Rusia pone en marcha la primera planta nuclear flotante del mundo

Rusia ha puesto en marcha la primera planta nuclear flotante del mundo para uso civil, si descartamos el buque USS Sturgis estadounidense que fue reconvertido en los años 70 con similares objetivos, pero para usos militares con motivo de la Guerra de Vietnam.

La barcaza nuclear se llama Academik Lomonosov y desde el pasado fin de semana está siendo remolcada desde San Petersburgo hacia la ciudad de Murmansk. Allí recibirá el combustible nuclear y la  tripulación para en una segunda etapa llevarlo a la ciudad petrolera de Pevek.

La planta nuclear flotante rusa consta de dos reactores nucleares y una potencia total de 70 MW. Reemplazará una planta de energía nuclear y otra de energía térmica instaladas en la región y próximas al final de su ciclo de vida, alimentando de energía a una población de 100.000 personas y las instalaciones industriales de esta ciudad petrolera.

Greenpeace y otros grupos ecologistas no creen que esta planta nuclear flotante sea una gran idea, especialmente porque el barco debe ser remolcado y no puede moverse por sus propios medios, además de tener que enfrentarse al clima extremo del Ártico.

«Mover este ‘Titanic nuclear’ lejos del ojo público no hará que el proyecto sea menos irresponsable», comentó el experto nuclear de Greenpeace, Jan Haverkamp. «Los reactores nucleares que flotan alrededor del Océano Ártico plantearán una amenaza obvia para un entorno frágil que ya está bajo una enorme presión del cambio climático».

La economía rusa depende en gran medida del petróleo y al igual que otras naciones, ha reclamado las riquezas del Ártico. Irónicamente, la quema de combustibles fósiles que es la principal responsable del calentamiento global está derritiendo rápidamente el hielo ártico, lo que permite abrir nuevas rutas desde Rusia y hace posible una mayor exploración petrolera.

La planta nuclear flotante es una excepción a la tendencia general a favor del uso de energías renovables que están cambiando el mercado mundial de la energía y no solo por sus aspectos “ecológicos” sino simplemente por costes.