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La iGPU de los procesadores Intel podrá mejorar el rendimiento de tu tarjeta gráfica GeForce o Radeon

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Intel lleva tiempo trabajando en sus soluciones iGPU de próxima generación, conocidas de forma provisional por el nombre que recibe la arquitectura en la que estarán basadas, Gen12, sucesora de la actual Gen11 que tan buenos resultados está dando en los procesadores Ice Lake serie U y serie Y (bajo consumo), fabricados en proceso de 10 nm.

Además de las mejoras que todos esperamos en términos de rendimiento Intel está trabajando en una interesante característica que podría mejorar de forma considerable el valor de esa nueva serie de soluciones iGPU, y es que sus gráficas integradas podrán trabajar de forma conjunta con nuestra tarjeta gráfica dedicada GeForce de NVIDIA o Radeon de AMD y mejorar el rendimiento.

Sí, sé que parece demasiado bueno para ser verdad, pero en el fondo no es algo nuevo. ¿Recordáis Fusion de AMD? Pues la idea era prácticamente la misma, al menos en su base. La compañía de Sunnyvale quería utilizar la GPU integrada en sus APUs para que trabajasen junto a la GPU dedicada para conseguir un rendimiento superior, aunque al final el resultado no fue nada bueno, y es comprensible, ya que coordinar dos núcleos gráficos de diferente potencia es más complejo de lo que parece.

Intel quiere una iGPU para «acelerarlos a todos»

Esta función sería posible a través de la característica mGPU presente en DirectX 12. Allen Hux, desarrollador de Intel, lo confirmó en la Games Developer Conference de este año, donde aseguró que una iGPU y una CPU Intel podrán mejorar de forma considerable el rendimiento de una tarjeta gráfica GeForce o Radeon.

Interesante, ¿pero cómo piensa Intel resolver el desafío que esto representa para los desarrolladores? Pues muy sencillo, para ello ha creado códigos simplificados que permitirán a los desarrolladores realizar diferentes aproximaciones para aprovechar de forma óptima el potencial extra que puede sumar una iGPU a una GPU dedicada.

Por ejemplo, si tenemos un equipo con una GeForce GTX 1050 y un procesador Core de nueva generación que integra una iGPU con una potencia media similar a la GeForce GT 1030. Gracias a este enfoque de Intel podrías aprovechar la potencia de ambas para conseguir un mayor rendimiento en juegos y dar un impulso general a tu equipo.

En principio la idea que ha dado Intel es que la iGPU se utilice junto con la GPU dedicada para descargar a la segunda de ciertas tareas concretas, aunque todavía está por ver qué grado de optimización será posible conseguir a través de esta vía. Con todo, no debemos pecar de optimistas y esperar un salto enorme.

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