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Cinco errores graves que debes evitar al montar un nuevo PC para gaming

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Montar un PC para gaming puede suponer un desafío importante, y no sólo porque hoy en día las tarjetas gráficas han subido de precio de forma considerable sino porque además la optimización está jugando un papel cada vez más importante.

Esto quiere decir que un PC para gaming con una solución gráfica NVIDIA o AMD ofrecerá un rendimiento equilibrado en ciertos juegos, pero puede ofrecer una experiencia mejor o peor en aquellos que estén optimizados para su tarjeta gráfica.

Un ejemplo claro de lo dicho lo tenemos en Wolfenstein II: The New Colossus, que rinde mejor en tarjetas gráficas AMD, o en Destiny 2, que en general rinde mejor en soluciones gráficas NVIDIA.

Sin embargo también hay otras cosas que debemos tener en cuenta a la hora de montar un PC para gaming y que van más allá del rendimiento de la tarjeta gráfica. En este artículo queremos hacer un repaso desde una perspectiva diferente y original.

Para ello hablaremos de cinco errores importantes que debemos evitar a la hora de montar un PC para gaming, algo que os ayudará a tener una guía de referencia que unida a otros artículos que hemos publicado os permitirá acertar en el montaje de vuestro nuevo equipo.

Como siempre esperamos que este artículo os guste y sobre todo que os sea útil.

1-Lo más caro no siempre es lo mejor

Es uno de los errores más habituales y más graves, ya que cuando se produce en el montaje de un PC para gaming se puede llevar buena parte del presupuesto de una manera innecesaria y afectar al correcto equilibrio de los componentes.

La idea de que algo es mejor por el simple hecho de ser más caro debe quedar desterrada desde el primer minuto, y para entenderlo mejor vamos a ver un par de ejemplos.

Imagina que vas a comprar una tarjeta gráfica y un procesador para tu nuevo PC para gaming. Tienes en mente un Ryzen 7 1700 (unos 300 euros) y un Ryzen 7 1800X (unos 430 euros) por el lado CPU y una GTX 1080 con un diseño sencillo que cuesta 535 euros y otra con un acabado más «lujoso» que se va a los 600 euros.

Los dos procesadores tienen los mismos núcleos e hilos y sólo se diferencian en la frecuencia de reloj y el TDP. Con overclock puedes llevar un Ryzen 7 1700 al nivel de un Ryzen 1800X, así que el primero es mejor compra.

Lo mismo aplica al caso de la GTX 1080. Siempre que hablemos de un modelo con diseño personalizado la calidad de acabados o de construcción no justifica una diferencia de precio de 65 euros salvo casos muy concretos (refrigeración líquida por ejemplo).

2-Mirar sólo los vatios de la fuente de alimentación

Es un error muy habitual que ha dado más de un disgusto, sobre todo en aquellas tarjetas gráficas como las Radeon RX 480, que requieren una fuente relativamente sencilla (500 vatios) pero necesitan de un buen amperaje en el carril de 12V.

La calidad y la capacidad de una fuente no se mide únicamente por los vatios que es capaz de suministrar, sino que también debemos tener en cuenta su calidad de construcción, el amperaje que es capaz de ofrecer, los conectores que integra, su eficiencia y sus modos de funcionamiento.

Si por ejemplo compramos una fuente de alimentación de 500 vatios que no es capaz de ofrecer el amperaje que requiere una tarjeta gráfica tendremos un serio problema, y lo mismo ocurrirá si no cuenta con los conectores de alimentación que necesitamos.

En este sentido tened claro que es mejor optar por una fuente de calidad que ofrezca los vatios «justos» para una determinada configuración que por una que supere el total de vatios pero tenga una calidad dudosa, una máxima que siempre deberemos ajustar a las exigencias de cada configuración en concreto ya que hay casos de equipos con una demanda energética mínima en los podemos montar fuentes muy económicas.

3-Descuidar el equilibrio de componentes

Es otro de los problemas más comunes. Tenemos tendencia a pensar que al montar un PC para gaming debemos destinar la mayor parte del presupuesto a la tarjeta gráfica y «apañar» el resto de componentes como sea posible, pero esto es un gran error.

Aquellos usuarios que montaron hace años un PC equilibrado con un Core i5 2500K e invirtieron en una buena placa base, buenas memorias DDR3, un disipador de calidad y una tarjeta gráfica de gama media-alta tienen un equipo con el que todavía hoy pueden disfrutar de juegos exigentes sin problemas.

Por contra los que descuidaron el procesador o la RAM se encuentran hoy con un desequilibrio de componentes que les impide sacar partido a esa tarjeta gráfica de gama alta o tope de gama que compraron en su momento, y han tenido que hacer una actualización parcial para mejorar su experiencia de uso.

Si vamos a comprar una tarjeta gráfica de gama media lo más recomendable es apostar también por un procesador de gama media (por ejemplo GTX 1060-RX 580 junto a un Core i5 o un Ryzen serie 5). En caso de que vayamos a montar procesadores que aceptan overclock el sistema de disipación será fundamental para un óptimo aprovechamiento y la placa base deberá soportar dicha función.

La velocidad y calidad de la memoria RAM importa, así que deberemos evitar las soluciones más lentas y buscar aquellas que funcionen a una velocidad elevada. Sobre este tema recordad que las placas base que no permiten hacer overclock suelen estar limitadas a memorias de 2.133 o 2.400 MHz.

4-No prestar atención a la caja y al formato

Antes de empezar a montar un PC para gaming deberías tener claro no sólo la plataforma por la que quieres apostar, sino también el formato que quieres utilizar.

Esto es muy importante ya que de ello dependerá que puedas montar componentes de un tamaño determinado y el tamaño que deberá tener la caja en la que irá instalado el equipo. Ten en cuenta también cómo afectará esta decisión a las posibilidades de ampliación de un equipo a medio y largo plazo.

Si optas por una caja con un tamaño muy reducido es probable que acabes limitado a placas base micro ATX y tarjetas gráficas en formato mini ITX. No podrás instalar placas base en formato ATX y tampoco tarjetas gráficas con una longitud elevada.

Por otro lado el espacio interno de la caja y el formato puede limitar también el sistema de refrigeración que podrás utilizar y afectará la disipación del equipo, así que ten mucho cuidado con este tema ya que como ves es más importante de lo que parece.

5-Desequilibrio en las cantidades

En este punto nos referimos a desequilibrar las cantidades de capacidad de almacenamiento y memoria RAM al montar un nuevo PC para gaming.

Ya os hemos dicho en otras ocasiones que en el tema de la RAM debemos priorizar la cantidad hasta llegar a un estándar determinado. Ahora mismo el mínimo son 8 GB pero es recomendable contar con 16 GB, ya que cada vez más juegos consumen entre 8 GB y 10 GB de RAM.

Si pasamos de 16 GB y montamos por ejemplo 32 GB no estaremos aprovechando esa cantidad extra y habremos hecho un gasto que podríamos haber aprovechado en otros componentes, así que una vez alcanzada esa cantidad os recomendamos buscar memoria más rápida (siempre teniendo en cuenta los límites de vuestra placa base).

En el caso del almacenamiento debes tener en cuenta que sí, un SSD marca una diferencia enorme frente a un HDD y debes intentar hacerte con uno. Sin embargo también tienes que razonar tus necesidades y tu presupuesto.

Así, si puedes permitirte un SSD de 480 GB pero no vas a tener suficiente con esa capacidad para disfrutar de una experiencia óptima deberías dividir el presupuesto y hacerte con un SSD de 256 GB y un HDD de 2 TB.

Enlaces de interés: Guías MC.

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