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Las últimas actualizaciones de Windows 10 pueden hacer que tu PC vaya más lento, pero tranquilo, hay una solución

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Tras el lanzamiento de las últimas actualizaciones de Windows 10 se han identificado algunos problemas que afectan a ciertos usuarios y que producen una pérdida de rendimiento importante, un efecto de ralentización que se ceba sobre todo con los tiempos de arranque del equipo, y que afecta incluso a aquellos que utilizan unidades SSD de alto rendimiento.

Todavía no ha sido posible identificar exactamente al culpable, aunque todo parece indicar que podría tratarse de un fallo a nivel de compatibilidad con los controladores o con algún elemento intrínseco de la propia actualización. Sabemos que las actualizaciones de Windows 10 KB4535996, KB4540673 y KB455176 pueden provocar esa ralentización, así que si las habéis instalado recientemente y notáis que vuestro equipo ha perdido fluidez ya sabéis qué ha podido ocurrir.

Esto reaviva la polémica que arrastra Microsoft por las actualizaciones de Windows 10 y el tema de los drivers que no terminan de ofrecer un alto grado de compatibilidad, un tema que ya vimos en este artículo. Por suerte podemos resolver este problema de una manera relativamente sencilla, y a continuación os vamos a explicar todos los pasos que debéis dar.

Cómo resolver el inicio lento tras instalar las últimas actualizaciones de Windows 10

Lo primero que debemos hacer es asegurarnos de que tenemos instaladas dichas actualizaciones y de que los problemas que estamos experimentando encajan con los síntomas que hemos descrito: inicio lento sin explicación aparente y pérdidas de rendimiento súbitas al ejecutar aplicaciones o realizar tareas determinadas que tampoco tienen explicación.

Nos vamos a «Inicio > Configuración» y en «Actualizaciones y Seguridad > Ver Historial de Actualizaciones» buscamos si nos aparecen instaladas las actualizaciones KB4535996, KB4540673 y KB455176.

Una vez que lo tenemos todo confirmado entramos en materia. Para solucionar estos problemas no tenemos más opción que desinstalar las actualizaciones de Windows 10 que hemos citado, sin más. Es un proceso muy sencillo, ya que podemos hacerlo a través de la opción «Desinstalar las actualizaciones» que nos aparece en esa misma sección (en «Ver Historial de Actualizaciones»).

Cuando hayamos completado el proceso debemos reiniciar el equipo y listo, los problemas de rendimiento y la lentitud en el proceso de arranque deberían haber quedado totalmente superados. Tened en cuenta que estos problemas pueden variar en función del equipo que tengamos y de la configuración y aplicaciones que hayamos instalado, es decir, no afecta a todos por igual.

Es probable, por tanto, que algunos usuarios hayan podido instalar esas actualizaciones y que su equipo funcione correctamente, mientras que otros pueden haberse encontrado con los problemas que hemos citado en situaciones más o menos concretas.

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