FRITZ!Box cumple 15 años: un producto clave que hizo despegar a AVM

Cómo pasa el tiempo. El 18 de marzo de 2004 AVM presentó su primer FRITZ!Box, un router que debutó en la conocida feria CeBit y que se convirtió con el paso de los años en uno de los productos estrella de la compañía alemana.

El primer FRITZ!Box llegó como el sucesor «espiritual» de la tarjeta RDSI FRITZ!Card. Este modelo estaba formado por un módem DSL con router integrado y ofrecía dos puertos LAN y un puerto USB.

En aquellos momentos la velocidad de transferencia máxima que se podía alcanzar con una conexión DSL era 8 Mbps de descarga y 1 Mbps de subida. Poco después de presentar este dispositivo, AVM dio a conocer ese mismo año dos dispositivos más: el FRITZ!Fon, con centralita integrada para red fija y VoIP, y el FRITZ!Box SL WLAN, el primer modelo Wi-Fi diseñado para la red doméstica.

Cuando hablamos de AVM, nos vienen a la cabeza los routers FRITZ!Box, ¿pero qué hay detrás de esta línea de productos para que hayan logrado convertirse en el pilar central de la compañía? Podríamos entrar en descripciones complicadas y hablar de especificaciones y estándares, pero lo cierto es que el valor de la serie FRITZ!Box se puede resumir en cuatro grandes claves:

• Alto rendimiento.
• Innovación.
• Excelente conjunción hardware-software gracias a FRITZ!OS.
• Equilibrio calidad-precio.

Uno de los puntos de inflexión más importantes para AVM se produjo con el lanzamiento del FRITZ!Box 7390, un modelo que llegó en 2009 y que todavía hoy se puede aprovechar con conexiones VDSL vectoring.

Con el paso de los años AVM ha ido renovando su catálogo de routers. En 2017 se produjo el lanzamiento del FRITZ!Box 7590, un modelo que se mantiene como su buque insignia y que ofrece no solo ofrece un alto nivel de rendimiento, sino que además soporta un amplio abanico de conexiones y ofrece todas las ventajas asociadas a FRITZ!OS 7, el sistema operativo con base Linux que utilizan los routers de la compañía alemana.

AVM ha pasado de tener unos orígenes humildes a convertirse en el líder indiscutible del mercado alemán, y en uno de los jugadores más importantes del sector a nivel internacional. La compañía está asentada en Berlín, fabrica la serie FRITZ!Box en la Unión Europea y se comercializa en más de 40 países. En general su estrategia está funcionando muy bien, ya que cerró 2018 con una plantilla de 750 empleados y registró una facturación de 520 millones de euros.