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PS5 Pro y Xbox Series X y Series S «new» tendrán la potencia gráfica de una RX 7700 XT, según TCL, ¿pero realmente sería posible?

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PS5 Pro y la renovación intergeneracional de Xbox Series X y Series S se convirtieron en uno de los temas más controvertidos del último evento de TCL. Los que nos leéis a diario ya sabéis que TCL es una compañía dedicada a la fabricación de televisores, y que estos son una pieza clave para poder utilizar una videoconsola. La relación entre televisores y consolas está muy clara, pero lo que ha hecho TCL ha sido «poco acertado», por decirlo de una manera suave.

No van desencaminados al decir que es probable que PS5 Pro y las nuevas Xbox Series X y Series S lleguen al mercado entre 2023 y 2024, de hecho numerosos rumores apuntan a ello, pero han cometido errores graves a la hora de listar las características de cada una de las consolas que aparece en la imagen, y también al indicar sus equivalencias de potencia frente a las tarjetas gráficas Radeon RX 6000.

Si esto lo hubiera hecho un usuario no tendría mayor importancia, pero que un error de este calibre venga de un fabricante de televisores  debería servir, como mínimo, para que nos planteemos qué es lo que está ocurriendo en el sector tecnológico. Personalmente lo tengo bastante claro, creo que vivimos rodeados de mitos sobre productos que al final no hacen ningún bien al usuario, y por eso me gusta hacer con frecuencia contenidos centrados en desmentirlos.

TCL PS5 Pro y Xbox Series Next gen

En ese sentido, quiero recordar que antes del lanzamiento de PS5 me atreví a hacer este artículo, y si le echáis un vistazo os daréis cuenta de que ha envejecido muy bien. Con la nueva generación ya disponible la califiqué como la generación de la decepción, y desde luego cada vez tengo más claro que lo es. Según Sony y Microsoft tanto PS5 como Xbox Series X iban a mover juegos en 4K y a ofrecer trazado de rayos, pero al final ni siquiera pueden mover juegos como Cyberpunk 2077 y Dying Light 2, dos títulos que, con dicha tecnología activada y limitada solo a ciertos elementos, apenas se mueven en 1080p y a 30 FPS.

Según la imagen adjunta, elaborada por TCL, PS4 y Xbox One renderizaban en 720p y sacaban imagen en 1080p y a 30 FPS, pero la verdad es que PS4 casi siempre renderiza en 1080p, mientras que Xbox One hacía lo propio en 720p. Este error no es el único, y es que TCL mete en el mismo saco a Xbox One S y Xbox One X y PS4, y habla de renderizado en 1080p y 30 FPS con salida 4K y 30 FPS. Un patinazo épico, porque:

  • Xbox One S renderizaba casi todo por debajo de 1080p.
  • Xbox One X renderizaba algunos juegos en 4K nativo, y en otros tiraba de reescalado, pero normalmente partía de resoluciones 1440p o 1800p para reescalar.
  • PS4 Pro es un caso similar a Xbox One X, aunque tiraba más de reescalado partiendo de un renderizado a 1440p.

Al hablar de la nueva generación de consolas, TCL tampoco ha estado fina. Decir que PS5 tiene una GPU equivalente a una Radeon RX 6700 XT es otro fallo grave, y vamos a verlo comparando las especificaciones de dicha tarjeta gráfica y las de la GPU de PS5.

GPU de PlayStation 5

  • 2.304 shaders a 2,23 GHz de frecuencia dinámica.
  • 144 unidades de texturizado.
  • 64 unidades de rasterizado.
  • 36 unidades para acelerar trazado de rayos.
  • Bus de 256 bits y memoria GDDR6 a 14 GHz, ancho de banda de 448 GB/s.
  • Sin caché infinita.
  • Potencia en FP32: 10,29 TFLOPs.
  • TBP de 180 vatios compartido con la CPU.

Radeon RX 6700 XT

  • 2.560 shaders a 2.424 MHz-2.581 MHz, modo normal y turbo.
  • 160 unidades de texturizado.
  • 64 unidades de rasterizado.
  • 40 unidades de trazado de rayos.
  • Bus de 192 bits (ancho de banda de 384 GB/s).
  • 12 GB de GDDR6 a 16 GHz.
  • 13,21 TFLOPs de potencia en FP32.
  • 96 MB de caché infinita con un bus de 1.024 bits y un ancho de banda de 1,5 TB/s.
  • Utiliza dos conectores de alimentación, uno de 8 pines y otro de 6 pines.
  • Precio: 489,99 euros.
  • TBP de 230 vatios.

Solo con ver las especificaciones ya se aprecian diferencias importantes, y en la práctica estas se dejan notar todavía más, ya que la Radeon RX 6700 XT está muy por encima de la GPU que monta PS5. Por otro lado, la GPU de Xbox Series S tampoco equivale a dicha tarjeta gráfica, y lo mismo ocurre con la de Xbox Series X que tiene, de hecho, más shaders que aquella, aunque su potencia bruta es inferior y carece también de caché infinita.

PS5 Pro y Xbox Series X y Series S «new» según TCL: renderizado en 4K y salida a 8K

PS5 Pro posible diseño

Renders conceptuales de cómo podría ser PS5 Pro. Esta imagen, y la de portada, son originales de Concept Creator.

Una cosa que ha hecho bien TCL es reconocer que ni PS5 ni Xbox Series X son consolas realmente capaces domar por completo el 4K. La ausencia de caché infinita en sus GPUs es una de las claves más importantes en este sentido, ya que esta ha sido clave en las Radeon RX 6000, y está más que confirmado que a menor cantidad peor rendimiento en resoluciones elevadas, así que imaginad lo que ocurriría si la eliminásemos.

Cuando TCL habla de PS5 Pro y Xbox Series X-S «new» dice que estas consolas se centrarán en el renderizado en 4K con tasas de 60 a 120 fotogramas por segundo, e indica que su GPU será capaz de ofrecer un rendimiento similar al de una Radeon RX 7700 XT, una solución gráfica que todavía ni ha llegado al mercado. Me parece acertado decir que esas consolas podrán trabajar mucho mejor con juegos en 4K, ya que está claro que serán más potentes que las actuales, pero de ahí a asimilarlas a una RX 7700 XT hay una gran diferencia.

Si todo va según lo previsto, y los rumores que han aparecido se acaban cumpliendo, la Radeon RX 7700 XT rendirá como una Radeon RX 6900 XT. Para que PS5 Pro y Xbox Series X-S «new» puedan rendir al nivel de esa tarjeta gráfica, AMD tendría que ser capaz de embutir una GPU de 5.120 shaders y 128 MB de caché infinita en un chip compartido con una CPU Zen 2 de 8 núcleos, y francamente no creo que esto vaya a ser posible salvo que la compañía de Sunnyvale haga un trabajo maestro de apilado en 3D.

Al final ocurrirá lo mismo que vimos con PS5 y Xbox Series X, las limitaciones que impone utilizar una APU, donde CPU y GPU comparten pastilla de silicio y encapsulado, obligará a eliminar o a reducir drásticamente la caché infinita, a bajar las frecuencias de trabajo para que el calor no sea un problema, y puede que también a utilizar una GPU inferior. Queda apuntado todo lo que he dicho, ya veremos si tenía razón en todo o en parte cuando lleguen PS5 Pro y las nuevas Xbox Series X-Series S.

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