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Intel Xe tiene un as bajo la manga: se apoyará en GPUs integradas

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El gigante del chip sigue trabajando contrarreloj para poner a punto su serie Intel Xe, una línea de tarjetas gráficas dedicadas con la que la compañía de Santa Clara espera poder competir con NVIDIA y AMD en un mercado muy complicado, aunque también muy atractivo.

La importancia de la GPU ha ido creciendo de forma considerable frente a la CPU. No me malinterpretéis, está claro que el procesador se mantiene, gracias a su enfoque como componente multipropósito, como uno de los componentes fundamentales de cualquier PC, pero el despegue de tecnologías tan importantes como la computación en la nube, la inteligencia artificial y el aprendizaje profundo han dado alas a la computación GPU.

Si miramos al mundo del gaming nos encontramos también con una situación también muy clara. La importancia de las tarjetas gráficas ha crecido de forma exponencial durante los últimos años, y gracias al desarrollo de nuevos procesos de fabricación y de nuevas arquitecturas ha sido posible crear soluciones con una gran potencia y un consumo muy contenido. En este sentido podríamos poner numerosos ejemplos, como la GTX 1650, que ofrece un rendimiento ligeramente inferior al de la GTX 970 con un TDP de apenas 75 vatios, o las soluciones integradas que dan forma a la serie Iris Graphics Gen11 de la propia Intel, cuya relación potencia-consumo es realmente buena.

No hay duda de que el sector gráfico siempre ha sido la gran cuenta pendiente de Intel, y con su serie Xe el gigante del silicio espera poder triunfar donde fracasó hace ya más de veinte años, ¿pero está realmente preparada para competir con dos grandes del calibre de NVIDIA y AMD? Es una pregunta complicada, sobre todo porque no sabemos a ciencia cierta qué es exactamente lo que tiene entre manos la compañía de Santa Clara.

Si nos ceñimos a las últimas informaciones que hemos ido viendo la Intel Xe tope de gama que llegará en 2020 tendrá 512 unidades de ejecución, lo que unido a las mejoras que introducirá la arquitectura Gen12 nos dejaría un rendimiento medio que podría ser muy similar al que ofrece la RTX 2070 de NVIDIA.

A eso tendríamos que unir otras tres grandes claves: un precio contenido, y que según Intel quieren ofrecer un buen valor calidad precio para ganarse al consumidor, soporte de trazado de rayos, con un buen nivel de optimización (al menos en teoría), y soporte de modo multiGPU con las soluciones integradas de los procesadores de la compañía. Esto último es, sin duda, lo más interesante, ya que significa que una tarjeta gráfica dedicada Intel Xe podría funcionar de forma conjunta con una GPU integrada de un procesador Core.

Por ejemplo, imagina ese modelo tope de gama con 512 unidades de ejecución trabajando junto a una GPU con 72 unidades de ejecución integrada en una CPU. Suena bien, ¿verdad? Pues esa es la idea, aunque como cabía imaginar solo estará disponible con aquellos procesadores que monten una solución GPU integrada basada en la arquitectura Gen12.

Esta no es la primera vez que un grande intenta recurrir al duo GPU dedicada más GPU integrada para mejorar el rendimiento, AMD ya lo intentó en el pasado con «Fusion» y el resultado fue un fracaso estrepitoso, ya que en muchos casos no solo no había ganancia de rendimiento, sino que se producían pérdidas notables. En este caso el hecho de que ambas soluciones gráficas tengan exactamente la misma base y que cuenten con un mayor grado de soporte podría marcar una diferencia importante, pero hasta que no veamos los primeros resultados no debemos hacernos demasiadas ilusiones.

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