Análisis
Fitbit Sense, análisis: en busca del bienestar físico y mental
Fitbit Sense es el smartwatch más avanzado que jamás haya lanzado Fitbit hasta la fecha, incluyendo el excelente Fitbit Ionic que fue presentado a mediados de 2017.
Y esto es así porque en el interior de su caja de acero inóxidable de grado médico 316L protegida por un cristal Gorilla Glass 3, encontramos tecnologías como GPS integrado, chip NFC, sensor de luz ambiental, giroscopio, acelerómetro, altímetro y sensores de temperatura cutánea, saturación de oxígeno en sangre y ritmo cardíaco.
La COVID-19 acelera la preocupación por el bienestar
Antes de analizar en detalle todas las características de Fitbit Sense, me gustaría comentar los resultados de un estudio realizado en agosto de 2020 entre más de 14.000 personas en Francia, Alemania, Irlanda, Italia, Países Bajos, Noruega, Sudáfrica, España, Suecia, Emiratos Árabes Unidos y el Reino Unido sobre cómo ha impactado la pandemia COVID-19 en la sensación que tienen todas ellas sobre su salud personal.
Los resultados de este estudio confirman que el círculo virtuoso de los nuevos productos de Fitbit ayuda a los usuarios a conectar con su salud y ha sido todo un acierto. Este círculo virtuoso, como si fuera una brújula que guía en la búsqueda del bienestar físico y mental, está formado por cuatro «puntos cardinales»: sueño, nutrición, estrés y actividad.
Volviendo al estudio, con anterioridad a las restricciones de movilidad y en algunos casos a los confinamientos domiciliarios, sólo el 22% de los encuestados afirmaba prestar mucha atención a su salud personal, en comparación con el 42% actual, sin olvidar que el 63% declaró que es más probable que de ahora en adelante den más prioridad a su salud.
El estudio de Fitbit constata que cuando se impusieron restricciones de movilidad, los niveles de actividad de los usuarios de Fitbit se redujeron y el recuento de pasos también disminuyó. Los usuarios de Fitbit no pudieron realizar actividades rutinarias y simples del día a día como caminar con los niños a la escuela o subir escaleras durante los descansos para tomar café en el trabajo. En contraposición, aumentó la intensidad al correr, montar en bici y en otros ejercicios.
Otro dato interesante es que el 44% de los encuestados observaron una mejora en la duración general del sueño, ya que muchos de ellos se acostaron más temprano para poder descansar más por la noche. Como consecuencia, en toda Europa la duración del sueño aumentó una media de 10 a 20 minutos por noche, en comparación con el mismo periodo del año anterior.
Y para confirmar el acierto de Fitbit en su preocupación por tratar el estrés como una de las causas más importantes del deterioro de nuestra salud, un 50% de los encuestados confirmó que sus niveles de estrés son más altos ahora que antes de la COVID-19, afectando en su estado de ánimo, falta de energía e incapacidad para concentrarse.
La solución pasa por ser conscientes de los factores que nos provocan estrés y realizar prácticas como la meditación, así como dormir más profundamente, pasar más tiempo al aire libre y en contacto con la naturaleza, realizar ejercicio físico de manera habitual y cuidar la alimentación. Como vemos, los cuatro «puntos cardinales» en los que se apoya el nuevo Fitbit Sense: sueño, nutrición, estrés y actividad.
Fitbit Sense, un smartwatch en formato «squircle»
La caja del Fitbit Sense incluye el propio Sense junto con una correa pequeña (para muñecas entre 140 y 180 mm de circunferencia) que se acompaña de una correa grande adicional que podemos cambiar muy fácilmente si el tamaño de nuestra muñeca (entre 180 y 220 mm de circunferencia) así lo exige. Además, en la página web de Fitbit encontramos correas de todo tipo (deportivas, textiles, de cuero, de canalé en oro…) con precios entre 34,95 euros y 44,95 euros.
Por cierto, la correa ahora se cierra deslizándola por la primera presilla de la banda superior, presionando el cierre por uno de los orificios de la correa y volviéndola a introducir por la segunda presilla hasta que queda plana en la muñeca.
Un sistema mejorado frente a anteriores modelos (no es el caso del Fitbit Versa 3, que sí la incorpora) que aporta más seguridad cuando se hacen movimientos bruscos con el smartwatch.
Dentro de la caja está el cable de carga (no incluye el adaptador de corriente), que ya no es de tipo pinza; ahora, como podéis ver en las dos imágenes de abajo, se engancha magnéticamente a la parte trasera del Fitbit Sense, y la verdad que me parece un acierto porque es más funcional que el anterior sistema de carga.
La batería tarda entre una y dos horas en cargarse completamente, y tiene una autonomía que puede durar seis o más días dependiendo del uso que demos al GPS, por ejemplo. Nuestra experiencia avala estas cifras dadas por el fabricante, demostrando que uno de los puntos fuertes del Fitbit Sense es la duración de su batería. Eso sí, si optamos por encender la opción de «pantalla siempre activa», la autonomía de la batería no superará los dos días.
El Fitbit Sense se vende en dos modelos, ambos con un precio de 329 euros: negro carbón con caja de acero inoxidable en grafito y blanco marfil con caja de acero inoxidable dorado.
La caja de 40,48 x 40,48 x 12,34 mm y pantalla AMOLED táctil (336 x 336 px) responde al llamado formato squircle, que es la combinación de las palabras inglesas «square» (cuadrado) y «circle» (círculo), dando como resultado un dispositivo que no tiene líneas rectas, pero tampoco es circular.
Como podéis ver en las imágenes, rodea la pantalla un marco de metal que además de tener una función estética, es fundamental para la aplicación Escáner EDA, preparada para detectar la actividad electrodérmica e indicarnos la respuesta que tiene nuestro cuerpo ante el estrés (más adelante profundizo en esta función).
Otra novedad es que Fitbit ha retirado el botón físico lateral de modelos como el Versa que hace las funciones de botón de inicio y lo ha sustituido por un botón sensible a la presión. Aunque reconozco que es cuestión de acostumbrarse, la posición no es idónea y algunas veces la detección del toque no es muy precisa. Creo que puede ser una cuestión del firmware, por lo que en próximas actualizaciones igual lo mejoran.
Y aunque no se aprecie externamente, incluye micrófono y altavoz para interactuar con Amazon Alexa gracias a su aplicación nativa, enviar respuestas de voz, usar el asistente de Google y atender llamadas por Bluetooth (siempre que nuestro móvil esté cerca); estas dos últimas prestaciones estarán disponibles a finales de 2020 a través de una actualización de su firmware.
Sensor EDA, un aliado contra el estrés
Como hemos comentado, el Fibit Sense es un smartwatch que nos ayuda a mejorar nuestro bienestar físico y mental, monitorizando nuestro estilo de vida, tanto de día como de noche, de acuerdo a cuatro ejes: sueño, nutrición, actividad y estrés.
El nivel de gestión de estrés nos ayuda a saber si nuestro cuerpo muestra signos de estrés a diario y en Fitbit se apoyan, al igual que con la medición del sueño, en una puntuación que va del 1 al 100, donde un número más elevado significa que nuestro cuerpo muestra menos signos de estrés físico.
Si el nivel de gestión del estrés no coincide con la forma en que nos sentimos, es posible registrarla manualmente a lo largo del día mediante las típicas caritas que muestran nuestro estado de ánimo desde «con mucha calma» a «con mucho estrés». Además, las sesiones de mindfulness incluidas en el Fitbit Sense son compatibles con la detección EDA.
Para ver nuestra actividad electrodérmica solo tenemos que abrir la aplicación de Escáner EDA en el smartwatch, colocar la palma de la mano sobre él, asegurarnos de tocar el marco metálico y no movernos.
Como he dicho, es compatible con sesiones guiadas como las siguientes: «relájate con la respiración guiada» (seis minutos), «escúchate con el escáner corporal» (siete minutos), «practica las notas mentales» (siete minutos), «aprende la autocompasión» (once minutos) y «siembra la bondad amorosa» (diez minutos).
Aquí quiero hacer un paréntesis para comentar que con una suscripción Premium (con la compra de Fitbit Sense se ofrecen seis meses gratis) podemos obtener más detalles sobre el nivel de estrés, pero también un informe de bienestar personal con datos del panel de Métricas de Salud, consultar un desglose de la puntuación del sueño para comprender mejor en qué podemos mejorar, participar en juegos y desafíos especiales relacionados con la actividad física y relajarnos con una amplia biblioteca de sonidos diseñados para reducir el estrés.
Si somos usuarios de Fitbit Premium también podremos acceder a Fitbit Coach, un entrenador personal que nos guiará en diferentes sesiones de entrenamiento de distintos deportes. El entrenamiento comienza mostrándonos un pequeño vídeo del ejercicio a realizar en la misma pantalla del Fitbit Sense, y después repetimos, con cronómetro incluido, el ejercicio que hemos visto.
Métricas de Salud en el Fitbit Sense
Estamos sin lugar a dudas en uno de los apartados donde el Sense ha avanzado más frente a otros dispositivos de Fitbit. Antes de analizar las cinco métricas que nos ofrece, aclarar, como muy bien hacen desde Fitbit, que todas estas funciones no están diseñadas para diagnosticar ni tratar ninguna afección médica, el objetivo es proporcionar información para ayudar a gestionar el bienestar.
La frecuencia respiratoria es el número de respiraciones que realizamos por minuto. Nuestro cuerpo normalmente ajusta la frecuencia para ayudarnos a tomar suficiente oxígeno y suele ser de 12 a 20 respiraciones por minuto.
Esta medición la hace el Sense mientras dormimos y es útil para controlar el bienestar general. Aunque no suele haber muchas variaciones de una noche a otra, incluso un pequeño cambio puede ser significativo, teniendo en cuenta que hay factores como la edad, el sexo y el peso que afectan a la frecuencia respiratoria, pero también las enfermedades pulmonares y de corazón, la ansiedad y la fiebre.
La variabilidad del ritmo cardíaco es la variación en el tiempo que hay entre los latidos del corazón. El sistema nervioso autónomo determina el tiempo de cada latido y en Fitbit usan una fórmula común llamada RMSSD para determinarla a partir de datos de nuestro ritmo cardíaco.
Es una métrica importante porque los estudios demuestran que tener una mejor salud da lugar a una variabilidad del ritmo cardíaco más alta. Una caída significativa puede indicar que nuestro cuerpo está sometido a estrés o presenta signos de enfermedad.
En cuanto a la temperatura cutánea, el Fitbit Sense la toma de nuestra muñeca mientras dormimos. No es la misma que la del interior del cuerpo, que se suele medir con un termómetro. Esta temperatura varía durante el sueño de una noche a otra y es la manera que el cuerpo emplea para regularse por sí mismo. Como en otras métricas, hay factores que la alteran como la temperatura ambiente, el ritmo circadiano o el ciclo menstrual, pero también la aparición de fiebre.
La medición de SpO2 o saturación de oxígeno en sangre muestra el valor medio de nuestra última sesión de sueño y los valores más altos y más bajos que se han registrado. No mide o muestra valores por debajo del 80%, ya que cualquier medición que sea inferior la veremos como <80%. Por cierto, para obtener la SpO2 es necesario descargarse una esfera de reloj que nos permite monitorizar los datos desde la muñeca y ver tendencias.
Por último tenemos el ritmo cardíaco en reposo o RCR. Es el número de latidos por minuto del corazón cuando está quieto y descansado, oscilando entre 60 y 100 lpm. Los estudios demuestran que tener un RCR más lento es propio de personas activas, y como en otras ocasiones, influyen factores como el estrés, la ingesta de alcohol o cafeína, y la fiebre.
Electrocardiograma integrado
Al igual que hizo Apple en los Watch, Fitbit ha incluido en el Sense la posibilidad de realizar electrocardiogramas desde nuestra propia muñeca. De nuevo, esta función no pretende ser un método de diagnóstico, simplemente nos puede orientar para que, en caso de sentirnos mal, acudamos a un centro médico.
La forma de realizar un electrocardiograma es muy sencilla. Abrimos la app y, siguiendo sus instrucciones, colocamos nuestros dedos índice y pulgar sobre las esquinas superior derecha e inferior izquierda, respectivamente. Debemos esperar 30 segundos sin movernos ni hablar para que el Fitbit Sense finalice la lectura.
Al acabar los 30 segundos, en la misma esfera del smartwatch podremos ver el resultado de nuestro electrocardiograma, que puede mostrar un ritmo sinusal (el normal), síntomas de fibrilación auricular (sin asustarnos, y solo si nos sentimos mal, no sería mala idea consultar estos resultados si se repiten varias veces con un médico) o tener un resultado no concluyente que nos recomendará repetir el proceso.
Conclusiones
La función de medición de sueño se mantiene de modelos anteriores como el Fitbit Charge 4 que analizamos en su día, que no es un smartwatch, sino una pulsera de actividad, aunque muy avanzada.
También es importante el registro del consumo de agua y el registro de lo que comemos. Aunque estas funciones exigen que seamos proactivos porque como es lógico el Fitbit Sense no puede advinar lo que hemos comido, sí que cuenta con una amplia base de datos de alimentos que nos permitirá obtener un desglose de carbohidratos, grasas y proteínas, así como de las calorías ingeridas.
En cuanto al entrenamiento, mantiene las funciones de modelos anteriores y nos permite monitorizar hasta 19 tipos de deporte. Lo más importante es el concepto de Minutos en Zona Activa (MZA), que utiliza las zonas de frecuencia cardíaca personalizadas para motivarnos a realizar actividades que pongan nuestro corazón a trabajar.
Según la Organización Mundial de la Salud, es recomendable realizar al menos 150 minutos de actividad moderada a la semana, y los MZA ayudan a alcanzar nuestros objetivos dado que registran el tiempo que estamos haciendo actividades que aumentan nuestra frecuencia cardíaca. Para Fitbit, los MZA multiplican x2 los minutos de actividad de mayor intensidad, por lo que si nos esforzamos, podremos alcanzar nuestos objetivos de actividad en la mitad de tiempo.
Como vemos, Fitbit cierra con el Sense el círculo virtuoso de la búsqueda del bienestar físico y mental, aportándonos funciones y tecnologías que nos permiten monitorizar nuestro sueño, lo que comemos, la actividad física que realizamos y la gestión que hacemos del estrés.
Por todo ello, y a pesar de algunos detalles que podrían mejorarse en futuras actualizaciones del firmware, el Fibit Sense obtiene nuestro galardón de «Producto Recomendado».