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A Fondo

Mazda 6 Wagon, tiburones

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«Es un gran tiburón blanco, es un devorador de hombres» Jefe Brody (Tiburón, 1975)

Sombras furtivas sobre el fondo, es difícil juzgar el tamaño de qué objeto opaco las está proyectando. Otra pasada y más sombras que se deslizan por las rocas y se rompen sobre el coral. Y luego una gran sombra como cuando pasa el ferry de las cinco y cuarto. Pero no son las cinco y cuarto. En un instante las sombras nerviosas y escurridizas han desaparecido en un parpadeo y en el fondo reina solitaria la sombra imponente que se desplaza en círculos pacientemente. Parece como si el mismo sol se oscureciera un poco ante esa presencia amenazadora e imponente que se ha convertido en un instante en el rey del mar.

Tras las rocas y en todos los huecos que han encontrado en su apresurada huida los peces esperan que el olfato del tiburón no les delate, que pierda la paciencia y busque sorprender a otras criaturas más incautas en otros caladeros, que Poseidon les asista y le susurre al oido que deje de dar vueltas y se dirija mar adentro en busca de corrientes más cálidas. Pero con implacable paciencia el tiburón sigue dando vueltas rozando de vez en cuando el fondo desprendiendo algún fragmento de coral. Y mientras tanto a cada giro, a cada impulso de sus aletas se acerca arrogante y seguro de su poder. Y yo, el gran blanco, le espero pacientemente.

El diseño de las líneas de los automóviles, especialmente los modelos deportivos, recuerdan en ocasiones otras formas que podemos encontrar en la naturaleza como felinos, aves… En el caso del Mazda 6 Wagon con ese morro pronunciado y agresivo su diseño me recuerda poderosamente a un tiburón emulando el producto de siglos de evolución para conseguir la menor resistencia posible al avance en el agua con una línea aerodinámica que es tremendamente atractiva y que transmite una deportividad que es una inconfundible seña de identidad de la casa.

Ficha técnica

Y como señas de identidad que ha ido cultivando Mazda a lo largo de los años hay otros elementos importantes que también incorpora este Mazda6 tal y como hemos tenido la ocasión de comprobar en nuestra prueba sobre el terreno de este modelo con un guiño a las necesidades de una familia pero con espíritu deportivo. El fabricante japonés lleva años innovando en muchos aspectos dentro de la industria automovilística, volcándose por un lado en avances más prosaicos como aumentar la eficiencia de los motores y otros más emocionales como conseguir que sus coches sean divertidos de conducir.

Futuro prometedor

Pero además de este trabajo intenso (cuyo último fruto es la nueva y prometedora versión de su Mazda 3) los responsables de diseño de Mazda consigue reflejar ese cuidado de las sensaciones al volante con unas líneas deportivas suaves y elegantes, sin estridencias en forma de pronunciados spoilers o faldones pero con la aerodinámica y la seducción a través de las líneas de la carrocería como principales señas de identidad. Y hay que decir que el Mazda 6 es un excelente ejemplo de este trabajo en equipo de la marca japonesa.

Como apuntamos el diseño exterior de la berlina de mayor tamaño de Mazda es de un carácter muy deportivo, siguiendo las directrices de la categoría de ranchera deportiva o Sport Wagon que aún sigue dando alegrías a la vista por parte de ciertos fabricantes dispuestos a no rendirse (del todo) al fenómeno SUV y ofrecer algo más de espacio de carga sin renunciar, es más, acentuando las líneas deportivas de la carrocería. Lo más sobresaliente es sin duda la parte delantera, un morro interminable que acaba en una enorme pareja de faros que flanquean una atractiva calandra negra rodeada en su parte inferior por un acabado de color aluminio.

Bajo la calandra un gran spoiler en color de la carrocería con discretas tomas de aire y dos líneas también de aluminio a los lados. Toda una obra escultórica que nos muestra en todo su esplendor la filosofía KODO desarrollada en distintas mesas de trabajo en los estudios de diseño que tiene la marca japonesa repartidos entre Alemania, Japón y Estados Unidos. La parte trasera es parecida a la que encontrábamos en la generación anterior del Mazda6 SW aunque en este caso el paragolpes es del color de la carrocería pero la línea aerodinámica es lo que prima y desciende en la parte posterior lo que afecta a la habitabilidad de las plazas traseras.

Hay dos elementos fundamentales que resaltan al acceder al interior del Mazda6: la vista y el tacto. En cuanto al primer punto la impresión es de berlina premium, con un estilo minimalista que es otra de las señas de identidad de los modelos japoneses en los que la mirada se desliza por las líneas curvas sin encontrar obstáculos y en la que los elementos se encuentran donde se supone que deberían estar. El tacto es el que se supone a un modelo de representación, con materiales blandos y profusión de telas con sus correspondientes pespuntes en zonas estratégicas como el salpicadero o el pomo del cambio.

Materiales actualizados

Con respecto a la generación anterior se nota que se ha hecho un gran trabajo actualizando los materiales y acabados para competir con rivales alemanes y suecos sin abandonar la sencillez del planteamiento. Tras el volante encontramos una configuración clásica de tres diales, pero el dial central que muestra los datos de velocidad en kilómetros por hora es completamente digital y muestra además del velocímetro distintos datos de funciones de abordo y sistemas de ayuda a la conducción. La pantalla del sistema de información y entretenimiento sobresale de la parte superior del salpicadero como en el resto de la gama y su funcionamiento es tan bueno como en los demás modelos de la marca.

Es compatible tanto con Android Auto como con CarPlay de Apple y la pantalla de 8 pulgadas es tan legible como la de sus hermanos. Un buen sistema de GPS acompaña un equipo de música, en el modelo probado, de 6 altavoces. Las entradas USB en total son tres, dos delanteros y uno trasero, que permiten reproducción de música además de la conexión Bluetooth que también ofrece la posibilidad de reproducir a través del teléfono móvil. Un pequeño pero es el pequeño espacio para colocar el teléfono móvil al que además no se puede acoplar un sistema de carga inalámbrica.  Los diseñares de coches tendrían que actualizarse, sobre todo en el caso de berlinas premium, sobre los tamaños de los móviles actuales…

El Mazda6 dispone de un buen paquete de ayudas activas y pasivas a la conducción. Uno de los más curiosos es el HUD, el sistema de proyección de información en este caso «de verdad» ya que no precisa de una pequeña pantalla adicional sino que proyecta directamente sobre el parabrisas. El modelo que probamos disponía de faros Full Led, cámaras de visión 360 grados, asistente a la fatiga, control de crucero adaptativo, reconocimiento de señales, frenado de emergancia con detección de peatones (delantero y trasero)… El sistema de detección de cambio de carril sin embargo es pasivo, es decir, solamente avisa y no se hace con el control parcial del volante.

Asientos premium

Los asientos delanteros del modelo que hemos probado (tapicería en cuero blanco) es muy agradable al tacto y usable en invierno y verano gracias al sistema de calefacción y refrigeración de los asientos. A pesar del material el diseño es un compromiso de los más acertados con los que nos hemos encontrado entre comodidad y sujección por lo que permiten realizar maniobras de giro a velocidades elevadas sin que tengamos que hacer esfuerzos para mentenernos en nuestro sitio. El puesto de conducción está muy envuelto sobre todo en la parte del túnel central con un acolchado que no estorba a la hora de accionar el acelerador y que permite apoyar el brazo de forma cómoda para accionar el dial de control del sistema de infotainment.

En la parte trasera la habitabilidad no es de las más sobresalientes en coches de esta categoría. Sin embargo el diseño aerodinámico de la parte trasera no penaliza a los pasajeros en altura ya que la línea desciende ya a partir de la zona del maletero. Es en anchura la cota en la que hay que hacer más sacrificios ya que tres personas se acomodan con algo de dificultad si son de cierto tamaño mientras que hay suficiente espacio para las piernas. Hay bastantes espacios para guardar objetos, aunque no se trata de un monovolumen, pero encontraremos capacidad de sobra en los alojamientos de las puertas y debajo del reposabrazos así como en la guantera.

Nos han gustado mucho los acabados en general con especial cuidado en las zonas donde puede haber despistes como el acolchado del techo, el acabado en la parte inferior de los asientos, las costuras de los mismos o los plásticos más sacrificados como el material de la pieza de plástico que asoma entre los asientos delanteros y donde se ubican las tomas de aire de ventilación para las plazas de atrás. Buenos los acabados también en los lugares donde se encajan elementos como el bloque de mandos de climatización, los botones del volante e incluso la zona del maletero.

Maletero capaz

La parte trasera es la razón de ser de esta versión ya que ofrece un maletero con mayor capacidad (522 litros), aunque hay que decir que la línea del coche es lo suficientemente atractiva por optar por esta versión aunque no se precisen esos centímetros cúbicos de más para colocar la carga. Como el resto del coche el acabado del maletero está muy cuidado, con una red extensible que se pliega cuando cerramos el maletero y deja protegida la carga en todo momento sin necesidad de que la extendamos nosotros cada vez. No hay muchos elementos de sujección ni accesorios o huecos adicionales, pero tampoco se trata de un espartano SUV o un práctico monovolumen.

Como siempre tras una revisión en estático de las características del vehículo es el turno de la prueba dinámica, y eso con un Mazda es sinónimo de diversión. El coche dispone de un motor diésel de 184 caballos de la familia Skyactiv-D que como es tradición en la marca japonesa es de un cubicaje grande para lo que se estila en el mercado de automoción actual. Son 2.2 litros que aseguran una progresividad y suavidad que es difícil de alcanzar con motores más «apretados», con cilindradas más pequeñas obligadas a rendimientos altos. Y este motor no defrauda: la suavidad es realmente sorprendente desde bajas revoluciones, incluso en frío.

La progresividad se convierte en potencia siempre dispuesta en la zona alta de revoluciones comportándose a veces casi como un gasolina cuando exigimos potencia. El motor es muy alegre y dispuesto y aunque un diésel resta siempre algo de sensaciones hemos de decir que este motor de Mazda es de los más traviesos con los que hemos podido jugar. El cambio automático de seis velocidades de convertidor de par en cambio no suma deportividad ya que parece más configurado para una conducción confortable y es necesario recurrir al modo manual o a las levas del volente para sacar un poco más de alegría y agilidad de respuesta, aunque no la echamos demasiado en falta.

Nos ha gustado mucho el comportamiento del Mazda6 en curva, con buenas sensaciones en la dirección que transmite bastante las reacciones del coche y una amortigación que no siendo extremadamente deportiva permite ciertas licencias a la hora de afrontar curvas a cierta velocidad. Ni balanceos ni titubeos en entrada ni en salida y sin necesidad de hacer sacrificios a la hora de afrontar recorridos bacheados. Atención, es menos confortable que berlinas de este nivel pensadas para viajar pero el sacrificio es bien pequeño si lo que buscamos es de vez en cuando cometer alguna travesura en carreteras viradas.

Conclusiones.

Con Mazda pasa algo parecido a lo que nos pasa con Alfa Romeo, y esta comparación no es ni mucho menos una casualidad. A la hora de diseñar y fabricar coches hay que plantearse prioridades y en el caso de estas marcas las sensaciones están en los lugares más altos cuando se ponen manos a la obra. El ingrediente adicional de Mazda es que además ha invertido mucho en buscar sus propios caminos a la hora de diseñar motores y ha conseguido desmarcarse del resto con propulsores eficientes pero también capaces de poner su parte en el capítulo de emociones. Y la evolución, por lo que anuncia la marca, no tiene pinta de parar con modelos en un futuro próximo con tecnología micro híbrida merecedores de la pegatina Eco y con la misa personalizar que los del resto de la familia.

Este Mazda6 nos ha parecido muy bueno en muchos aspectos, pero sobre todo sobresaliente en la fidelidad a la filosofía Sport Wagon en la que ofrecer una carrocería ranchera no significa renunciar a una personalidad ni a una línea deportiva sino todo lo contrario. Si ponemos en el lado positivo de la balanza los acabados muy mejorados, los excelentes sistemas de ayuda (con alguna pequeña laguna) y el buen confort de marcha es difícil no recomendar este coche para el que busque algo más de espacio pero de vez en cuando busque algo de emoción.

Valoración Final
7.8 NOTA
NOS GUSTA
Acabados de alto nivel, tacto deportivo
Motor suave y progresivo pero enérgico
A MEJORAR
Faltan algunas opciones premium como carga inalámbrica
RESUMEN
Es uno de los modelos que mejor combinan deportividad y espacio con un diseño muy cuidado y un comportamiento excelente
Prestaciones8.5
Diseño9
Consumo7
Confort6.5
Sistema de infoentretenimiento8

 

 

 

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