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Fitbit Flow, otro ventilador de emergencia contra la pandemia del COVID-19

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Fitbit Flow

Fitbit Flow es un ventilador creado por la compañía especializada en wearables. Acaba de ser aprobado por la agencia FDA estadounidense para uso en emergencias como la actual pandemia COVID-19 y es otro de los diseños que distintas compañías han creado con esta finalidad.

El coronavirus SARS-CoV-2 llegó como un ciclón y reveló la falta de equipamiento médico en todo el mundo para tratar los pacientes infectados más graves, incluso en sistemas de salud públicos tan avanzados como el español. Simplemente no estábamos preparados.

Teniendo en cuenta que las complicaciones más graves de los pacientes por COVID-19 (al igual que otros coronavirus) están relacionados con problemas respiratorios como las neumonías, los ventiladores mecánicos son una parte fundamental del equipamiento sanitario para proporcionar respiración asistida y en los casos críticos, suplen por completo la ventilación pulmonar espontánea de un ser humano mediante ventilación mecánica.

Comprobada la escasez, distintas empresas y equipos, no especializados en equipamiento sanitario, pero con capacidad de diseño y producción, pusieron en marcha distintos proyectos para fabricarlos. hemos visto varios. Uno de los más interesantes se puso en marcha en España por HP y Seat. También otros de Tesla, Ford, General Motors, Maingear o los que usan la Raspberry Pi Zero.

Fitbit Flow

La compañía de Google también ha diseñado su propio ventilador. Como los anteriores, son equipos de «último recurso» destinados a situaciones de emergencia y no sustituyen a los equipados en instalaciones como UCIs fabricados por empresas especializadas y que ofrecen seguridad completa para soporte vital en pacientes críticos que no pueden realizar una ventilación pulmonar espontánea, necesitando intubación y ventilación mecánica artificial. Con todo, pueden salvar vidas en situaciones como la de una pandemia.

Fitbit Flow

Fitbit Flow es muy similar a otros ventiladores de emergencia. Bombea oxígeno a los pulmones cuando el paciente lo necesita, controla la respuesta de la persona y ayuda a eliminar el dióxido de carbono que exhala el pulmón. Usa el mismo tipo de bolsas de reanimación utilizada por los paramédicos en una emergencia y monitoriza el estado del paciente y el funcionamiento del dispositivo con una serie de sensores y alertas. Puede usarse en una localización fija o en un soporte móvil para llevarlo donde se requiera. 

Cuenta con una interfaz fácil de usar y lo más importante es que no requerirá operadores tan especializados como los especialistas de UCIs. La compañía ha prometido «el mismo rango de precios bajos» que otros respiradores de emergencia y espera trabajar con organizaciones de todo el mundo para fabricar las unidades necesarias.

No está clara su demanda teniendo en cuenta los otros proyectos que hay en marcha y que pueden pasar semanas/meses hasta que estén disponibles, pero mejor que sobren. El instituto NECSI está recopilando una lista estratégica mundial de ventiladores mecánicos bajo código abierto. Seguramente no estarán disponibles para atender la crisis del COVID-19, pero nos permitirá estar más preparados para próximos brotes u otras pandemias futuras que los científicos no excluyen.

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