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Tarjetas gráficas y resolución de pantalla, ¿cuál debo elegir?

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Tanto a la hora de montar un equipo nuevo como de renovar componentes la resolución de pantalla que tenemos pensado utilizar debe ser uno de los puntos clave antes de elegir, sobre todo si vamos a jugar, ya que de ella dependerán elementos clave como la tarjeta gráfica.

Obviamente no es lo mismo jugar a 720p que hacerlo a 1080p, y tampoco lo es hacerlo a resoluciones 2K o 4K, las exigencias cambian en gran medida al incrementar la cantidad de píxeles en pantalla, y la principal encargada de hacer frente a dicho incremento será nuestra GPU.

Por lo general en las resoluciones que actualmente consideramos como bajas, 720p e inferiores, casi cualquier solución gráfica actual puede defenderse bastante bien, incluso las soluciones integradas de Intel, así que no es un tema que plantee demasiadas dudas, pero cuando cuando subimos el listón la cosa se complica, sobre todo por la gran cantidad de modelos con precios cercanos que existen actualmente.

Con ello en mente centraremos este artículo en ayudaros a tener claro qué tarjetas gráficas son las más recomendables actualmente en función de la resolución de pantalla que tengáis pensado utilizar, y dejaremos modelos concretos en varios niveles para que esta guía os resulte lo más útil posible.

Antes de empezar tened en cuenta que centramos el artículo alrededor del mundo del videojuego, así que queremos aclarar que para otros menesteres, como por ejemplo reproducir contenidos multimedia en 4K, basta incluso con la mayoría de las soluciones integradas actuales.

Resoluciones 720p.

Lo que conocemos popularmente como resolución HD (1.280 x 720 píxeles). Existen variantes ligeramente superiores, como los 1.366 x 768 píxeles, muy utilizadas en equipos portátiles y también en monitores de pequeño tamaño.

Para poder jugar a títulos actuales con garantías es suficiente por lo general con 1 GB de memoria de vídeo, aunque 2 GB pueden ofrecer mejoras de rendimiento visibles en ciertos títulos concretos, siempre que la GPU de la tarjeta gráfica tenga una potencia mínima, claro está.

Normalmente las gamas bajas de cada fabricante encuentran su nivel óptimo en estas resoluciones. A continuación os dejamos un listado con los modelos acordes para jugar en condiciones aceptables a 720p o 768p:

  • Nivel básico: GT 720 o R7 240. Ambas vienen equipadas con 2 GB de GDDR3 y ofrecen un rendimiento aceptable, consiguiendo tasas de FPS jugables en la mayoría de juegos actuales aunque en calidad baja.
  • Nivel recomendado: GT 730 o R7 250, en sus versiones con memoria GDDR5. Las dos ofrecen un rendimiento muy bueno en dichas resoluciones y nos permiten subir el nivel de calidad gráfica a medio o alto, según el juego concreto.

En integradas Intel sólo las Iris y las HD 6000 nos garantizarán fluidez y un mínimo de calidad en la mayoría de los juegos actuales. Otras inferiores, como las HD 4000, se defienden pero no pueden con los juegos más exigentes a dichas resoluciones.

Resoluciones 1080p.

Podemos decir que es el estándar actual que utilizan la mayoría de jugadores y marca un salto importante, aunque no sólo a nivel visual, sino también en exigencias a nivel de potencia, lo que supone que las soluciones gráficas anteriores no ofrezcan buenos resultados con esta resolución en juegos actuales, salvo contadas excepciones.

Para jugar bien en estas resoluciones es recomendable contar con 2 GB de memoria GDDR5 y un chip gráfico acorde dentro de la gama media o gama alta, según nuestras exigencias de calidad visual. Contar con 4 GB puede ayudar en ciertos juegos, pero no es un patrón fijo.

Tened en cuenta que la oferta es muy amplia, y que hay soluciones que sirven para resoluciones superiores como 2K pero que son necesarias para 1080p y niveles máximos de calidad.

  • Nivel básico: GTX 750 TI o R7 370 con 2 GB de GDDR5. Nos permitirán jugar a todos los títulos actuales en 1080p con calidad media o alta, dependiendo de las exigencias de cada juego en concreto.
  • Nivel recomendado: GTX 960 o R9 380 con 2 GB de GDDR5. Marcan un salto importante de rendimiento, permitiendo jugar a casi todo en calidad máxima, salvando casos concretos y ajustes que consumen muchos recursos, como GameWorks de NVIDIA.
  • Nivel alto: GTX 970 o R9 290 con 4 GB de GDDR5. Ideales si queremos jugar con todo al máximo en 1080p en todos los juegos actuales, incluso las opciones gráficas más exigentes, sin sacrificar fluidez.

No hay soluciones integradas capaces de ofrecer el mismo nivel de potencia que las tarjetas gráficas que hemos citado en el nivel básico.

Resoluciones 2K.

Están más extendidas de lo que parece ya que se posicionan en un punto intermedio, ofreciendo una calidad superior al Full HD pero sin llegar a exigir la potencia necesaria para mover juegos que exige el 4K.

En estas resoluciones es posible jugar bien con 2 GB de GDDR5 pero es recomendable contar con un mínimo de 3 GB de GDDR5, ya que se aprovecharán correctamente. Obviamente debemos apostar por soluciones gráficas de gama media y alta.

  • Nivel básico: GTX 960 o R9 380 con 4 GB de GDDR5. Ofrecen resultados bastante buenos en la mayoría de los juegos, algunos con calidad máxima y otros alta, dependiendo de las exigencias de cada uno.
  • Nivel recomendado: GTX 770 de 4 GB o R9 280X de 3 GB de GDDR5. Son opciones muy asequibles que nos permiten disfrutar de casi todos los juegos en esta resolución y calidad muy alta o máxima.
  • Nivel alto: GTX 970 o R9 290 con 4 GB de GDDR5. El punto más óptimo en relación calidad-precio si el presupuesto lo permite. No habrá problemas para jugar a casi todo al máximo y con absoluta fluidez.

Resoluciones 4K.

Apunta a convertirse en el estándar que sucederá a los 1080p como resolución «de consumo general», pero de momento resulta algo bastante prohibitivo en el mundo del gaming por los costes que supone un equipo capaz de moverla sin problemas.

Dado el incremento de píxeles que supone es necesario contar con 4 GB de GDDR5 para garantizar una buena experiencia, aunque debemos tener claro que doblar esa cantidad no supone una mejora clara y no merece la pena, así que es mejor invertir en una GPU superior y no en más VRAM.

  • Nivel básico: GTX 970 o R9 290 con 4 GB de GDDR5. Funcionan muy bien y son soluciones muy capaces incluso en 4K. Si tienes un presupuesto ajustado son ideales, sobre todo si tenemos una placa con soporte multiGPU, ya que en el futuro podemos añadir una segunda tarjeta y mejorar considerablemente el rendimiento. Depende mucho de cada juego, pero en general con ellas podemos aspirar a calidades medias o altas si queremos plena fluidez.
  • Nivel recomendado: GTX 980 Ti o Radeon Fury X con 4 GB de VRAM. Requieren una gran inversión, pero si tu presupuesto te lo permite son lo mejor que existe actualmente en monoGPU para jugar a 4K. Ambas garantizan fluidez incluso con calidades máximas.

Más información: Guías MuyComputer.

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