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Análisis

Análisis Google Nest Learning Thermostat

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Pon un termostato inteligente en tu casa, te cambiará la vida. Es la promesa que nos hace Nest, la firma domótica fundada por Tony Fadell y adquirida por Google en 2014. ¿Pero es así? ¿De verdad merece la pena invertir los 249 euros (más 75 si precisamos de instalación) que cuesta el «Nest Learning Thermostat»? ¿Podremos ahorrar en nuestra factura eléctrica?

Son algunas de las preguntas que nos hemos hecho en MuyComputer desde que Google anunciase el pasado mes de febrero, que Nest ya estaba disponible en España. Para despejar nuestras dudas, durante el último mes hemos estado probando una unidad de esta tercera generación de termostatos inteligentes Nest y estas son las principales conclusiones a las que hemos llegado.

Esto es lo que nos encontraremos en la caja de nuestro Nest

Esto es lo que nos encontraremos en la caja de nuestro Nest

¿Lo instalamos nosotros o pedimos ayuda a un profesional?

Para la prueba de nuestra unidad hemos contado con un instalador profesional. El proceso de montaje ha llevado alrededor de una hora y para el mismo ha sido necesario el trabajo de dos personas. Así que no, instalar un termostato inteligente como Nest no es un juego de niños.

De hecho la propia firma advierte a sus usuarios que a menos que no tengan cierta experiencia en el tema, confíen la instalación a cualquiera de sus partners.

Dicho lo cual, el proceso no parece demasiado exigente si tenemos cierta habilidad en electricidad y bricolaje. A diferencia del modelo americano, la versión que se comercializa en España incluye dos elementos: el termostato propiamente dicho y el panel que deberemos acoplar a la caldera y con el que se comunicará el termostato, normalmente utilizando una conexión WiFi.

Además del termostato, deberemos acoplar un panel de control en nuestra caldera

Además del termostato, deberemos acoplar un panel de control en nuestra caldera

Si ya contamos con un termostato en casa, podremos cambiarlo directamente por nuestro flamante Nest. El fabricante ha tenido el detalle de incluir un embellecedor en la caja, de modo que cubra por completo el hueco que pudiese dejar nuestro termostato anterior. Si no disponemos de un termostato previo y no queremos «hacer obra» para instalar uno nuevo, Nest nos ofrece la posibilidad de utilizar su dispositivo gracias a un stand que podremos situar en cualquier lugar de nuestra casa. En este punto es importante tener en cuenta que dicho se vende por separado a un precio de 35 euros. 

Configurando nuestro Nest

Una vez instalado, Nest nos pedirá que lo configuremos en un proceso sumamente sencillo. Para desplazarnos entre los distintos menús y opciones de nuestro termostato Nest nos propone dos elementos: una pantalla que sin ser táctil deberemos presionar para seleccionar la opción que nos interesa y un bisel que deberemos girar (casi somo si estuviésemos introduciendo la combinación de una caja fuerte antigua) a izquierda y derecha para navegar entre las distintas opciones.

En el proceso de configuración inicial deberemos introducir nuestra ubicación, la contraseña de nuestra red WiFi y el tipo de caldera que tenemos. Además podremos configurar otros aspectos como a partir de qué temperatura queremos que se active el «modo Eco», si queremos activar su «Nest Sense» y otros parámetros como si queremos que tenga en cuenta cuándo estamos en casa y cuándo no lo estamos, a la hora de calibrar la temperatura.

Panel de configuración de Nest

Panel de configuración de Nest

A continuación deberemos instalar la aplicación móvil de Nest (iOS/Android) en nuestro smartphone. Dicha aplicación nos mostrará un código de verificación que deberemos introducir en el termostato y que nos identificará como «dueños» del mismo. Además de controlar algunos aspectos básicos de nuestro dispositivo, la App también nos servirá para «invitar» a otras personas a que puedan regular la temperatura de casa o como hub central de otros dispositivos de Nest, como son sus cámaras de seguridad y vigilancia.

De la App de Nest llaman la atención dos cosas sin embargo. La primera, nos ha sorprendido por un look and feel un tanto descuidado, e incluso un tanto vacía de contenido y de posibilidades, por mucho que podamos encender y apagar el termostato, utilizar su modo eco o juguetear con algunas opciones. Y la segunda: algunas opciones interesantes (como el modo vista lejana) sólo están disponibles en el propio dispositivo. Otras, como la posibilidad de programar el termostato se muestran confusas y espartanas. En definitiva, aunque la App de Nest es funcional y como veremos a continuación de vital uso en determinados escenarios, transmite una sensación de «work in progress» que no nos esperábamos.

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Si no queremos anclar el termostato a la pared, podemos adquirir por 35 euros un Nest Stand

Un termostato que aprende

Programar un termostato nunca ha sido una tarea agradecida. En el mejor de los casos es tediosa. En el peor, complicada. En ambos casos, una vez que programamos el termostato por primera vez, tendemos a olvidarnos para siempre y no volvemos a modificar sus valores, pase lo que pase. Nest quiere poner fin a todo esto con termostato que aprende de nuestros hábitos y que por lo tanto, no tendremos que programar.

Para ello incorpora todo tipo de tecnologías interesantes: control de presencia capaz de detectar si estamos o no en casa, e incluso si estamos dormidos o despiertos (si no hay actividad en casa, aunque el teléfono se encuentre en casa, asumirá que estamos durmiendo), integración con Google Maps para determinar cuánto tiempo nos falta para llegar a nuestro domicilio, sincronización con las estaciones meteorológicas de nuestra zona, etc.

Nest Far Sight nos permite entre otras cosas, consultar la previsión meteorológica

Nest Far Sight nos permite entre otras cosas, consultar la previsión meteorológica

¿Pero cómo aprende el termostato? Haciendo uso de nuestra rutina. A medida que lo vamos usando comprende por ejemplo que la temperatura que nos gusta tener por las noches es de 22 grados, pero por las mañanas por ejemplo nos conformamos con 20. Puede «anticiparse» y detectar que una noche concreta van a bajar drásticamente las temperaturas y por lo tanto preparar la casa en consecuencia, etc. O al menos sobre el papel, porque el proceso no es inmediato.

¿Cuánto tarda en aprender? En realidad depende de nosotros. Si nuestras rutinas son fijas (de lunes a viernes volvemos a la misma hora a casa por ejemplo) Nest tardará unas dos semanas en habituarse a nuestro ritmo de vida. Si en cambio tenemos una vida un tanto más ajetreada, Nest tardará más en comprender qué es lo que pasa en nuestro hogar. Y de hecho si nuestros horarios son muy flexibles y no se ajustan a un patrón particular al final deberemos recurrir al modo manual de toda la vida.

En nuestro caso, durante las tres primeras semanas nos hemos encontrado con un termostato un tanto pasivo, al que siempre le hemos tenido que indicar manualmente la temperatura que queríamos seleccionar. En la última semana en cambio hemos detectado algunos ajustes que nos han sorprendido gratamente y que nos han hecho ver que efectivamente «Nest está aprendiendo».

Dicho lo cual, esa función de aprendizaje no es en nuestra experiencia la más importante. Sí, está bien descubrir que un dispositivo se ha «adelantado a nuestras necesidades». Pero está aún mejor comprobar lo sencillo y útil que es utilizarlo en nuestro día a día ya sea desde el teléfono móvil, ya sea desde el mismo aparato. No nos importa tanto en realidad si ha aprendido o no, como si al salir del trabajo podemos decirle desde la App, «voy a casa» y que él se encargue del resto.

Como en el caso de la temperatura de nuestro hogar, Nest también puede encargarse de calentar el agua en el caso de que contemos con un depósito acumulador. Y aquí sí, enseguida será capaz de detectar la hora en la que nos solemos dar una ducha.

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Interfaz web para controlar Nest desde cualquier ordenador con conexión a Internet

¿Se puede ahorrar con Nest?

Esta es la gran pregunta que se hacen muchos antes de comprar un termostato que no olvidemos, se vende por 249 euros. Y no es fácil de responder. Sobre todo porque el ahorro depende de muchos factores, entre otros del aislamiento térmico de nuestro hogar, el tipo de caldera que tengamos y nuestros hábitos. De hecho la propia Nest indica en su manual de instrucciones que no puede garantizar que dicho ahorro finalmente se produzca, imaginamos para cubrirse así las espaldas ante posibles reclamaciones.

Para entender si se puede ahorrar, es importante entender cómo funciona Nest y si puede sacar el máximo partido de nuestra caldera. El termostato de Google es compatible con OpenTherm, un lenguaje que los sistemas de calefacción y termostatos compatibles pueden utilizar para comunicarse entre sí. Así que lo primero que tenemos que hacer antes de adquirir un Nest es averiguar si nuestra caldera es compatible con ese lenguaje. ¿Por qué?

Porque muchas calderas antiguas que no son compatibles con OpenTherm solo tienen controles de encendido/apagado y cuando están encendidas, calientan el agua de la calefacción de casa siempre a la misma temperatura que tengan programada, lo cual no es la forma más eficiente de hacerlo.

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Sin embargo, las calderas más modernas permiten que los termostatos les indiquen cuándo deben ajustar la temperatura del agua de la calefacción y a cuántos grados. La caldera utilizará más o menos gas, según sea necesario, para alcanzar la temperatura del agua fijada por el termostato. ¿Quiere decir esto que si no tenemos una caldera compatible con OpenTherm no vamos a ahorrar? No necesariamente, pero lo cierto es que la mayor eficiencia energética la conseguiremos al combinar este tipo de calderas, con termostatos como los que propone Nest, entre otros fabricantes.

Pese a todo, lo que sí parece demostrado es que la verdadera reducción en nuestra factura energética la vamos a notar si somos capaces de rebajar la temperatura que necesitamos para tener una sensación de confort térmico. Si por ejemplo en vez de 23 grados, programamos el termostato para que «trabaje» con 22, conseguiremos un ahorro energético del 7% y así de forma progresiva por cada grado que seamos capaces de restar.

Otra forma de ahorrar la obtenemos en el modo Eco. En este modo indicamos a Nest a qué temperatura mínima queremos que mantenga nuestra casa las 24 horas del día. Un modo Eco habitual puede situarse en los 17 ó 18 grados. Al contar con este modo Eco, evitaremos los «tirones» de la caldera cuando necesita calentar «desde cero». De esta forma la casa alcanzará la temperatura deseada en menos tiempo (porque irá desde los 17 grados hasta los 23 y no desde 0 a 23) y el consumo energético será menor.

¿Merece la pena comprar un termostato Nest?

Optar por un termostato como el que propone Nest depende fundamentalmente de nuestro estilo de vida, y sobre todo del equipamiento con el que ya cuente nuestro hogar. Si no tenemos termostato o el que tenemos es antiguo, el cambio a una tecnología como la que propone Google con Nest es más que recomendable.

No sólo porque probablemente vayamos a contar con el único termostato «realmente bonito» del mercado, sino porque posibilidades como controlar el dispositivo con nuestro smartphone, el no tener que programarlo, contar con un modo Eco, etc. realmente marcan la diferencia.

Si ya tenemos un termostato moderno en cambio, tenemos plantearnos seriamente si el cambio a Nest nos va a merecer la pena. ¿Es importante para nosotros controlar nuestra caldera por Internet? ¿Es compatible con OpenTherm? ¿Estamos «aburridos» de la programación de este tipo de dispositivos? Si respondemos «Sí» a estas tres preguntas, entonces la inversión estará justificada.

Si no estamos seguros, entonces podemos considerar a Nest como un «capricho» más: un dispositivo tremendamente elegante, capaz de atraer todo tipo de preguntas y miradas curiosas y al que además podremos decirle «Nest, enciende la calefacción» gracias a su integración con Google Home y Amazon Echo.

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Notas finales

9Nota

Diseño10

Funcionalidad9

Instalación8

Relación Calidad Precio9

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