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Nuestros lectores hablan: ¿Cuántos núcleos tiene tu procesador?

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El procesador es uno de los componentes más importantes de cualquier ordenador. De él dependen los cálculos y las operaciones de carácter general sobre las que se apoya cualquier sistema informático actual, y su potencia determina, en gran medida, el rendimiento que podrán ofrecer el resto de componentes.

Esa dependencia que tienen el resto de componentes del procesador tiene una explicación muy sencilla, y es que, como hemos adelantado en el párrafo anterior, este se ocupa de la carga de trabajo general del sistema, tiene un enfoque multi-propósito e interviene prácticamente en todo lo que hagamos con el PC. Por ejemplo, cuando ejecutas un juego, el procesador saca adelante una importante carga de trabajo y nutre de datos a la GPU, y cuando abres un archivo o una foto, también es el procesador el que realiza las operaciones necesarias para completar esa tarea.

Por todo ello, utilizar un procesador poco potente con otros componentes muy potentes puede generar un gran cuello de botella, lo que acabará reduciendo en gran medida el rendimiento general del sistema. Ya hemos hablado sobre este tema en numerosos artículos, así que si tenéis dudas os animo a consultar este artículo.

No todos los usuarios necesitan el mismo tipo de procesador

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Siempre es mejor contar con un procesador que esté un poco por encima de lo que realmente necesitamos que tener uno que esté por debajo, eso es totalmente cierto, pero debemos tener cuidado con los excesos. Si compramos un procesador que supera de largo nuestras necesidades actuales, habremos pagado mucho dinero por él, y no lograremos amortizarlo adecuadamente. Habremos hecho una mala compra.

Por ejemplo, para jugar en PC necesitamos un tipo de procesador concreto y distinto al que necesitaríamos para trabajar con aplicaciones básicas de ofimática, y también necesitaríamos otro procesador diferente para afrontar tareas que representen altas cargas de paralelización, o que requieran de un conjunto de instrucciones o de optimizaciones muy específica. Cada perfil presenta sus particularidades, y sus necesidades, y eso hace que un procesador excelente para un usuario pueda ser una mala compra para otro.

Mis necesidades en este sentido han cambiado mucho con el paso del tiempo, pero la verdad es que nunca he necesitado un procesador tope de gama. En 2015 elegí un Core i5 4690K para montar mi nuevo PC por una razón muy sencilla, con sus cuatro núcleos tenía más que suficiente para jugar y para sacar adelante mi trabajo. En 2017, con la llegada de Zen de AMD, no dudé en dar una oportunidad a esta nueva arquitectura y me hice con un Ryzen 7 1800X, un chip con 8 núcleos y 16 hilos que cubrió de sobra todas mis necesidades hasta que, hace poco, decidí renovar de nuevo el PC, y monté un Ryzen 7 5800X.

El Ryzen 7 5800X mantiene los 8 núcleos y 16 hilos, pero tiene un IPC mucho mayor que el Ryzen 7 1800X. No he ido a por un Ryzen 9 3900X o 5900X porque, simple y llanamente, no necesito tantos núcleos. Lo que necesitaba era más bien un aumento del IPC, sobre todo porque los juegos forman parte de mi vida personal y profesional, y la verdad es que estoy muy contento con el resultado. Como os conté en este artículo, la diferencia entre ambos es muy grande.

Mi procesador actual tiene 8 núcleos y 16 hilos, y estoy convencido de que con esa configuración no voy a tener problemas ni a medio ni a largo plazo. Ahora os toca a vosotros, ¿cuántos núcleos tiene vuestro procesador y por qué? Nos leemos en los comentarios.

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