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Análisis

‘Ereban: Shadow Legacy’, juego de sombras

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Ereban: Shadow Legacy

Ereban: Shadow Legacy es un juego de sombras, una aventura de ciencia ficción enmarcada en el subgénero del sigilo que va a atraer tu atención a primera vista, aunque… Las conclusiones, como corresponde, para el final.

Comencemos este repaso con una mención a Baby Robot Games, editor y desarrollador de Ereban: Shadow Legacy. Se trata de hecho del debut de este pequeño estudio español y, por los resultados obtenidos, no cabe si no felicitarles, pues no todos los inicios se atreven a aspirar a tanto y a casi conseguirlo. Casi, sí, lo cual ya es más de lo que muchos otros pueden decir, incluyendo en ese saco a grandes de la industria.

«Ereban: Shadow Legacy es un juego de sigilo y plataformas en el que encarnas a Ayana, la última descendiente de una raza olvidada. Controla poderosas habilidades de sombras y gadgets sci-fi, y elude o mata para descubrir tu pasado en un universo moribundo y moralmente ambiguo», reza su descripción oficial en Steam, el único sitio en el que está disponible y solo para Windows (de ahí salen casi todas las capturas que verás a continuación).

En cuanto a los requisitos técnicos, digamos que podían haber apurado un poco más la optimización, pero entra dentro de los parámetros habituales.

Configuración mínima:

  • SO: Windows 10 64-bit
  • Procesador: Intel i5-6500 o equivalente
  • Memoria: 8 GB de RAM
  • Gráficos: NVIDIA GeForce GTX 960 o equivalente
  • DirectX: Versión 11
  • Almacenamiento: 15 GB de espacio disponible

Configuración recomendada:

  • SO: Windows 10 64-bit
  • Procesador: Intel i7-9700k o equivalente
  • Memoria: 16 GB de RAM
  • Gráficos: NVIDIA GeForce RTX 2060 o equivalente
  • DirectX: Versión 11
  • Almacenamiento: 15 GB de espacio disponible

Ereban: Shadow Legacy: no hay sombra sin luz

Ereban: Shadow Legacy

Buen nivel en el apartado técnico y artístico

Ereban: Shadow Legacy es, como se ha mencionado, un juego de sigilo y plataformas con otros elementos en su haber: tiene su pequeña dosis de puzle, su pequeña dosis de crafteo… y su gran dosis de exploración, junto con el plataformeo, lo más destacado a nivel jugable. Ahora bien, este es, ante todo, un juego de sigilo. Es importante remarcarlo, porque aunque el título bebe de mil y una referencias, el sigilo es su leitmotiv.

En este sentido, es normal que al jugar a Ereban: Shadow Legacy te vengan a la mente clásicos com Metal Gear u otros más recientes como Aragami, pero te pasará lo mismo cuando, al ir andando agachado por los techos de los edificios te den fogonazos de Assassin’s Creed o, por cómo se estructuran las misiones, percibas algo de Hitman por ahí, juegos estos últimos en los que, al contrario del que nos ocupa, el sigilo es solo un elemento más.

En Ereban: Shadow Legacy, no. En este juego el sigilo es tan determinante que solo podrás acabar con los enemigos si no te han visto, porque de hacerlo el que estás acabado eres tú. Como mucho podrás intentar despistarlos para volver a esconderte. Lo cual está muy bien, a decir verdad, aun cuando se echa en falta alguna licencia que alivie esta mecánica, puesto que en ocasiones se puede hacer un poco repetitiva e incluso dificultar en exceso el avance.

Por ejemplo, se echa en falta que en un juego de este tipo, de sigilo aplicado a la sombra, no sea posible romper una bombilla para facilitar el paso por algún tramo. Este detalle no hay decisión de diseño que lo discuta. Por otro lado, por pedir, hubiera estado genial poder utilizar las armas de los enemigos caídos, aunque fuese de manera puntual y limitada. Sería pedir demasiado y sacrificar algo del espíritu del juego, pero también le daría un plus de autenticidad.

Ereban: Shadow Legacy

O te escondes, o mueres. Tenlo claro

Por lo demás, el concepto de ocultación en las sombras, el poder específico de los Ereban, la especie a la que pertenece nuestra protagonista, está muy bien llevado estética y prácticamente: te sumerges en las sombra de suelo y paredes, al más puro estilo de Splatoon y ya puedes discurrir por ahí el tiempo que la barra de energía te permita. Así es como superarás obstáculos y sorprenderás a los enemigos que se interpongan en tu camino.

Sin embargo, esta no es la única capacidad con la que contará Ayana para afrontar su aventura: a medida que el juego avanza se van recolectando diferentes ítems con los que mejorar los «poderes de sombra» por un lado, con los que aumentar las habilidades ofensivas y de ocultación; o recolectando coleccionables con los que crear y mejorar «artilugios» tecnológicos por el otro. En ambos casos se trata de componentes clave para que todo fluya de la mejor manera posible.

Ereban: Shadow Legacy se estructura por capítulos a través de los que se va avanzando en la historia, compuestos por misiones principales y secundarias opcionales y que podrás repetir cuantas veces desees para completarlos o mejorar la puntuación obtenida en base a diversos parámetros (veces que has muerto, veces que te han descubierto, enemigos con los que has acabado, etc). Lo típico en esta clase de juegos y un buen aliciente para rejugarlo, una vez terminada la campaña.

Por si acaso: es posible volver a jugar cualquier capítulo anterior, pero vale la pena hacerlo inmediatamente -es decir, rejugar el capítulo hasta completar todos los objetivos, antes de pasar al siguiente- o hacerlo una vez terminado otro capítulo o el juego, porque como estés en mitad de una misión y te vayas a otro capítulo, tendrás que comenzar de nuevo, por el principio, el último capítulo en el que te encontrases.

Ereban: Shadow Legacy

La historia se desarrolla capítu a capítulo

En cuanto al manejo del personaje, está bien atado, a excepción de algunos movimientos de la cámara que, fatales en determinadas ocasiones por los cambios bruscos. O, dicho de otra manera, te van a pillar más de una vez y te vas a caer al vacío más de dos por culpa de estos juegos de cámara. Que tampoco es que pase mucho, o algo que no pase en otros juegos, pero ahí queda. Esto se aplica tanto a las partes más plataformeras como a los desplazamientos en el modo sombra.

¿Cuánto dura Ereban: Shadow Legacy? Todo lo que tú quieras. Pero si lo que te interesa es disfrutarlo sin dejarte llevar por los extremos, yo diría que entre unas 8 o 10 horas, según lo ‘completista’ que seas. Repito: sin dejarte llevar por los extremos, ya que una vez hayas pillado la mecánica del juego, ir directo al grano puede acortarlo todo exponencialmente. Y viceversa: como pretendas hacerlo todo al cien por cien y perfecto… Ahí ya dependerá de lo habilidoso que seas.

La historia de Ereban: Shadow Legacy es bastante típica, aunque intente evitarlo con algún que otro giro, sin conseguirlo. Así pues, las ganas de saber más no conducen el juego. Un pecado menor, si me preguntas, más común de lo deseable en los días que corren. Lo bueno es que el juego si te incita a seguir jugando por el mero hecho de que es divertido, que es de lo que se trata fin de cuentas.

Ereban: Shadow Legacy

No está doblado, pero hay guiños que no engañan

Una de las carencias de Ereban: Shadow Legacy es que a pesar de que el juego está traducido al castellano e incluso al catalán (qué menos, siendo el estudio catalán), entre otros idiomas, hay un buen montón de cinemáticas y partes con diálogos con un gran doblaje, pero solo en inglés. Y eso, viniendo de un estudio español, no mola nada. O sea: o los diálogos son importantes o no lo son y si lo son, dóblalo también al español.

El apartado artístico del juego raya también a un buen nivel, con matices: los efectos de sonido y la banda sonora simplemente están ahí, acompañando sin desentonar, pero sin destacar, mientras que el diseño artístico es mucho más explícito. Tanto, que pese a que he leído en algún lugar palabras como cyberpunk, yo solo puedo pensar que de Ereban: Shadow Legacy encaja en lo estético demasiado bien en el universo de Star Wars.

¿Y el diseño gráfico, más propiamente dicho? El estilo de los gráficos, vaya. Cae en lo común también, con personajes casi de serie de anime sobre escenarios que funcionan mejor en movimiento. Este aspecto, sin embargo, es de lo más logrado, pues la mezcla de todo, iluminación y juegos de luces y sombras incluidos -cómo no- conforman un lienzo sólido y bastante bonito sobre el que interactuar. Y al revés: las zonas con mucha luz o mucha sombra, son las que más adolecen de encanto.

Ereban: Shadow Legacy, un notable debut

Ereban: Shadow Legacy es un juego que vas a disfrutar mucho si te gusta el género, y no te preocupes por sus carencias, porque ninguna pesa lo suficiente como para desmerecer el conjunto de la obra. Las primeras impresione pueden ser muy traicioneras, para bien y para mal. En este caso,el juego parece que va a ser más de lo que es: los escenarios están un poco faltos de contenido, las mecánicas se repiten un poco, hay detalles que se podrían haber pulido un poco más…

Se le podría pedir más, pero a base de pocos. Si a estas consideraciones sumamos que se trata del debut de un pequeño estudio indie, que la experiencia es muy estable -qué buena señal es que no hagamos mención a este tipo de problemas- y que cuesta 24,99… Es que es una aventura en 3D bien hecha, no un metroidvania pixelado al uso… (nada en contra de esto último ¿eh?, uno de mis géneros favoritos, pero la dificultad técnica no es la misma).

Así que no, Ereban: Shadow Legacy no es un triple A, aunque por momentos da la impresión de que aspiraba a ello, la originalidad que aporta es relativa, porque mama de muchas fuentes y todas son muy conocidas… Pero está muy bien hecho, es inmersivo, es divertido en definitiva… Y si además te van los juegos de sigilo… Blanco y en botella. Digo, oscuro y en sombra.

Valoración final
7.1 NOTA
NOS GUSTA
Apartado artístico atractivo.
Buena jugabilidad.
En general, es un título equilibrado.
A MEJORAR
Le falta un poco de contenido que haga más amena la exploración.
Que no esté doblado al castellano.
Que solo esté disponible para Windows.
Gráficos y sonido7
Jugabilidad7
Rendimiento7
Duración7.5

Enfocado en las nuevas tecnologías empresariales y de usuario final. Especializado en Linux y software de código abierto. Dirijo MuyLinux y escribo en MC, MCPRO y MuySeguridad, entre otros.

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