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Televisores con pantalla curva: ¿merecen la pena?

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En los últimos años hemos asistido a una evolución impresionante en el mercado del televisor: casi al mismo tiempo que las diagonales aumentaban, se reducía el grosor de los paneles, se mejoraba su resolución y se incorporaban funciones SmartTV mientras asistimos a un descenso de precios notable en gamas de entrada y media, motivado por la feroz competencia del sector. Las pantallas curvas se popularizarán en 2016 pero ¿realmente merecen la pena? Os animamos a descubrirlo en el siguiente artículo.

La fiebre por las curvas comenzó hace un par de años, cuando una industria liderada por Samsung inundó las ferias especializadas con sus nuevos modelos. Un año antes ya vimos alguna propuesta basada en OLED (paneles mucho más finos y más fáciles de curvar) pero casi más cerca de la curiosidad que de un producto comercial real. Hoy, basta darse un paseo por cualquier centro comercial para ver pantallas curvas en todos los rangos de precios y tecnologías de paneles; los vendedores, encantados con tener un punto tan atractivo para su argumentario, repiten hasta la saciedad las ventajas de la curva sobre las «antiguas» pantallas planas.

 

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Sweet spot, definición gráfica.

El debate sobre si los televisores curvos suponen una ventaja real o no está abierto: los fabricantes y parte de los medios especializados defienden que una pantalla curva siempre ofrecerá una experiencia más inmersiva, se comportan mejor antes los reflejos y mejor calidad de imagen, gracias a la menor distorsión del panel curvo. Sus detractores argumentan que todas estas ventajas se encuentran si nos situamos en el sweet spot (punto óptimo o ideal en castellano, aunque en el mundo de la óptica se suele usar la traducción literal «punto dulce») y que, además, son necesarias muchas pulgadas para ofrecer esa sensación de inmersión que nos venden los folletos publicitarios.

El sweet spot o cuándo un televisor curvo tiene sentido

Los televisores de pantalla curva no se ven igual de bien desde cualquier sitio. De hecho, todos tienen un punto de visualización óptimo que varía en función de la diagonal del panel, de dónde situemos la pantalla y de la resolución nativa del contenido que estemos visualizando. Es en esa zona donde podemos sacar el máximo partido a sus prestaciones pero, lamentablemente, esta es mucho más reducida que con una pantalla plana.

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Este «defecto» se minimiza cuanto mayor es el televisor. Desde nuestro punto de vista, tiene poco sentido comprar un televisor curvo de menos de 55 pulgadas para uso familiar (si va a ser para uso personal podemos bajar un poco más) y es a partir de las 70 pulgadas donde se marcan las diferencias que promocionan los fabricantes; el problema, además del precio, es el espacio que ocupa un televisor de esas dimensiones.

Este punto óptimo o sweet spot no es un concepto nuevo; los lectores más veteranos recordarán aquellas primeras generaciones de LCD con ángulos de visión muy pobres y en las que cualquier posición que no fuera perpendicular al panel implicaba notables pérdidas de calidad. Con el paso de los años esta situación ha mejorado notablemente y, actualmente, casi cualquier televisor o monitor moderno disfruta de unos ángulos más que suficientes para uso normal.

En diagonales pequeñas las ventajas de una pantalla curva se disipan: pasa con los televisores, pero también con los monitores de ordenador o los móviles donde las ventajas de las curvas tienen mucho más de publicidad que de utilidad real para el usuario.

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En su material para prensa, LG destaca como el observador puede situarse en el horópter del arco que describen sus pantallas.

¿Cuáles son las ventajas de los televisores con pantallas curvas?

Aunque los mensajes publicitarios de la mayoría de fabricantes inciden en la sensación de «inmersión» que se obtiene con un televisor de pantalla curva esta afirmación es cierta a medias. Si bien es cierto que, por pura física, una pantalla envolvente nos permite disfrutar más del contenido también lo es que las sensaciones que ofrece un televisor están muy lejos de las que podemos sentir en un cine de pantalla gigante o una instalación IMAX.

Llegados a este punto debemos tener en cuenta que el radio de curvatura de la mayoría de los fabricantes oscila entre los 4 y 5 metros, esto es, tan suave que hacen falta muchas pulgadas y sentarnos bastante cerca del televisor para que nuestra vista perciba la curva como una gran pantalla plana y aprecie el mayor campo de visión que, en teoría, ofrecen este tipo de paneles.

zona dulceSacar partido a nuestra flamante pantalla curva implica sentarnos en la zona verde. Cuantas más pulgadas, mejor.

THX publica una guía de visionado en la que indica que, para obtener una experiencia inmersiva, el espectador del tal forma que la imagen proyectada por el televisor abarque un 40% de su campo de visión. En 55 pulgadas y a resolución Full HD esto supone 1,7 metros (en 4K podríamos sentarnos todavía más cerca sin percibir el píxel). Es evidente que, como ya hemos comentado varias veces en este artículo, estamos ante un problema de tamaño: para sacar partido a un televisor curvo desde el sofá de casa y en familia lo óptimo sería un panel de 100 pulgadas.

Una ventaja secundaria que deriva de la forma del panel es su mejor comportamiento ante reflexiones de luz ambiental lo que redunda en una menor fatiga ocular, mejor legilibilidad y un consumo más bajo, dado que es necesario menos nivel de brillo para disfrutar de buena calidad de imagen. En este punto existe cierto debate y algunos analistas argumentan que, cuando la luz incide en un panel curvo, los efectos son todavía más molestos que en uno plano.

Existe un tercer punto que no deberíamos obviar; los televisores de pantalla curva, especialmente los de gama alta, tienen una estética impresionante. El diseño y la estética juegan un papel fundamental en la decisión de compra y los fabricantes son conscientes de ello.

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¿Merece la pena comprar hoy un televisor con pantalla curva?

A día de hoy, solo recomendaría la compra de un televisor curvo cuando ni el presupuesto ni el espacio son un problema. Las nuevas generaciones de televisores Panasonic (publicaremos una review de uno de sus últimos curvos en unos días), Samsung, LG o Sony son notables, pero siempre que nos movamos en diagonales superiores a las 60 pulgadas. Lamentablemente, esto las sitúa fuera del alcance de muchos bolsillos.

Es importante valorar que, gastando lo mismo, podemos comprar un televisor plano mucho mejor que el modelo curvo equivalente. En este estadio tecnológico, una decisión razonable sería comprar la mejor pantalla plana que nos podamos permitir y sacar el máximo partido de una tecnología ya madura, que pone el 4K a nuestro alcance y justo antes de que las OLED (el siguiente salto importante del mercado) comiencen a estar a precios atractivos.

¿Pasará con las pantallas curvas lo que pasó con el 3D? Desde mi punto de vista no; la tecnología evolucionará, veremos paneles más finos, el OLED se acabará imponiendo y, antes de lo que muchos pensamos, será normal ver paneles domésticos de 70 u 80 pulgadas. Quizás todavía no es el momento de dar el salto (a menos que el dinero no sea un problema), pero llegará.

Finalizamos este artículo resumiendo, a modo de síntesis, las ventajas e inconvenientes de las pantallas curvas y lo completaremos en unos días, con una guía de compras organizada por presupuestos para aquellos que quieran dar el paso. Por supuesto, os invitamos a dejar vuestras impresiones en la sección de comentarios, especialmente si habéis tenido la oportunidad de probar un panel de este tipo.

Ventajas:

  • En grandes diagonales, la sensación de inmersión existe y marca la diferencia.
  • Si nos situamos en el punto ideal, permiten disfrutar de un campo de visión más amplio y con menor distorsión en los bordes de la pantalla.
  • En función de la estancia y de donde provenga la luz pueden tener un mejor comportamiento ante reflejos que una pantalla plana equivalente.
  • La pantalla se percibe más grande de lo que realmente es.

Inconvenientes:

  • Fuera del sweet spot (punto de visualización óptimo), los televisores con pantalla curva se ven peor que los planos.
  • El grosor del televisor es mayor y quedan peor colgados en la pared.
  • Notablemente más caros, especialmente en gran diagonal.
  • No son la mejor opción para una familia numerosas, al menos por debajo de las 70 pulgadas.

Me encargo de traer innovación y nuevo negocio al grupo TPNET. Además colaboro en varios de nuestros sitios como MC y MCPRO.

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