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Microsoft defiende la compra de Activision Blizzard y critica la «hipocresía» de Sony

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Microsoft defiende la compra de Activision Blizzard

Microsoft ha defendido la compra de Activision Blizzard en un extenso documento enviado al CADE brasileño, uno de los reguladores de mercado que están analizando una operación que puede tener amplias repercusiones en la industria del videojuego.

Ya conoces el caso. Microsoft anunció un acuerdo de compra de Activision Blizzard y King por una cifra astronómica cercana a los 70.000 millones de dólares. Uno de sus grandes rivales, Sony, ha venido expresando sus temores de que alguno de los juegos de Activision Blizzard pasasen a ser exclusivos de la plataforma Xbox, especialmente Call of Duty, una de las mayores franquicias de la historia de los videojuegos.

¿Temores fundados? Aunque Microsoft negó que fuera a utilizar la compra (al menos «a corto plazo») para «expulsar» a los rivales de las grandes franquicias, Sony ha pasado a la acción exponiendo sus argumentos a los reguladores que desde la FCC estadounidense a este CADE en Brasil, pasando por el británico, tienen que aprobar una operación controvertida que deja a la firma de Redmond en una posición privilegiada.

Microsoft niega la mayor:

Como respuesta, Microsoft ha vuelto a reiterar su intención de mantener los futuros juegos de las grandes franquicias de Activision Blizzard como Call of Duty, Diablo u Overwatch en la plataforma PlayStation de Sony, en la de Nintendo u otras. Además, asegura que lo contrario sería un mal negocio para monetizar la astronómica cifra de compra.

Dice Microsoft que convertir en exclusivos a esos juegos no atraería suficientes clientes nuevos a Xbox como para compensar la pérdida de ventas de las versiones de PlayStation, que son millonarias. Y pone como ejemplo otra de las grandes franquicias que posee, una Minecraft que está disponible para PlayStation y Nintendo Switch y que Microsoft reconoce un negocio «más grande» que el de la Xbox.

La compañía de Redmond ha aprovechado el informe para llamar «hipócrita» a Sony por sus propios exclusivos, mencionando los acuerdos con los desarrolladores de Deathloop, Ghostwire Tokyo o el remake de Final Fantasy VII para mantenerlos fuera de la plataforma Xbox. Conviene reconocer que Sony ha sido el «rey» de los exclusivos y que ellos han sido el motivo principal para que PlayStation haya superado a Xbox en ventas de la anterior generación de consolas.

A ello se refiere Microsoft al mencionar los verdaderos «temores» de Sony, ya que a su juicio poner los juegos de Call of Duty y Blizzard en su servicio Game Pass representaría un «punto de inflexión», que alejaría a los clientes de las compras minoristas de las consolas PlayStation.

Simplemente, Microsoft cree que Sony teme que un servicio de suscripción, que representa un nuevo modelo de negocio, amenace su dominio en la distribución tradicional de juegos de consola, aunque la misma ha respondido recientemente a la competencia de Game Pass al reestructurar por completo PlayStation Plus y PlayStation Now en un servicio de varios niveles. 

Call of Duty, a debate

Esta franquicia es el gran punto de atención de la compra de Activision por Microsoft. La saga ha gozado de un éxito comercial enorme, vende decenas de millones de copias de cada título que llega al mercado y genera ingresos de miles de millones de dólares. Su influencia es colosal en la actual industria de los videojuegos.

La semana pasada, varias compañías de videojuegos con Sony a la cabeza, respondieron a la consulta del regulador brasileño CADE. Básicamente, creen que una franquicia como Call of Duty sería «insustituible» si Microsoft terminara con el desarrollo de las versiones de PlayStation, ya que entienden que ningún otro desarrollador o editor podría lanzar un juego que compitiese al mismo nivel.

Microsoft defiende la compra de Activision Blizzard

Sony no dijo que ninguna otra compañía podría hacer un juego como Call of Duty, solo que no pueden replicar la marca Call of Duty. Ha sido el juego de disparos de precio premium más vendido durante varios años a pesar que sus mayores competidores hoy en día son gratuitos.

Los comentarios de Sony y Microsoft al CADE plantean la pregunta de cuánta competencia tiene Call of Duty. Su modo Battle Royale gratuito, Warzone, tiene grandes rivales como Fortnite, Apex Legends y PUBG. El panorama cambia por completo cuando se comparan sus otros modos multijugador o campañas en solitario. Battlefield debería ser el competidor más obvio, pero su última entrega, Battlefield 2042, ha sido un fiasco y su recepción helada por parte de jugadores y críticos ha vuelto a poner en valor (aún más) a Call of Duty.

Microsoft asegura que la adquisición de Activision Blizzard no le otorga una participación de mercado monopolística en ningún rincón del sector de los juegos. Afirma que la empresa conjunta no tienen más del 10 por ciento del pastel de desarrollo de juegos. Además, mientras que tiene el 30 por ciento del mercado de distribución digital de juegos de consola, Sony tiene hoy más del 50 por ciento.

Todo esto si quitamos a Call of Duty de la ecuación, se entiende, porque es una franquicia singular cuya importancia está en el debate de esta operación de compra. Veremos lo que ocurre y si se autoriza (o no) una operación de compra monstruosa en lo económico y de gran influencia en la industria. En mi humilde opinión, este tipo de grandes concentraciones terminan siendo negativas para usuarios e industria. Y ejemplos anteriores tenemos por docenas. Otra cosa es si Sony tiene «derecho» a quejarse y cuáles son sus motivaciones para hacerlo.

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