Cómo montar el ordenador gaming perfecto para hacer frente a la nueva generación de consolas

Con una generación de consolas que continúa marcada por la ausencia de unidades, cada vez son más los usuarios que están comenzando a optar por pasarse al PC. Sin embargo, hoy en día actualizar o montar un ordenador gaming desde cero no resulta una tarea demasiado sencilla, no sólo por la enorme cantidad de componentes diferentes a nuestro alcance, sino por los altos precios de muchos de ellos. Le aconsejamos que consulte las ofertas publicadas en esta página y siga nuestros consejos, ¡le será mucho más fácil de lo que pensaba!

Lo primero de todo es tener claro a qué juegos queremos jugar, y el uso al que vamos a dedicar nuestro ordenador. Y es que si bien montar un equipo de última generación con los últimos modelos resulta realmente tentador, no siempre nos sale verdaderamente a cuenta, incurriendo muchas veces en «gastos innecesarios» y errores de montaje e incompatibilidad fácilmente evitables.

En este caso, partiendo de la base de igualar a las PS5 y Xbox Series, y buscando siempre el máximo ahorro, trataremos de apuntar a unos componentes similares o ligeramente superiores a las mismas, creando un ordenador gaming perfecta para jugar a las cada vez más recurrentes adaptaciones a PC de sus títulos exclusivos.

Comenzando por el corazón de estas máquinas, ambas consolas están equipadas con una CPU Zen 2 con menos caché L3 de solo 8 MB y a frecuencias bastante bajas, por lo que podemos concluir que con equipar nuestro ordenador con un procesador a partir de los Ryzen 7 1700, ya estaríamos preparados para superar sin problemas esta transición. Aunque también podríamos optar por otros procesadores con menos cantidad de núcleos e hilos como el Ryzen 5 2600 o el Intel Core i5 6600K.

En lo referente a la memoria RAM, las consolas cuentan con 16 GB de memoria GDDR6 con una arquitectura de memoria unificada. Sin embargo, no debemos caer en el error de pensar que esto equivale a tener 16 GB de memoria RAM y de memoria gráfica en un ordenador gaming. Aunque no haya una división física, esos 16 GB de GDDR6 realizan la función de ambos tipos de memoria, lo que significa que debe dar cabida a los datos e instrucciones que necesitan la CPU y la GPU, y también a las texturas.

Esto significa que podremos conseguir un rendimiento suficiente a partir de los 12 GB de RAM, aunque sin duda lo mejor será apuntar hasta los 16 GB de RAM para asegurar una mayor continuidad con los próximos títulos. Aunque por la otra parte, no necesitaremos alcanzar los 16 GB de memoria VRAM.

Así pues, llegamos a uno de los puntos clave: la GPU. Y es que de todos es sabido que actualmente el mercado está pasando por una mala racha en lo referente a unidades y precios de estos componentes, con una alta demanda derivada de las minas de criptomonedas, y unos precios inflados por los especuladores. No obstante, una vez más no necesitaremos recurrir a una de las tarjetas de última generación, pudiendo escoger dentro de la serie RTX 20 de NVIDIA para poder disfrutar sin problemas de unas partidas a 30 FPS estables bajo unos gráficos 4K.

Por último, en lo referente al almacenamiento, si bien las consolas de Sony y Microsoft han buscado optimizar al máximo los tiempos de carga, realmente no necesitaremos contar con un SSD PCIE de última generación a 5,5 GB/s para disfrutar de una buena experiencia con juegos de nueva generación, pudiendo ahorrar algo más de dinero con otros modelos ligeramente inferiores a partir de los SSD Gen3 a velocidades de 2,4 GB/s o superiores.