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PC con procesador Alder Lake-S: Cinco errores que no debes cometer al montar, o actualizar, tu equipo
El pasado mes de noviembre se produjo el lanzamiento de Alder Lake-S, una nueva generación de procesadores para escritorio de alto rendimiento con la que Intel logró, por fin, volver al buen camino, y con la que arrebató a AMD la corona del rendimiento monohilo. Fue un logro importante, pero los que nos leéis a diario sabéis que el gigante del chip no lo tuvo nada fácil.
Pongamos un poco de contexto. La «guerra» entre Intel y AMD tuvo momentos muy intensos hasta que, en 2011, la segunda lanzó la primera generación de procesadores basados en la arquitectura Bulldozer. Fue un auténtico batacazo, no solo porque su IPC era inferior al de la generación anterior, los Phenom II, sino porque además apostaban por el rendimiento multihilo en un momento en el que apenas habíamos empezado a aprovechar, de verdad, los procesadores de dos núcleos y cuatro hilos.
Sin embargo, el problema no fue ese batacazo inicial, lo grave fue que AMD había apostado por Bulldozer como una arquitectura base sobre la que harían varios desarrollos durante varios años, es decir, fue una apuesta a largo plazo, y por eso se acabó convirtiendo en «un fracaso a largo plazo». Esto permitió a Intel situarse en una posición muy cómoda, y mantener el liderato incluso con innovaciones y mejoras de rendimiento mínimas.
En 2017, AMD lanzó los procesadores Ryzen de primera generación, y confirmó que Intel tenía motivos para empezar a preocuparse. El gigante del chip movió ficha y lanzó la serie Coffee Lake, con la que aumentaba el número máximo de núcleos e hilos, pero mantenía la base de la arquitectura Skylake. Esa tendencia se mantuvo durante varias generaciones, y con el lanzamiento de los Intel Core de undécima generación, quedó claro que el gigante del chip había llevado al extremo el proceso de 14 nm, y que con ello se había situado en una posición complicada.
Rocket Lake-S no fue una mala generación, de hecho los Intel Core i5-11400F y Core i7-11700F ofrecían un valor excelente en relación rendimiento-precio, pero en términos de rendimiento bruto, plataforma y eficiencia estaban por debajo de los Ryzen 5000, que utilizaban la arquitectura Zen 3. Intel sabía que tenía que responder, y que debía hacerlo cuanto antes. Ya no podía volver a utilizar el proceso de 14 nm, dicho nodo estaba totalmente agotado, y debía buscar, además, la manera de responder a los crecientes avances de AMD tanto en rendimiento multihilo como en eficiencia.
La respuesta del gigante del chip fue Alder Lake-S, una generación de procesadores que ha conseguido devolver a Intel al camino correcto, y que representa el salto definitivo de la compañía al proceso de 10 nm (Intel 7) en el sector de procesadores de escritorio de alto rendimiento. Tuve la oportunidad de analizar dos de los procesadores más importantes que ha lanzado Intel dentro de esta nueva generación, el Intel Core i9-12900K y el Intel Core i5-12600K, y puedo dar fe de que han marcado un avance muy grande, tanto en términos de rendimiento como de eficiencia, y también de plataforma.
Alder Lake-S no ha gustado a todo el mundo: El problema del fanatismo, y de los mitos
Con Alder Lake-S, Intel ha hecho un gran trabajo, y esto es bueno para todos ya que, gracias a esa nueva generación de procesadores, hay más competencia en el mercado. Antes de la llegada de Alder Lake-S, AMD se encontraba en una posición tan cómoda que se atrevió a lanzar los Ryzen 5000 a un precio mucho más alto que el de sus equivalentes en la generación anterior. El incremento del precio fue tan grande que con lo que costaba un Ryzen 5 5600X de seis núcleos y doce hilos, podíamos comprar un Ryzen 7 3700X de ocho núcleos y dieciséis hilos.
Al final cualquier empresa que se precie quiere hacer dinero, y si se encuentra en una posición de superioridad no dudará en vender sus productos más caros, aunque no haya un equilibrio real entre diferencia de rendimiento y diferencia de precio. Por eso es tan importante que haya competencia, porque al final permite que los consumidores disfrutemos de mejores productos a precios mucho más razonables.
Por desgracia, siempre hay extremos que caen en el fanatismo más ridículo, y que están dispuestos a generar falsos mitos para defender a ciegas a una marca o empresa, aunque esto sea perjudicial para sí mismos, y para otros consumidores. Los buenos resultados que obtuvo la serie Alder Lake-S no gustaron a todo el mundo, y por eso no han tardado en surgir una gran cantidad de mitos carentes de sentido que pueden hacer mucho daño a aquellos usuarios menos avanzados.
Soy plenamente consciente de esa realidad, y por ello he decidido compartir con vosotros este artículo, donde vamos a repasar cinco errores que no debemos cometer a la hora de montar, o de actualizar, un PC utilizando los nuevos procesadores Alder Lake-S. Buena parte de esos errores parten, de hecho, de esos mitos que llevan unas semanas corriendo como la pólvora por Internet. Como siempre, si tenéis cualquier duda al terminar de leer el artículo, podéis dejarla en los comentarios.
1.-Comprar un procesador Intel Alder Lake-S que realmente no necesitamos
A la hora de elegir el procesador que vamos a montar en nuestro nuevo equipo siempre nos enfrentamos a una pregunta que, desde luego, se ha convertido en un clásico: ¿debería invertir un poco más y comprar un procesador Alder Lake-S superior al que necesito? Personalmente, y viendo cómo ha evolucionado el sector, y teniendo claro cómo lo hará en los próximos años, creo que la respuesta es un no rotundo.
En efecto, mi perspectiva ha cambiado considerablemente en este sentido, y esto tiene una explicación. Los requisitos a nivel CPU de juegos y aplicaciones profesionales apenas se han incrementado en los últimos años, y esto ha hecho que procesadores que ya tienen unos cuantos años encima todavía sean capaces de ofrecer un excelente rendimiento. Pero eso no es todo, también nos encontramos sumidos en un importante problema de optimización que hace que procesadores de 2017, e incluso anteriores, no se aprovechen de verdad.
Para entenderlo mejor, nos basta con un ejemplo sencillo. Piensa en el Intel Core i7 5960X, un chip que llegó en 2014 y que tiene 8 núcleos y 16 hilos, y que ofrece un potencial en multihilo muy superior al Intel Core i3-10100F, que solo tiene 4 núcleos y 8 hilos. Pues bien, a pesar de esa diferencia, el segundo rinde mejor en juegos porque estos no están optimizados para escalar bien en configuraciones de más de ocho hilos.
Con ese ejemplo quiero decir que si pagáis de más para comprar un procesador Alder Lake-S que esté por encima de vuestras necesidades, como por ejemplo un Intel Core i9-12900K en vez de un Intel Core i5-12600K cuando vuestro único objetivo es jugar, estaréis cometiendo un grave error, ya que no notaréis una mejora significativa en vuestro día a día, y puede que nunca lleguéis a rentabilizar esa compra. Piensa en qué aplicaciones o juegos vas a utilizar, en cuáles son tus aspiraciones y necesidades reales, y elige de forma razonable en torno a esas dos claves.
Con todo lo anterior en mente, si queréis montar un equipo basado en Alder Lake-S y lo vais a centrar en juegos, el Intel Core i5-12600K es, a todas luces, la mejor opción. Por contra, si lo vais a utilizar para jugar y hacer streaming, o para trabajar con aplicaciones que requieren de un multihilo intensivo, el Intel Core i7-12700K sería una excelente compra.
2.-Overclock, temperatura y consumos: Una mirada realista
Con el overclock podemos elevar las frecuencias de trabajo de los procesadores Alder Lake-S, y esto se traduce en un incremento del rendimiento. Sin embargo, al hacerlo estamos haciendo un sacrificio importante en materia de consumo y de temperaturas de trabajo, un tema que ya os comenté en los análisis de los Intel Core i9-12900K e Intel Core i5-12600K. Teniendo en cuenta lo que acabamos de decir, y que la mejora de rendimiento es pequeña, creo que el overclock ofrece un valor muy limitado, y no solo con Alder Lake-S, sino con casi todos los procesadores actuales, tanto de Intel como de AMD.
Si vamos a utilizar aplicaciones que no pongan al procesador al 100% de carga durante periodos de tiempo prolongados, hacer overclock nos permitirá ganar un poco de rendimiento, y no estaremos disparando las temperaturas ni el consumo a niveles demasiado elevados. En este caso tiene sentido, ya que estamos maximizando el potencial de nuestro procesador Alder Lake-S en aplicaciones que dependen más del IPC y de la frecuencia de trabajo que del rendimiento multihilo.
Por contra, si este alcanza picos del 100% de uso y se mantiene a ese nivel, el consumo y las temperaturas se moverán en niveles muy elevados al hacer overclock porque, al final, habremos eliminado todos los mecanismos de control centrados en potenciar la eficiencia y el consumo. Personalmente, y tras analizar los nuevos procesadores Alder Lake-S de Intel, creo que el rendimiento que ha conseguido el gigante del chip es tan bueno, tanto en monohilo como en multihilo, que el overclock no es que sea algo secundario, es que apenas tiene importancia.
Con un Intel Core i5-12600K funcionando a frecuencias de stock, tendremos un chip tan potente que es capaz de superar sin problemas al Ryzen 7 5800X, con un rendimiento fantástico tanto en juegos como en aplicaciones multihilo, y capaz de mantener unas temperaturas y unos consumos estupendos. Funcionando a frecuencias de stock, este procesador no superó los 124 vatios de consumo y 64 grados de temperatura con una carga de uso del 100%. He querido recordar estos datos porque, por desgracia, se está intentando generar un falso mantra que dice que Alder Lake-S registra consumos muy altos y temperaturas muy elevadas, una generalización que, obviamente, es falsa.
3.-Infravalorar, o sobrevalorar, el peso del sistema de refrigeración
Este tema que debemos enfocar siempre desde la perspectiva del equilibrio. Cada procesador Alder Lake-S tiene un consumo diferente, y por tanto genera un pico de temperatura distinto. Por ejemplo, como hemos dicho, el Intel Core i5-12600K toca techo en los 124 vatios a frecuencias de stock, y se estabiliza en 64 grados con un kit de refrigeración líquida AIO de tres ventiladores, mientras que el Intel Core i9-12900K posiciona, a frecuencias de stock, alcanza los 226 vatios y 79 grados. En ambos casos, hablamos de una tasa de uso del 100%, es decir, «el peor escenario posible».
Con esos datos sobre la mesa, está claro que no necesitaremos el mismo sistema de refrigeración para mantener bajo control un Intel Core i5-12600K que para controlar un Intel Core i9-12900K. En el primer caso, con un kit de refrigeración líquida AIO de doble ventilador, o con un buen sistema de refrigeración por aire, tendríamos más que suficiente. En el caso del Intel Core i9-12900K, sí sería recomendable un kit de refrigeración líquida AIO de triple ventilador, aunque no imprescindible si no vamos a hacerle overclock.
Invertir demasiado en un sistema de refrigeración nos hará gastar mucho dinero en algo que, realmente, no vamos a aprovechar, y gastar poco dinero también será un grave error, ya que estaremos montando un sistema de refrigeración que no será capaz de mantener el procesador dentro de unas temperaturas de trabajo óptimas. Al final, este último error es peor que el primero, ya que aunque los procesadores actuales tienen mecanismos de control que evitan que se produzcan daños graves, al final un calor excesivo y continuado puede acabar degradando el silicio, y producir daños irreversibles a medio y largo plazo.
En conclusión, los procesadores Intel Alder Lake-S son, incluso en sus versiones más potentes, muy eficientes y bastante frescos para el rendimiento que ofrecen, incluso cuando trabajan bajo un 100% de uso. Esto ha sido posible gracias a la limitación de consumo que utilizan de stock, que actúa para gestionar, de forma inteligente, los picos de velocidad y de demanda energética del procesador. Sin embargo, si hacemos overclock y eliminamos esas limitaciones de consumo, la situación cambia.
Con toda esa información que os acabamos de dar, solo tenéis que considerar qué tipo de uso le vais a dar a vuestro procesador Alder Lake-S, si vais a hacerle overclock, y si se va a encontrar, con frecuencia, bajo una tasa de uso del 100%. En función de vuestras respuestas, deberéis elegir un sistema de refrigeración de menor o de mayor rendimiento, no hay más.
4.-Escatimar, o gastar demasiado, en la placa base
El tema de la placa base es muy complejo, aunque ya lo hemos tocado en más de una ocasión. Es una compra muy importante, de eso no hay ninguna duda, ya que como os hemos contado en nuestra última guía de placas base, de este componente dependerán aspectos tan importantes como el rendimiento de nuestro equipo, la compatibilidad con determinados componentes, la vida útil del PC y la presencia de determinados problemas o cuellos de botella.
Sin embargo, como en el caso anterior, a la hora de montar un procesador Alder Lake-S debemos elegir nuestra placa base apostando por el equilibrio. A día de hoy, hay modelos tope de gama con diseños premium que, desde luego, presentan una calidad de componentes y de acabados fantástica, pero su precio es muy elevado, y eso hace que no estén al alcance de cualquiera. Si puedes permitirte una de estas placas, genial, pero no es imprescindible para disfrutar de todo el potencial de un procesador Alder Lake-S.
En el mercado podrás encontrar placas base con chipset Z690 que se sitúan en la franja de los 200 euros. Dichas placas ofrecen una buena calidad de construcción, cuentan con sistemas de alimentación muy sólidos y ofrecen, además, un estupendo abanico de prestaciones. Por ejemplo, la GIGABYTE Z690 UD AX está disponible por 219,89 euros, un precio muy bueno teniendo en cuenta que monta un VRM de 16+1 fases, y que todos los elementos clave de la placa están perfectamente refrigerados. Es compatible, además, con memoria RAM DDR5.
La conclusión que debemos sacar de este apartado es muy simple, no necesitamos una placa base de 400 euros para disfrutar al máximo de nuestro procesador Alder Lake-S. A partir de un modelo como la GIGABYTE Z690 UD AX que hemos citado, ya tendremos todo lo necesario para poder exprimirlo sin ningún tipo de problemas. Y sí, dicha placa ofrece una ranura PCIE Gen5 x16, así que con ella no tendremos que renunciar a nada.
5.-Obsesionarnos con la memoria DDR5 al montar una CPU Alder Lake-S
Es cierto que una de las novedades más importantes que ha introducido Alder Lake-S ha sido el soporte de la memoria DDR5, un estándar de nueva generación que, como sabemos, acabará desplazando a la memoria DDR4. Sin embargo, debido a la situación que vive el mercado, tanto por la escasez de semiconductores como por la alta demanda y la especulación, comprar un kit de memoria DDR5 se ha convertido en una auténtica odisea, y los precios se han disparado.
Debido a esto, ha surgido otro mantra que dice que actualizar a Alder Lake-S es imposible, o extremadamente caro, por el tema de la memoria DDR5. El caso es que esto tampoco es cierto, ya que dicha generación de procesadores puede funcionar sin problemas con memoria DDR4, y si utilizamos un buen kit basado en dicho estándar la diferencia de rendimiento es, al final, inapreciable en la mayoría de los casos. No estoy exagerando, un kit de DDR4 a 3.600 MHz con latencias CL16 rinde casi al mismo nivel que un kit de DDR5 a 6.000 MHz con latencias CL36 en juegos.
Sí, al utilizar un kit de memoria DDR5 con Alder Lake-S a una frecuencia elevada, y con una latencia ajustada, disfrutaremos de un poco más de rendimiento, pero la diferencia es tan pequeña que, como he dicho resulta casi inapreciable en muchos casos. No debes, por tanto, obsesionarte con la idea de actualizar a la DDR5 cuando compres tu nuevo procesador Alder Lake-S, ya que podrás optar por seguir utilizando la memoria DDR4 sin problemas.
Por otro lado, hay que recordar que dicho estándar tiene todavía mucha vida por delante ya que, según las últimas informaciones, la próxima generación de procesadores Intel, conocida como Raptor Lake-S, seguirá integrando una controladora dual (DDR4 y DDR5). Esto quiere decir que, si montas una CPU Alder Lake-S con DDR4 y luego quieres actualizar a la próxima generación de Intel podrás hacerlo, y sin tener que cambiar nada.
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