Tres cosas que haces mal y que pueden arruinar tu Wi-Fi

Hoy en día es muy fácil tener una red Wi-Fi rápida y segura, pero por desgracia también es relativamente sencillo cometer errores que pueden arruinarla casi al instante, y lo peor es que no siempre seremos conscientes de ello. Si esto ocurre, es muy probable que acabemos dándole vueltas y que engordemos un problema que, en realidad, es muy simple y fácil de resolver.

Como esto es algo cada vez más frecuente, he decidido compartir con vosotros una sencilla guía con tres cosas que muchas personas hacen mal, y que pueden hacer que una red Wi-Fi que funciona de maravilla se convierta en un desastre. Tened en cuenta que el simple hecho de que concurra uno de estos errores ya representará un problema grave, así que si se acumulan los tres al mismo tiempo podéis imaginar qué ocurrirá.

Si tras terminar de leer el artículo os queda cualquier duda podéis dejarla en los comentarios y os ayudaremos a resolverla. Sin más preámbulos, entramos en materia.

1.-Colocar obstáculos y fuentes de interferencia cerca del router

Puede que, en el momento en el que se realizó la instalación de tu red, eligieras el mejor lugar posible para la instalación del router, pero esto puede cambiar con el paso del tiempo. Seamos sinceros, todos cambiamos la decoración de nuestro hogar, y también quitamos y ponemos nuevos electrodomésticos, movemos los espejos y otros objetos. Al final es probable que todo esto acabe afectando al router y a nuestra red Wi-Fi.

Los espejos pueden reducir enormemente el alcance de la señal Wi-Fi, ya que hacen que las ondas reboten, y ciertos electrodomésticos generan interferencias que pueden reducir también la calidad de la señal. Otras modificaciones importantes en nuestro hogar pueden acabar bloqueando o reduciendo el alcance de la señal, así que debemos tener cuidado y pensar un poco antes de introducir cambios de este tipo en nuestro hogar.

2.-Dar la contraseña de forma descuidada y no cambiarla

Es uno de los errores más comunes y más graves que he visto, y esto puede dar pie a situaciones muy curiosas. Cuando recibimos visitas es normal que demos la contraseña de nuestro Wi-Fi para que estas puedan conectarse a la red. Sin embargo, debemos ser conscientes de que esto puede darnos problemas, especialmente si esas visitas no son personas de auténtica confianza.

Recuerdo el caso de un amigo que le dio la contraseña del Wi-Fi a un técnico que fue a revisarle el gas y necesitaba enviar un correo electrónico. Poco tiempo después notó que su conexión a Internet iba cada vez peor, y al final descubrimos que tenía tres intrusos en su red. Parece que el técnico no dudó en «vender» la contraseña a algunos vecinos. También conozco casos de gente que se ha colocado durante horas en las escaleras del portal para «robar Wi-Fi».

Lo ideal es tener una red para invitados si vamos a recibir visitas con frecuencia, y si no contamos con una red de este tipo es recomendable cambiar la contraseña de nuestra red Wi-Fi con cierta frecuencia, y hacerlo siempre que notemos que empieza a ir mal sin justificación aparente, ya que lo más probable es que tengamos invitados no deseados.

3.-No utilizar el estándar ni la banda más apropiada

Una conexión Wi-Fi puede trabajar con distintos estándares. Cada estándar tiene unas particularidades concretas, y ofrece un nivel de prestaciones específico. Así, por ejemplo, el estándar Wi-Fi 4 es más lento que el estándar Wi-Fi 5, y mucho más lento que el estándar Wi-Fi 6, pero tiene un alcance mayor, lo que puede marcar una diferencia importante en casos concretos. El Wi-Fi 5 ofrece mayores velocidades, aunque es cierto que tiene un alcance menor.

La banda que utilicemos también influye, y no solo en el rendimiento y en el alcance, también en la calidad y la estabilidad de la señal. Con la banda de 5 GHz disfrutaremos de un mayor rendimiento y de una conexión más estable y con menos interferencias, mientras que con la banda de 2,4 GHz ocurrirá todo lo contrario.

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