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DirectStorage no estará disponible en Windows 10

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DirectStorage no estará disponible en Windows 10

Una de las grandes novedades que llegarán de la mano de Windows 11 es, sin duda, DirectStorage. Una tecnología especialmente dirigida a los gamers que, junto con AutoHDR, pretenden plantear un importante salto cualitativo en la experiencia de juego en su sistema operativo. Y es que Microsoft sabe que una de las ventajas competitivas de Windows frente a otros sistemas operativos es su interminable catálogo de juegos, lo que lo convierten en la plataforma más escogida para gaming. Y no, con esto no estoy diciendo que no se pueda jugar en Linux y en macOS, pero es innegable que la oferta es bastante más limitada.

DirectStorage no es, en realidad, una tecnología nueva, en realidad escuchamos de ella por primera vez de la mano de los avances que fue haciendo Microsoft sobre el desarrollo de la (entonces futura) Xbox Series X/S. Hace algo más de un año que Microsoft nos habló de Xbox Velocity Architecture, el conjunto de tecnologías con las que la nueva generación de la consola de Microsoft quería competir con PlayStation. Tecnologías que esperábamos que llegaran a Windows 10.

Estas expectativas crecieron como la espuma en abril, cuando Microsoft anunció DirectX 12 Agility, un SDK que desligaba el despliegue de nuevas funciones de las actualizaciones del sistema operativo. Desde ese mismo momento empezamos a hablar de la más que probable llegada de DirectStorage a Windows 10, y la sorpresa fue aún mayor al saber que, a diferencia de lo previsto, esta API no solo sería compatible con el estándar PCIE Gen4, sino que también podría emplearse con unidades PCIE Gen3, evitando así a muchos usuarios la necesidad de actualizar sus soportes de almacenamiento.

DirectStorage no estará disponible en Windows 10

Ayer, con el anuncio de Windows 11, Microsoft nos confirmó que este sistema operativo contará con DirectStorage, pero la sorpresa ha llegado después, cuando hemos sabido que esta tecnología finalmente no estará disponible en Windows 10. Los usuarios que quieran disfrutar de las ventajas de rendimiento que ofrece esta API tendrán que actualizarse obligatoriamente a Windows 11 (recordemos, eso sí, que la actualización será gratuita), además de contar con hardware compatible.

En concreto, será condición sine qua non contar con una tarjeta gráfica NVIDIA GeForce RTX Series 20/30 o AMD Radeon RX Series 6000, así como con una unidad de almacenamiento NVMe gestionada mediante el driver  «Standard NVM Express Controller» de Microsoft, y que su capacidad no puede ser inferior a un terabyte. Solo los sistemas que cumplan con estos requisitos técnicos y, claro, que se hayan actualizado a Windows 11, podrán sacarle partido a DirectStorage.

¿Y en qué consiste DirectStorage? Pues en una solución a un cuello de botella identificado ya desde hace años, y que ha venido lastrando el rendimiento de consolas y ordenadores. Aunque es más complejo que esto, podemos resumirlo en que descarga de una parte importante de trabajo a la CPU, agilizando la transferencia de recursos de la unidad de almacenamiento a la memoria de la tarjeta gráfica, lugar en el que los mismos son descomprimidos para ser empleados por la GPU.

Si me dieran una cana por cada contenido que he escrito relacionado con la tecnología... pues sí, tendría las canas que tengo. Por lo demás, música, fotografía, café, un eReader a reventar y una isla desierta. ¿Te vienes?

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