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China estrecha el cerco a las criptomonedas
No son buenos tiempos para las criptomonedas. Tras un principio de año, en el que todo parecía apuntar a un crecimiento sin límite, las últimas semanas se han concatenado varios sucesos que, por separado, podrían haber tenido una cierta incidencia en las mismas, pero que al haber ocurrido en tan corto espacio de tiempo, han vuelto a ocasionar que gran parte de la población se plantee si realmente el futuro del dinero se encuentra en las criptomonedas o, por el contrario, estamos ante un fenómeno con fecha de caducidad.
A finales de febrero, tras meses de subidas ininterrumpidas, la cotización de Bitcoin empezó a caer. Y no hablo de las fluctuaciones habituales en cualquier cotización, no, hablo de un importante desplome que, para quienes ya llevan tiempo siguiendo la evolución de las criptomonedas, sonó con una melodía muy parecida a la que ya escuchamos en 2017, cuando también tras varios años de subidas y más subidas, la cotización experimentó un enorme reajuste a la baja, que no cesó hasta 2020.
Tras varios días de descenso, no obstante, Bitcoin inició una fuerte recuperación que llevo a la moneda digital a alcanzar la mayor cotización de la historia, por encima de los 60.000 dólares a mitades de abril. Aunque para algunos eso fue una buena señal, muchos vieron en ese episodio el mejor de los ejemplo de la volatilidad de las criptomonedas. Las dudas que, desde hace ya años han acompañado a Bitcoin, Ethereum, etcétera, se elevaron más que nunca.
De manera complementaria, la imagen de las criptomonedas también se ha visto afectada por la actividad minera y la incidencia que tiene la misma en la disponibilidad de tarjetas gráficas. El problema, al principio, solo afectaba a las de última generación, pero el enorme crecimiento de las granjas de minería ha ocasionado que el problema se extienda también a generaciones anteriores. A día de hoy es tremendamente complicado comprar una tarjeta gráfica, y los usuarios culpan de ello a los mineros y, de manera indirecta, a las criptomonedas.
Los mineros, no obstante, tampoco lo tienen demasiado fácil, al menos en China. Y es que ya a principios de marzo, China avanzó en sus políticas para prohibir la minería en determinadas regiones, concretamente en las que el precio de la electricidad está más subsidiado por el estado.
Y así llegamos a mayo, un mes en el que solo una persona, Elon Musk, se ha convertido en el mayor enemigo de las criptomonedas. Todo empezó con su aparición en Saturday Night Live, en la que el cada día más excéntrico multimillonario quiso cobrarse los réditos del apoyo mostrado, meses atrás, a Dogecoin, una cripto que nació como meme pero que, en los últimos meses, había experimentado un enorme crecimiento. La aparición de Musk en el espacio cómico fue empleada, por muchos inversores troll, para devaluarla.
Pero peor es lo ocurrido con Bitcoin, y es que Tesla anunció que, por razones medioambientales, dejaría de aceptar pagos con Bitcoin. Un anuncio que provocó una importante caída en su cotización, demostrando la capacidad de manipulación que una única empresa puede tener sobre el valor de una criptomoneda. Todavía falta mucho por investigar en este incidente, pero a falta de dichas conclusiones, lo que ha quedado claro es que la estabilidad de las criptomonedas parece, a día de hoy, una quimera.
Y así llegamos a la situación actual, con Bitcoin peleando por no seguir descendiendo tras más de una semana de abismo, y este ha sido el momento elegido por las autoridades chinas para, según podemos leer en ZDNet, amenazar con tomar medidas todavía más enérgicas contra Bitcoin y las criptomonedas. Unas medidas que estarían empujando a algunas de las organizaciones que operan en el país a abandonarlo.
A finales de la semana pasada se produjo la primera declaración, por parte de un alto cargo del gobierno chino, de sus intenciones de tomar medidas enérgicas contra las criptomonedas, especialmente Bitcoin. No entró en detalles sobre dichos planes, pero el simple anuncio de que el gobierno se plantea tomar medidas contra la minería en su territorio nacional, ya ha sido más que suficiente para asustar a varios grupos, que ya habrían cesado sus actividades y estarían un lugar al que trasladarse.
A la hora de valorar los efectos que pueden tener las acciones del gobierno chino sobre Bitcoin y el resto de criptomonedas, es importante recordar que el gigante asiático concentra en la actualidad nada menos que el 75% de la capacidad de cómputo global dedicada a la minería.
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