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Apple está tocada: cierra un 2018 para olvidar

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No hay duda, Apple está tocada. El gigante de la manzana mordida parecía inmune a todos los vaivenes del mercado y su iPhone se mantenía como la gallina de los huevos de oro.

La firma de Tim Cook se encontraba en una nube de la que nada ni nadie parecía poder bajarla, una realidad que la llevó a convertirse en la primera empresa tecnológica en superar la barrera del billón de dólares.

Al final los malos augurios se han cumplido, la burbuja se ha pinchado y como dijimos Apple está tocada. No hemos llegado a esta situación de la noche a la mañana, pero como ya ha ocurrido en otras ocasiones la tendencia de Apple a evitar el anuncio de malas noticias hasta que resulte inevitable ha hecho que todo parezca algo súbito.

Desde hace meses suenan campanas de que los iPhone XR, iPhone XS y iPhone XS Max no se están vendiendo bien. Apple no solo no reconoció el problema, sino que además llegó a decir que el iPhone XR se estaba vendiendo muy bien. Su objetivo era claro, frenar el sangrado que estaban sufriendo sus acciones desde que se empezaron a llegar voces de malas ventas por parte de los analistas.

La caída que han experimentado las acciones de Apple ha sido sostenida y muy marcada, tanto que bajaron a la compañía de la esfera del billón de dólares y al momento de escribir este artículo habían la caída acumulada es de más de un 30% (688.000 millones de dólares de valor de capitalización de mercado).

Apple reduce sus previsiones

Tim Cook dijo en una de las últimas conferencias de resultados que iban a decir de ofrecer datos oficiales de ventas del iPhone porque no reflejan su valor real. Quiero creer que el ejecutivo se refería a los ingresos asociados por el ecosistema de aplicaciones que van relacionados con el iPhone y a su alto precio de venta, pero incluso con eso en mente su argumento no tiene sentido.

Ese movimiento no era más que un intento de esconder una realidad clara: las ventas de los iPhone caen. La vaca sagrada de Apple está tocada y da síntomas de agotamiento y ya no es inmune a la realidad de un mercado en el que los ciclos de renovación se han alargado de forma notable y donde la innovación empieza a brillar por su ausencia.

Esas dos claves, la falta de innovación y el alargamiento de los ciclos de renovación, nos permiten tener una visión sencilla pero efectiva de los problemas que está atravesando Apple, pero no son los únicos. La compañía lo tiene cada vez más difícil para justificar los altos precios de sus terminales. La razón fundamental por la que la compañía de la manzana apenas se ha visto afectada por el estancamiento a nivel de ventas de sus iPhone ha sido simple y clara: han subido los precios de cada nueva generación, y de forma significativa.

A cambio Apple ofrece terminales con acabados en metal y cristal que ofrecen un buen rendimiento y cuentan con un buen soporte, pero ese valor ha quedado demasiado diluido por un aumento de precios que hace que los usuarios cada vez se sientan menos atraídos por unos terminales que, en general, marcan una diferencia cada vez menor con sus equivalentes en Android.

Apple está tocada, ¿pero por qué?

Precio, innovación, alargamiento de ciclos de renovación y pérdida de atractivo son algunas de las claves más importantes que podemos destacar en la caída del iPhone, ¿pero por qué ha afectado de tal manera al gigante de Cupertino? O dicho de otra forma, ¿por qué la caída en la demanda de un producto se ha llevado por delante el 30% del valor de capitalización de mercado de una empresa como Apple?

Pues muy simple, porque el 60% de sus ingresos dependen del iPhone, y su asociamos los ingresos derivados de servicios que se integran en dichos terminales la cifra sería mucho mayor. En resumen, Apple depende casi por completo del iPhone, y por ello el valor de sus acciones puede variar enormemente con una simple previsión negativa que gire alrededor de dicho producto.

La compañía de la manzana mordida ha intentado diversificar y abrirse a otros sectores para reducir su dependencia del iPhone, pero si hacemos balance en general la conclusión es clara: sin el iPhone Apple no podría seguir adelante, ya que la caída de aquél se llevaría por delante el 60% de sus ingresos y también parte de los que obtiene a través de la App Store, Apple Care y Apple Music. A eso habría que añadir los accesorios, un mercado secundario que Apple ha sabido potenciar con la eliminación del jack de 3,5 mm y las fundas de silicona a 45 euros.

Habrá que ver cómo evoluciona Apple en los próximos meses, pero está claro que no tiene una salida fácil. Bajar el precio de sus iPhone reduciría ingresos y podría borrar esa idea de «status» que se asocia a la marca, y no bajar el precio hará que las ventas sigan por debajo de lo esperado. Apple está tocada y en una encrucijada, ¿cuál será su próximo movimiento? Lo veremos.

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