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Análisis

LG G3, ¿mejor tarde que nunca?

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En un terreno tan competitivo como la tecnología en general y el sector smartphone en particular el tiempo es una variable muy importante. LG ha retrasado la llegada de su estrella para esta temporada un par de meses respecto a sus competidores, con la esperanza de que el público potencial dispuesto a gastarse seiscientos euros en un teléfono haya tenido paciencia para esperarlo. En el siguiente artículo analizamos el nuevo LG G3 y descubrimos si la espera ha merecido la pena.

Sobre el papel, el LG G3 es una auténtica exhibición de fuerza bruta tecnológica; el dispositivo puede presumir de una hoja de especificaciones impresionante y se nota que los ingenieros de la compañía coreana han tomado buena nota de lo que falló en su excelente predecesor para presentar un smartphone realmente completo y al que resulta complicado encontrar puntos débiles.

Diseño y construcción

En un primer contacto, el LG G3 recuerda poderosamente al sublime HTC One (M8), uno de los mejores teléfonos que han pasado por el laboratorio técnico de MuyComputer. La firma coreana ha decidido sustituir el aluminio por un plástico de alta calidad que lo imita a la perfección en lo visual pero que, evidentemente, no tiene el mismo tacto que el metal. Si es el precio a pagar por tener un 5,5 pulgadas que pesa solo 150 gramos bienvenido sea, al menos desde nuestro punto de vista.

El uso de plástico no implica una construcción de baja calidad. El chasis está diseñado como unibody y para acceder al compartimiento de tarjetas y de batería hay que retirar la carcasa posterior al completo. Nos hubiera gustado ver un sistema de apertura más eficaz y unas bisagras más cuidadas, si bien es cierto que la gran mayoría de usuarios abriran esta tapa un par de veces durante toda la vida útil del dispositivo.

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A los no habituales de la marca les sorprenderá encontrar los botones de encendido, bloqueo y controles de volumen junto a la cámara, en la parte trasera. Dejando a un lado que es necesario usar el teléfono unos días para acostumbrarse, no encontramos la razón para situarlos en esa posición en lugar de en los laterales; es fácil confundirse, se pueden pulsar de forma accidental y se mancha la cámara. Además, obliga a llevar una funda que deje expuesta una zona delicada del terminal para no perder esos controles.

A diferencia de algunos de sus competidores, el LG G3 no puede presumir de certificaciones que garanticen su resitencia al polvo o a las salpicaduras. Oficialmente, la marca no comparte los baremos de calidad establecidos y muestra sus dudas sobre las condiciones de las pruebas que permiten certificar el proceso.

Respecto a su antecesor, el LG G3 crece 8 mm. de alto y resulta complicado manejarlo con una sola mano. Se agradece detalles como la curva de la parte posterior, la delgadez o el peso ajustado del terminal, pero en estas diagonales la barrera entre el smartphone y el phablet se vuelve muy difusa. Como siempre, gana en todo lo relacionado con uso de aplicaciones, web y multimedia a cambio de perder portabilidad y comodidad a la hora de usar su función primordial: el teléfono. Nuestra recomendación es usar un buen kit de auriculares con manos libres (los que vienen incluidos son aceptables, sin más).

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Fuerza bruta en formato smartphone

De la combinación de un potentísimo procesador Qualcomm Snapdragon 801 (quad-core, 2,5 GHz), 2 Gbytes de RAM y 16 Gbytes de almacenamiento solo podíamos esperar buenas noticias que el banco de pruebas ha terminado por confirmar. El LG G3 es una bestia tecnológica que mueve Android y cualquier aplicación con una fluidez sobresaliente, incluyendo escenarios multitarea complejos o trabajos con archivos pesados.

Para no aburrir demasiado prescindimos de las colecciones de gráficas de rendimiento que podréis ver por Internet y resumimos en dos valores absolutos: 30502 puntos en AnTuTu 4 y 2701 en GeekBench 3 indican que estamos ante un digno representante de la gama alta y que puede presumir de un rendimiento sobresaliente. Sí, en pruebas sintéticas veréis como se encuentra por debajo de modelos como el Galaxy S5 o el Xperia Z2 pero, en la práctica, es casi imposible que el usuario final llegue a detectar estos matices con aplicaciones reales.

Esta exhibición de potencia, lejos de un artificio orientado al marketing, resulta imprescindible para mover el ecosistema Android a una resolución de 1.440 x 2.560 píxeles en una pantalla de 5,5 pulgadas. La pantalla del LG G3 es espectacular y, si bien las diferencias con un 1080p en acciones habituales no son evidentes, resulta una gozada para disfrutar de las fotos, leer o trabajar en un entorno multiventana.

En lo relativo a la ausencia de contenidos preparados para aprovechar tan densidad de píxeles nos encontramos en un escenario habitual en las primeras generaciones de una tecnología; pasó con el 1080p, pasó con los contenidos 3D y está pasando con el salto al 4K. El riesgo de ser un early adopter y disfrutar antes que nadie de lo que viene implica este tipo de problemas.

 

 

La batería de 3.000 mAh que incorpora es todo un acierto, teniendo en cuenta el ingente consumo de recursos de su pantalla y el calor que genera. A pesar de los automatismos para controlar el brillo, resulta complicado superar el día completo de uso intensivo si incluimos un par de horas de uso de multimedia o de aplicaciones especialmente exigentes como los juegos. Controlando este aspecto y manteniendo un poco de disciplina en la conectividad web y AGPS si podemos mantenerlo en los valores habituales de cualquier smartphone de su categoría. De nuevo, es el precio a pagar por uno de los mejores paneles que podemos disfrutar en un dispositivo móvil y son los posibles compradores los que deben valorar si merece la pena tal sacrificio.

En lo relativo al software, bastan 10 minutos con el dispositivo para darse cuenta que los ingenieros de LG han aprovechado el «retraso» para sacar partido a Android 4.4.2 KitKat. La capa de optimización Optimus funciona a la perfección, no resulta intrusiva ni está cargada de efectos especiales o florituras que supongan mermas de rendimiento (algo que resultaría complicado, teniendo en cuenta la dotación de hardware del dispositivo).

Entre los extras para mejorar la experiencia Android (todos se pueden desactivar) encontramos Smart Bulletin, un espacio para noticias e información útil para el usuario inspirada en apps como BlinkFeed de HTC o My Magazine de Samsung. Al menos en este primer estadio lo encontramos bastante limitado, aunque está bien resuelto en términos de diseño y funcionalidad y puede resultar interesante para determinado perfil de usuario.

Ficha técnica

Otra novedades interesantes es la función multi ventana, que incluye mejoras respecto a la competencia como el recordatorio automático de las combinaciones de apps que utilizamos, soporte QSLIDE, un LG Health todavía un poco verde y Knock Code, un sistema para cuentas de invitado con el que podemos restringir el acceso a las aplicaciones que queramos.

Una cámara sobresaliente

El LG G3 incorpora una cámara trasera con sensor de 13 megapíxeles y una calidad óptica excelente, de lo mejor que hemos tenido la ocasión de probar este año. A pesar de la densidad de píxeles del sensor, no hay problemas graves de ruido en condiciones normales y el modo HDR funciona especialmente bien, con un tratamiento menos intrusivo que la competencia y un resultado fantástico en las fotografías habituales que se realizan con un smartphone.

La aplicación de cámara sigue la senda de los nuevos modelos Android y muestra muy pocos controles en pantalla (podemos acceder al resto si queremos), permite controlar el enfoque pulsando la pantalla y la respuesta es rápida y precisa. Sobresaliente sin dudas en este punto.

El lo relativo a vídeo, el LG G3 ofrece grabación de vídeo 2160p a 30 fps por segundo, junto con los modos 1080p a 30 fps y 720p hasta 120 fps, en modo cámara lenta. El audio se captura la 156 Kbps, un bitrate de notable calidad que se ve apoyado por un sistema de reducción de ruido de fondo que funciona realmente bien.

Conclusiones

El LG G3 es un terminal notable, preparado para competir en igualdad de garantías con la gama alta. A su favor, una pantalla impresionante, una cámara espectacular y un software muy pulido y bien optimizado. La diferencia de rendimiento en los test sintéticos no nos parece preocupante en absoluto y apostamos a que se irán suavizando en sucesivas versiones de las pruebas y cuando LG actualize el dispositivo.

Siendo realistas, no hay mucho contenido capaz de aprovechar la impresionante resolución del smartphone y, como nos temíamos, ese despliege de píxeles termina por penalizar la duración de la batería. Los posibles compradores de este producto deberían preguntarse si presumir de una de las mejores pantallas del mercado bien vale prescindir de unas horas de autonomía o todo lo contrario. Terminamos el análisis con una síntesis de los puntos fuertes y débiles y os animamos a continuar el debate y plantear dudas en la sección de comentarios:

Lo mejor:

  • La calidad de la pantalla es impresionante.
  • Cámara excelente y el enfoque automático por láser una gozada
  • Tamaño contenido, teniendo en cuenta el panel de 5,5 pulgadas
  • Batería extraíble y ranura para tarjetas microSD

Lo peor:

  • La autonomía se ve perjudicada por el consumo y el calor que genera la pantalla
  • Plásticos notables, pero plásticos al fin y al cabo
  • Aplicaciones propietarias como Smart Notice o LG Health necesitan mejorar

Me encargo de traer innovación y nuevo negocio al grupo TPNET. Además colaboro en varios de nuestros sitios como MC y MCPRO.

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