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Qué consola será más potente, PS5 o Xbox Scarlett: los kits de desarrollo apuntan a la primera

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Una de las dudas más importantes que tenemos sobre PS5 y Xbox Scarlett es cuál de las dos será la consola más potente de la nueva generación. Conocemos a grandes rasgos las especificaciones de cada una, pero todavía quedan algunas cosas en el aire que nos impiden inclinar la balanza a favor de una u otra.

Durante los últimos meses hemos ido viendo informaciones contradictorias que decían que Xbox Scarlett iba a ser más potente que PS5 y otras que funcionaban a la inversa, una tendencia que se acaba de repetir recientemente. Algunas fuentes aseguran que la consola de Sony va a ser más potente y aluden a los kits de desarrollo para apoyar su teoría, pero lo único cierto es que ahora mismo no hay nada seguro.

Ambas consolas van a utilizar una configuración muy similar que gira alrededor de una APU AMD con procesador Zen 2, una GPU Radeon Navi de segunda generación (RDNA 2), mantendrán una arquitectura de memoria unificada y contarán con hardware dedicado a trazado de rayos y un SSD de alto rendimiento.

Esa es la base común que tendrán PS5 y Xbox Scarlett, así que para decidir cuál es más potente de las dos tendremos que conocer las siguientes claves:

  • Frecuencia exacta de trabajo de su procesador y número de núcleos e hilos. En teoría tendrán 8 núcleos y 16 hilos que funcionarán un 50% más rápido que los modelos de la generación actual. Si esto se confirma Xbox Scarlett tendría un poco más de potencia a nivel CPU.
  • Arquitectura y especificaciones del núcleo gráfico. Las dos consolas van a utilizar una GPU Radeon RDNA 2 con hardware para trazado de rayos, pero aquella que tenga un mayor número de shaders y una frecuencia de reloj más alta será la más potente. No hay nada claro sobre este tema de momento.
  • Cantidad de memoria unificada, velocidad y bus de datos. Esto determinará la RAM y VRAM disponible, y también el ancho de banda de ambos elementos. Todo parece indicar que ambas consolas utilizarán, como mínimo, una configuración de 16 GB de GDDR6 a 14 GHz sobre un bus de 256 bits.

No podemos inclinar la balanza todavía a favor de una u otra consola, pero está claro que ni Sony ni Microsoft están dispuestos a ceder terreno. El «fracaso» de Xbox One se produjo no solo por su alto precio de venta y por la obligatoriedad de Kinect, sino también por el hecho de que montaba un hardware claramente inferior al de PS4.

Ese patinazo ha enseñado una lección muy importante al gigante de Redmond, pero también ha servido de aviso a Sony. Ninguna de las dos va a querer ser «el patito feo» de la nueva generación, así que podemos esperar que haya una cierta paridad a nivel de potencia entre ambas consolas, como ya os hemos comentado en otras ocasiones.

Con esto no quiero decir que no vayan a existir diferencias entre ambas consolas. Es probable que una de las dos sea más potente que la otra, pero las diferencias entre Xbox Scarlett y PS5 serán mucho menos marcadas frente a lo que hemos visto en la generación actual. Esto tiene implicaciones importantes, y es que permitirá a Sony y Microsoft minimizar la diferencia de precio entre ambas y llevará la guerra de la nueva generación al terreno de los servicios y de los juegos exclusivos.

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