchos casos parece pedir más potencia para animarnos el día. Por el contrario si queremos un coche estiloso y deportivo pero no queremos renunciar a la practicidad y aun precio más contenido este motor es una verdadera maravilla, sobrio, práctico, ecológico y con buenas prestaciones.

En cuanto a consumos la baja cilindrada del Mazda se deja notar. En ciudad podemos mantenernos en los cinco litros a los 100 si somos cuidadosos, gracias también al sistema de arranque y parada. En carretera los cuatro litros no son ni mucho menos una quimera y en este caso incluso con alguna alegría en el pedal del acelerador. En general es un propulsor práctico más que divertido pero con el que se pueden mantener buenas medias.

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Música e información

En el apartado del sistema de información y entretenimiento nada que no hayamos visto ya en el CX-3 o el Mazda-2: la calidad de la pantalla y su posicionamiento son excelentes. A resaltar la calidad de la radio DAB, opción  que incorporaba nuestra unidad, y en general la calidad del sistema de sonido. La conectividad se consigue a través de Bluetooth, que permite función manos libres y reproducción multimedia, o a través de los conectores USB.

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Para las aplicaciones que requieren conectividad se recurre al WiFi pero como ya comentamos solamente están disponibles aplicaciones de Mazda y por ahora no permite conexión por Android Auto o Apple Car Play. Parece que el sistema va a ser actualizado pero no sabemos si podrá hacerse con las unidades ya existentes o si en esta nueva versión del MZD connect se proporcionará compatibilidad con los mencionados sistemas de conexión.

Sigue siendo uno de los sistemas más cómodos de utilizar tanto mediante los grandes y vistosos iconos de la pantalla táctil como con el sistema de control situado junto a la palanca de cambios. El manejo es muy natural e intuitivo y la calidad de los elementos hace que la respuesta sea siempre eficaz. Es algo que es conveniente subrayar porque cualquier dificultad a la hora de accionar ciertas opciones redunda en una merma en la seguridad pues puede perjudicar a la concentración que empleamos en la conducción.

Conclusiones

El síndrome Mazda ataca de nuevo, su línea conquista, su filosofía de diseño atrae, sus planteamientos a la hora de construir mecánicas convencen… es difícil no caer en la tentación. No es que se trate de un coche redondo, siempre hay matices como la habitabilidad y acceso de las plazas traseras, pero es que es un coche elegante, eficaz y sobre todo honesto, que cumple a rajatabla con la filosofía que plantea Mazda a la hora de construir automóviles.

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Por otro lado el Mazda 3 con la motorización que hemos probado también cumple con las exigencias de la mayoría de los compradores de coches de su segmento: un coche práctico, que consume poco, realmente cómodo e incluso divertido si no tenemos grandes exigencias y no nos importa exprimir su pequeño 1.5 de vez en cuando. Está muy cerca de ser un coche perfecto, pero para los que ya estén corriendo hacia el concesionario también es necesario advertir que no es precisamente barato aunque sinceramente, la relación calidad-precio es razonable.

Notas finales

8Nota

Prestaciones7

Diseño9

Consumo8

Confort9

Sistema de Infoentretenimiento8

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