Geoffry Hinton, el «padrino» de la IA, abandona Google
Que la inteligencia artificial es un tema muy candente en estos tiempos es algo indiscutible. Tras años de oír hablar de ella y, a continuación, de ir viendo como aparecía tímidamente en nuestras vidas, el último año y medio ha sido sorprendente, pues en poco tiempo los servicios basados en la misma han brotado como las setas en un día soleado tras dos de lluvia abundante. Así, raro es el día que no sabemos de un nuevo servicio, una nueva función, una novedosa integración de los ya existentes… es evidente que el ecosistema tecnológico ha pisado el acelerador.
Así, la actualidad al respecto se divide, principalmente, en dos grandes bloques. Por una parte tenemos lo que acabo de mencionar, la oleada de novedades que pretenden hacer que la inteligencia artificial esté más presente en nuestras vidas. Y, por otra parte, nos encontramos con la discusión sobre otros aspectos relacionados con la IA, como los peligros de la misma, las necesidades de que se establezca una regulación adecuada y, claro, las hipótesis sobre el futuro que nos espera una vez que esta tecnología empiece a ganar posiciones en muchas actividades que hoy en día son trabajos.
Ya hemos visto movimientos dirigidos a limitar el crecimiento de los servicios basados en inteligencia artificial, al menos hasta que se adapten a las actuales normativas y, sobre todo, para que los reguladores tengan el tiempo necesario para establecer el marco legal que permite que su implantación, la de la IA, no tenga resultados nefastos a nivel social. Ejemplos de ello son, por ejemplo, la carta abierta «Pause Giant AI Experiments: An Open Letter», el escrutinio al que se está sometiendo ChatGPT en varios países europeos o, y esto es sin duda de lo más relevante, los planes de la Unión Europea para la adopción de una ley regulatoria de la IA antes de final de año, un plazo de respuesta destacable, si tenemos en cuenta los plazos habituales de estas instituciones.
Pese a estos movimientos, sigue habiendo personas preocupadas por la rápida evolución de la inteligencia artificial, y algunas de esas personas son voces más que acreditadas en dicho campo. El último y muy relevante ejemplo de ello lo encontramos en el Dr. Geoffry Hinton, pionero en el desarrollo de las redes neuronales y que, desde 2013, ha trabajado en Google como experto en inteligencia artificial. Una relación laboral que ha llegado a su fin, ya que Hinton ha decidido abandonar Google para dedicarse a hablar abiertamente sobre los peligros asociados a la inteligencia artificial.