Mapear el cerebro, una nueva forma de luchar contra el Parkinson

El Parkinson es una enfermedad muy grave de tipo crónico que produce una degeneración neuronal progresiva que pueden acabar afectando de forma severa a la capacidad motora del enfermo, quien en los casos más avanzados y extremos puede llegar a ser incapaz de valerse por sí mismo.

Actualmente no existe ningún tipo de tratamiento que pueda curarlo por completo, aunque gracias a la combinación de diferentes terapias es posible mantener un cierto grado de control y reducir el impacto de sus síntomas, lo que ayuda a los enfermos a disfrutar de una mayor calidad de vida.

Sin embargo la medicina no para. Los investigadores siguen buscando la manera de poder tratar de forma efectiva el Parkinson, y las últimas corrientes apuestan por mapear el cerebro para poder identificar los grupos concretos de neuronas sobre los que actúa esta enfermedad.

Cuando un componente electrónico se rompe se busca la pieza exacta que ha fallado para proceder a su reparación, un planteamiento que es, en esencia, el mismo que quieren aplicar los expertos a través del mapeado del cerebro para luchar contra el Parkinson.

Para ello han desarrollado un sistema que permite activar determinados grupos de neuronas y ver qué efectos tienen sobre el cerebro como conjunto. Esto es posible gracias a técnicas de optogenética, que como sabemos permite sensibilizar células para que respondan mejor a estímulos de luz, y un escáner MRI que recoge las reacciones de las diferentes zonas del cerebro.

Todos esos datos son sometidos a un análisis computacional que consigue dar forma a un circuito neuronal y extraer un resultado completo y preciso de la función y características del mismo, lo que facilita la identificación y el tratamiento de las redes neuronales vinculadas al Parkinson.

Los primeros resultados que se han obtenido en la etapa de pruebas con ratas son muy prometedores, ya que sugieren que no sólo puede servir para descubrir y mejorar tratamientos con los que vencer al Parkinson, sino que además podría ser de gran ayuda para hacer frente a otras enfermedades neuronales.

Más información: Stanford.