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VESA estandariza la frecuencia de actualización variable de las pantallas

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La frecuencia de actualización variable (VRR) se ha convertido en una característica fundamental a la hora de comprar pantallas de visualización, especialmente las especializadas en ejecutar videojuegos. Conociendo que es un dato importante y que los jugadores lo valoran, los departamentos de marketing de los fabricantes lo exaltan para promocionar sus ventas. Y no siempre con la exactitud deseable.

La organización industrial VESA (Video Electronics Standards Association) ha anunciado un nuevo programa de certificación de pantallas que debe clarificar el nivel de esta frecuencia de actualización variable. El nuevo estándar se unirá a otros implementados por la asociación, incluidos Displayport, los montaje de pantalla VESA y las certificaciones DisplayHDR, otro dato de interés traducido por sus siglas en inglés como alto rango dinámico y que indica el potencial de mostrar imágenes (fijas o en movimiento) lo más cercanas posibles al mundo real.

VRR: un auténtico lío

Ya conoces que la frecuencia de actualización variable es una tecnología que permite que las pantallas cambien la tasa de refresco sobre la marcha entre un rango específico, eliminando artefactos de las imágenes y en general mejorando la comunicación entre el procesador gráfico y y una pantalla de visualización, sincronizando la frecuencia. Esta característica no solo se aplica a juegos, pero es en este segmento donde es más importante.

Esta tasa de refresco variable se implementa en PCs mediante una tecnología denominada «sincronización adaptativa» (Adaptive Sync) estandarizada por la organización VESA. Es ampliamente usada en la industria y es soportada por los grandes proveedores de chips gráficos (NVIDIA, AMD e Intel), por todos los fabricantes de monitores y también está presente en algunos modelos de televisores. Bien soportada en sistemas operativos como Windows, también lo usa las últimas consolas Xbox Series X y recientemente fue añadida por Sony para la PS5.

VESA introdujo soporte VRR nativo con la actualización del puerto Displayport 1.2a en 2014. Los fabricantes de tarjetas gráficas  lo soportan, pero tienen soluciones VRR específicas que conoces como el G-Sync de NVIDIA y el FreeSync de AMD. Estos proveedores cuentan con programas de certificación de pantalla VRR patentados, pero son cerrados y no especifican qué pruebas y qué configuraciones de pantalla están involucradas.

Con suerte, el programa de VESA debe solucionarlo al ser más abierto sobre sus procedimientos de prueba y más estricto sobre qué pantallas pasan cada uno de los niveles lo que debe ayudar a su elección por los consumidores. 

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Normas para el VRR

VESA ha anunciado la implementación de dos niveles con dos logotipos respectivos que los fabricantes podrán usar si su pantalla pasa los valores definidos en la certificación. Hay que decir que VESA solo prueba y certifica pantallas compatibles con el puerto DisplayPort, más avanzado que HDMI en interfaces para conectar las pantallas y más usado en informática personal.

Destacar también que la asociación no probará ninguna frecuencia de actualización «overclockeada» que ofrezcan los fabricantes en el OSD. Todas las certificaciones se realizará con la configuración predeterminada de fábrica, lo que significa que el modo listo para usar debe tener tiempos de respuesta de píxeles razonables sin cambios que muchas veces -de nuevo el marketing- no son nada reales.

AdaptiveSync

Es la primera de las certificaciones y la más interesante ya que está concebida principalmente para monitores de juegos. Requiere que las pantallas tengan una frecuencia de actualización mínima de 60 Hz y una máxima de al menos 144 Hz. El logotipo mostrará la frecuencia de actualización máxima admitida por la pantalla.

También será obligatorio el soporte de compensación de baja velocidad de fotogramas, lo que ayuda a las unidades a permanecer dentro del rango de VRR incluso si la velocidad de fotogramas cae por debajo de la frecuencia de actualización mínima. El estándar también probará los tiempos de respuesta gris a gris (G2G) que deberá ser inferior a los 5 milisegundos.

No suena demasiado impresionante, teniendo en cuenta que muchos monitores hoy en día anuncian tiempos de respuesta inferiores a 1 ms y frecuencias de actualización que han alcanzado un máximo de 360 Hz. Sin embargo, las pruebas de VESA serán mucho más estrictas y reales, lo que en definitiva más interesa al consumidor.

MediaSync

La segunda de las certificaciones está destinada a pantallas de gama media y de entrada y se centra en el funcionamiento adecuado del VRR para la reproducción de medios y la creación de contenido. Requiere un rango de frecuencia de actualización relativamente estrecho de al menos 48-60 Hz, pero VESA probará el parpadeo, el sobreimpulso, el subimpulso y, lo más importante, la fluctuación.

En una pantalla sin VRR de 60 Hz, ver una película de 24 fps dará como resultado que se muestren fotogramas pares durante tres intervalos de actualización, mientras que los impares se mostrarán durante dos. Esto se denomina pulldown 3:2 y produce fluctuaciones. Las pantallas certificadas por MediaSync solucionarán esto, utilizando la duplicación de fotogramas según sea necesario para llevar las frecuencias de fotogramas más bajas al rango de frecuencia de actualización del monitor, con fluctuaciones limitadas a 1 ms.

Frecuencia de actualización variable: qué es y por qué importa

Por si estás un poco perdido con todo esto, explicar previamente que un PC o consola de juegos envía nueva información a una pantalla a la que está conectada desde docenas de veces hasta cientos de veces por segundo. Cada vez que esto sucede, la máquina le dice a la pantalla exactamente qué debe mostrar, la posición de cada persona, lugar y cosa, y la pantalla lo «dibuja».

La imagen estática generada es lo que conocemos como un «cuadro» (frame), mientras que la cantidad de veces que una computadora o consola envía imágenes a la pantalla es la «velocidad de cuadro», que verás destacado como fps. Una frecuencia de actualización variable permite que una pantalla muestre imágenes a la misma velocidad de la cantidad de fotogramas que recibe en cualquier momento. Y ello es muy importante para los juegos, porque a diferencia de otro contenido de entretenimiento como películas, series o emisiones de televisión, los videojuegos crean cada cuadro sobre la marcha.

Dependiendo de lo que esté sucediendo en un videojuego, la velocidad de fotogramas generada por la tarjeta gráfica de un PC puede variar ampliamente porque nada tiene que ver una imagen estática de un juego de estrategia por turnos con uno de conducción o un shooter donde vamos corriendo y pegando tiros.

Teniendo en cuenta que un PC con una tarjeta gráfica de gama alta puede generar fotogramas a una velocidad enorme (generalmente muy superior a la media en monitores o televisores), trasladar las imágenes a una pantalla sin tasa de refresco variable puede generar fragmentación de la imagen, temblores, parpadeos, retardos de entrada y otros defectos en la visualización que perjudican la experiencia en juegos.

En la práctica, el uso de esta tecnología mejora la calidad de la imagen, la velocidad de respuesta prácticamente a cualquier tasa de cuadros por segundo y en general ofrece una mejor experiencia en videojuegos. De ahí que sea importante la certificación de VESA para que el consumidor tenga claro el nivel de frecuencia de actualización variable (al menos mínimo) que ofrece el monitor que está comprando.

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