Rusia asegura haber probado con éxito su propia Internet: Runet

Aunque todavía por detrás del aislamiento de China, desde hace años hemos podido ver cómo Rusia ha estado trabajando en la creación de una red de tecnología e infraestructuras independiente. Sin embargo, los últimos meses parecen haber llevado al gobierno de Putin a un nuevo nivel: su propia alternativa de Internet.

Así al menos lo ha declarado el Ministerio de Comunicaciones de Rusia, quien ha anunciado hoy mismo la primera prueba exitosa de esta nueva intranet a lo largo de todo el país euroasiático, apodada como Runet, la cual aseguran mantiene el mismo nivel de rendimiento frente a la actual red global y una defensa ante riesgos y vulnerabilidades externas.

Sin embargo, los detalles sobre su funcionamiento han sido prácticamente nulos, por lo que todavía no está claro hasta qué punto podría suponer la creación de una nueva herramienta de comunicaciones, o simplemente una restricción de acceso al resto de webs y contenidos del resto del mundo.

Por su parte, algunos expertos como Alan Woodward, profesor y científico informático de la Universidad de Surrey, opinan que esta red «haría que los ISP y las empresas de telecomunicaciones configuraran Internet dentro de sus fronteras como una intranet gigantesca, al igual que lo hace una gran corporación«.

Y es que hasta ahora habíamos estado acostumbrados a ver cómo países como Irán, Arabia Saudí, Corea del Norte o China se limitaban a limitar las funcionalidades de la actual Internet en lugar de desarrollar su propia  red, aunque está claro que el objetivo de Rusia también estará promovido en gran medida por la misma búsqueda de control para sus habitantes.

Por otra parte, no han tardado en surgir otras teorías que, de cara a la ausencia actual de Estados Unidos, Rusia y China en el último pacto de ciberseguridad, vaticinan el posible comienzo de una nueva guerra digital.

Aunque la mayor incertidumbre surge ahora con la ya teorizada «Splinternet», que impulsada por el nuevo ejemplo de Rusia, podría provocar una fragmentación de la actual red mundial para dar paso a una multitud de redes nacionales cerradas, y por su puesto, mucho más controladas.