Apple iPhone Xs Max, análisis

El pasado 12 de septiembre Apple aprovechó su mes talismán (en 2017, también el mismo día, anunció el iPhone X) para lanzar nuevos modelos de su smartphone: iPhone Xs, iPhone Xs Max e iPhone Xr. Con estas incorporaciones (el Xr se podrá reservar a partir del próximo 19 de octubre), cualquier comprador que se pase por una Apple Store o por la tienda online tiene a sus disposición siete modelos diferentes de iPhone: los tres nuevos ya mencionados, así como el iPhone 8 y el iPhone 7, ambos en su versión normal de pantalla de 4,7 pulgadas y en versión Plus de 5,5 pulgadas.

Tanto el iPhone 7 como el iPhone 8 son ya el «pasado», los últimos terminales de Apple con Touch ID para reconocimiento de huella dactilar y funciones de botón de inicio, pero todavía son móviles de gama alta que, a un precio más asequible que en su lanzamiento y gracias a iOS 12, son opciones muy recomendables para los que no puedan optar por los nuevos modelos.

Voy a analizar el iPhone Xs Max, que es idéntico al Xs de pantalla de 5,8 pulgadas, exceptuando la lógica diferencia de tamaño y resolución de pantalla. Conozcamos más en detalle al sucesor del primer iPhone X.

Diseño de pantalla completa

El Xs Max comparte con el iPhone X el mismo diseño de pantalla completa (19:9) sin marcos y con notch en la parte superior que ocupa menos del 2% de la superficie total. Estamos ante un terminal prácticamente de cristal, material usado tanto para el panel frontal como para la parte trasera. Como novedad, Apple asegura que ha mejorado su composición frente al iPhone X para aumentar la durabilidad y la resistencia a los arañazos (nosotros llevamos poco más de una semana con el Xs Max, muy pronto para notar algún deterioro por el uso).

Además, la parte trasera de cristal del Xs Max permite acelerar la carga inalámbrica y mejora el rendimiento cuando no hemos ubicado bien el iPhone, es decir, lo hemos dejado descentrado en la base de carga (hay muchas, quizás las más famosas las de Belkin, Mophie y Logitech, a la espera de la Apple AirPower prometida para este año 2018 y de la que todavía no se conoce fecha de lanzamiento).

La estructura metálica del Xs Max (no todo iba a ser vidrio) está formada por una banda de acero inoxidable de calidad quirúrgica en tres acabados a juego con la parte trasera: gris espacial, plateado y oro. Apple afirma que con los modelos gris espacial y oro (por cierto, disponible por primera vez en la familia X) ha usado un proceso de deposición física de vapor para que el color de los bordes de acero se corresponda con el del cristal trasero. La verdad es que el resultado está muy conseguido, que nadie piense en un oro estridente; en las imágenes podéis apreciar que se trata de un oro rosa que seguro tendrá muy buena acogida.

Sus dimensiones de 15,75 cms de alto por 7,74 cms de ancho y 0,77 cms de grosor son prácticamente idénticas al iPhone 8 Plus, así como el peso: 208 gramos frente a los 202 gramos del 8 Plus. Durante el último año he estado usando un iPhone 8 Plus y anteriormente tambien tuve un iPhone 7 Plus, es decir, hace mucho tiempo que me acostumbré al tamaño Plus y la verdad es que es perfecto para mí.

Eso sí, ahora la pantalla del iPhone Xs Max de 6,5 pulgadas ha dejado pequeño al panel de 5,5 pulgadas del 8 Plus, y también he tenido que acostumbrarme a carecer de un botón de inicio y a ciertos cambios en la manera de navegar por el dispositivo para ver las apps que están abiertas, cerrar apps, hacer búsquedas, acceder al centro de control…

Como detalle interesante, desde «Ajustes», sección «Pantalla y brillo», apartado «Visualización» es posible optar por la opción «Estándar» para mostrar más contenido o elegir «Zoom», que hace que los controles sean ligeramente más grandes. También es muy útil en una pantalla de este tamaño la «vista dividida» en aplicaciones como Calendario, Mail o Mensajes.

Otra novedad es que el nuevo Xs Max está fabricado de acuerdo a la certificación IP68, por lo que soporta perfectamente salpicaduras de agua (y otros líquidos como café o bebidas gaseosas), así como ambientes con mucho polvo.

En teoría, podría estar sumergido durante 30 minutos hasta un máximo de dos metros, pero esto no significa que el iPhone Xs Max sea un móvil sumergible, más bien hay que entenderlo como un «seguro de vida» frente a accidentes: que se te derrame encima el té con leche que estabas bebiendo, que no te des cuenta y te metas a la piscina con el móvil en el bolsillo del bañador o que te despreocupes al usarlo en la playa un día de viento. Además, Apple advierte que con el paso del tiempo y el uso habitual esta resistencia podría disminuir y sobre todo que no intentemos cargar el iPhone si está mojado.

Por cierto, otra novedad del Xs Max es el soporte para doble SIM, aunque en este caso no afecta al diseño exterior del dispositivo porque sigue incluyendo la ranura para tarjeta física de siempre y la secundaria es virtual (eSIM). Todavía no he podido probar esta funcionalidad ya que se activará en breve, aunque advierto que no todas las operadoras van a dar esta opción, de momento parece que solo Vodafone.

Super Retina Display

Con el Xs Max, Apple ha creado el iPhone con la pantalla más grande de su historia, aunque como ya he comentado tenga un tamaño casi idéntico al del iPhone 8 Plus. Sus características son muy destacables: panel OLED de 6,5 pulgadas, 2.688 x 1.242 píxeles de resolución y una densidad de 458 píxeles por pulgada, que es la misma que la del modelo Xs.

La realidad es que la pantalla del Xs Max está a la altura de lo que se espera del mejor iPhone presentado hasta la fecha por Apple, tanto para jugar como para disfrutar de fotografías, de vídeos grabados por nosotros mismos o de películas de cine. La reproducción de los colores y el uso de negros auténticos, así como su brillo y contraste no nos defraudarán.

Además, contamos con tecnologías como True Tone, que usa un sensor de luz ambiental de seis canales para ajustar el balance de blancos en pantalla y que coincida con la temperatura de color de la luz que le rodea para reducir la fatiga ocular. Y tampoco está mal la opción Night Shift, que ajusta automáticamente los colores de pantalla hacia la parte más cálida del espectro de colores, lo que ayuda a dormir mejor si estamos usando el móvil por la noche.

Otra prestación relacionada con la pantalla del Xs Max es el reconocimento facial de Face ID, ya presente en el iPhone X. Aunque mantiene el mismo hardware en los sensores, aprovecha las capacidades del chip A12 (del que hablaré más adelante) y según Apple se hace cada día más veloz porque este chip aprende más rápido que el A11. De todas formas, mantiene las mismas «limitaciones» al no funcionar en modo horizontal o al revés, y si usas gafas (como es mi caso) y por las mañanas te lo acercas demasiado a la cara porque no ves bien, no te reconocerá y tendrás que introducir el código.

Pero dicho esto, estoy muy satisfecho de la velocidad de respuesta de Face ID y de lo fácil que es configurarlo, logrando que los nuevos iPhone estén más protegidos, algo fundamental. Además, y esto sí que es una novedad, permite configurar un aspecto alternativo. La idea no es que haya dos usuarios usando el mismo iPhone, precisamente Apple esto lo desaconseja por cuestiones de seguridad, lo que se pretende es que podamos registrar una segunda apariencia nuestra.

Chip A12 Bionic

Sin lugar a dudas, el nuevo chip A12 Bionic, sucesor del A11 Bionic, es una de las grandes novedades de la familia Xs. Para empezar, es el primer chip fabricado en 7 nanómetros (el consumo de energía es menor, lo que redunda en una mayor duración de la batería; Apple habla de hora y media más en el Xs Max que en el iPhone X) y llama la atención porque su arquitectura de ocho núcleos capaz de procesar cinco billones de operaciones por segundo hace que estemos ante el iPhone más rápido de la historia, con una potencia de procesamiento similar a micros de última hornada que podemos encontrar en portátiles de este mismo año.

Tal como explica Apple, dos núcleos de rendimiento se ocupan de tareas de cálculo complejas para liberar a los cuatro núcleos de eficiencia que se encargan de los procesos más habituales. Por su parte, el controlador de rendimiento reparte las tareas entre los núcleos de forma dinámica y suma la potencia de los seis cuando es necesario.

Además, el Neural Engine es un motor de inteligencia artificial que amplía las posibilidades de aprendizaje automático, fundamental para que el iPhone Xs Max reconozca patrones (por ejemplo, pueda diferenciar objetos para resaltar los primeros planos en fotografías en modo retrato) y haga predicciones basándose en experiencias previas. También es compatible con la plataforma Core ML (Machine Learning) para que los desarrolladores integren el aprendizaje automático en sus apps.

Cámara dual con HDR Inteligente

El iPhone Xs Max tiene una cámara dual trasera de 12 Mpx con un teleobjetivo f/2,4 estabilizado ópticamente y un gran angular f/1,8, también con estabilización óptica de imagen. Eso sí, cada píxel del sensor es más grande y más profundo para mejorar las fotos con poca luz y la fidelidad de la imagen, respectivamente. Además, tiene más «píxeles de enfoque» para un enfoque automático dos veces más rápido.

En cuanto a la cámara frontal (TrueDepth), cuenta con un sensor de 7 megapíxeles y objetivo f/2,2 con nueva estabilización de vídeo. TrueDepth es parte del sistema de reconocimiento facial Face ID, además de la luz infrarroja para identificar la cara incluso a oscuras o el proyector de puntos para crear un mapa facial único. Los amantes de los selfies y los retratos disfrutarán añadiendo un efecto bokeh que desenfoca el fondo, pero además con el nuevo control de profundidad es posible ajustar la profundidad de campo después de hacer la foto.

Comparativa de fotografías tomadas con un iPhone 8 Plus (izquierda) y un iPhone Xs Max (derecha).

Zoom sobre fotografía tomada con un iPhone Xs Max.

Fidelidad cromática con iPhone Xs Max.

Modo retrato de iPhone Xs Max.

Fotografía nocturna con iPhone Xs Max.

La principal novedad de la cámara de la familia Xs es el denominado HDR Inteligente, en el que están implicados el subsistema de procesamiento de señales de imagen del A12 Bionic y el Neural Engine. La idea básica es que el iPhone Xs Max toma muchas fotografías a la vez en segundo plano y el Neural Engine selecciona las partes que cree más adecuadas para crear la foto final. Debo advertir que hay muchos detractores del modo HDR porque con él las fotografías pierden naturalidad en primeros planos porque suaviza y hace que se pierdan detalles. Aunque el HDR Inteligente viene activado por defecto, se puede desactivar fácilmente o incluso elegir la opción «Conservar foto normal»  para seleccionar después la toma que nos parezca más conseguida.

Conclusiones

El modelo Xs Max es mi favorito de la familia Xs por su gran pantalla de 6,5 pulgadas, aunque es algo que se debe pagar porque el Xs comienza por un precio de 1.159 euros con 64 GB y sube hasta los 1.559 euros con 512 GB, mientras que el Xs Max se vende por 1.259 euros con 64 GB y asciende a 1.659 euros con 512 GB de almacenamiento.

Precisamente es el precio de la familia Xs lo que más controversia ha provocado, aunque es la polémica habitual siempre que Apple lanza un nuevo iPhone. Que el precio de un smartphone comience en 1.259 euros y que puedas llegar a pagar por él casi 1.700 euros es algo que mucha gente no comprende, preguntándose: «¿cómo es posible que un móvil cueste lo mismo que un portátil de gama media-alta?».

Lo mejor será que cada uno se responda como quiera a esta pregunta. La realidad es que el iPhone sigue siendo un «superventas» y para mí el Xs Max que nos ocupa es el mejor teléfono que hay ahora mismo en el mercado, aunque reconozco que se paga mucho por él. Precisamente, y ya que barato no es, qué menos que Apple hubiera includo un cargador de 7,5W en lugar del de 5W que viene en su caja.