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La adicción al videojuego pasa del sótano a la consulta del doctor

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La adicción al videojuego vuelve al primer plano de la actualidad. A partir de hoy, la Organización Mundial de la Salud ha incluido el llamado «trastorno del juego» en un nuevo borrador de la Clasificación Internacional de Enfermedades de la organización, un compendio de gran prestigio que sirve al sector sanitario de todo el mundo y un salto desde que la OMS calificara esta adicción como «trastorno mental».

Los videojuegos están diseñados para tener pegados a la silla a los jugadores a pesar de los avisos de «descansos» que se incluyen en los mismos juegos. Los desarrolladores de juegos no sólo crean una historia y optimizan el motor gráfico, sino que usan algoritmos predictivos y principios de economía del comportamiento para mantener el interés de los jugadores. Cuando se analizan los juegos nuevos uno de los elogios más favorecedores suele ser un «no podrás dejar de jugarlo».

La adicción al videojuego es uno más de los trastornos del mundo tecnológico que han pasado o pasarán en el futuro a sumar el número oficial de enfermedades del ser humano. Desde la adicción a Internet como necesidad enfermiza de estar permanente conectado a otras más modernas como la «Nomofobia», que habla de la angustia a no poder vivir sin el móvil; los efectos deprimentes del uso de redes sociales o las compras compulsivas favorecidas por el comercio electrónico.

Todas ellas han sido analizadas en los congresos mundiales de psiquiatría y como cualquier otra enfermedad, requieren diagnóstico, tratamiento y en el caso de las mentales, terapia personalizada con medicamentos, psicoterapia y rehabilitación.

La designación de la OMS de la adicción al videojuego como una enfermedad más, confirma la preocupación generalizada en el sector sanitario de que estos consumidores descuidan otras partes de su vida. En el lado positivo, puede lograr que los jugadores estén más dispuestos a buscar tratamiento, alentar a más terapeutas para que lo proporcionen y lograr que este tipo de trastornos sean cubiertos por los departamentos de salud pública o incluso por las compañías de seguros privadas.

El problema es que no hay suficientes especialistas ni cobertura médica para tratarlos. Y menos en el sector público. Los generalistas de la salud mental están tratando de aplicar terapias conocidas (ansiedad, alcoholismo, dogradicción…) a los pacientes con un anhelo incontrolable de, digamos, World of Warcraft. La industria de los videojuegos se ha expandido tan rápidamente que la investigación médica ha tenido problemas para mantenerse al día. «No sabemos cómo tratar el desorden de los juegos», dice Nancy Petry, profesora de psicología y experta en adicciones de la Universidad de Connecticut. «Es una condición y un fenómeno tan nuevo».

¿Es generalizada la adicción al videojuego?

Un estudio preliminar, publicado en 2009descubrió que el 9 por ciento de los jugadores jóvenes eran adictos a sus juegos. Muchos expertos creen que el número ha aumentado con fuerza a medida que los juegos se han vuelto más avanzados, más sociales y más móviles, poniéndolos tan cerca como el teléfono inteligente en su bolso o bolsillo. «Se avecina un tsunami masivo para el que no estamos preparados», dijo Cam Adair, fundador de Game Quitters, una comunidad de apoyo en línea.

Una parte de los profesionales de la salud mental insisten en que el trastorno del juego no es una condición médica independiente. Por el contrario, lo ven como un síntoma o un efecto secundario de otras conocidas, como la soledad, depresión o la ansiedad.

En todo el mundo, 2.600 millones de personas juegan videojuegos habitualmente, de acuerdo con los datos de Entertainment Software Association. El videojuego es la primera industria del entretenimiento mundial y sus ingresos superan con holgura la suma de lo obtenido por las de la música y cine. Se prevé que al final de la década, los ingresos anuales directos superen los 180.000 millones de dólares. Y eso sin contar componentes de hardware cuya compra está enfocada para jugar.

La industria del videojuego se ha rebelado contra la clasificación de la OMS, que se espera sea adoptada formalmente el próximo año, calificándola de «profundamente defectuosa» y señalando el «valor educativo, terapéutico y recreativo de los juegos».

Y ciertamente los tienen, pero tampoco se puede negar la adicción al videojuego de un número de jugadores que hoy por hoy es imposible de determinar. OMS pretende incluirla el próximo año en la Clasificación Internacional de Enfermedades. Y será un punto de inflexión para poder diagnosticar y tratar, algo para lo que ahora mismo no estamos preparados.

¿Cómo lo ves? ¿Existe la adicción al videojuego? ¿Está tan extendida como para catalogarla de enfermedad? ¿Se puede ser un apasionado del videojuego sin ser un adicto?

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