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Las vacunas de Pfizer y Moderna finalizan sus ensayos, y los resultados son muy prometedores

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Las vacunas de Pfizer y Moderna finalizan sus ensayos, y los resultados son muy prometedores

Aunque son muchos los ensayos que se están llevando a cabo, las vacunas de Pfizer y Moderna son, a día de hoy, las que se encuentran en un estado más avanzado y las que, a día de hoy, resultan más prometedoras. Es seguro que, en las próximas semanas, y con más intensidad en los próximos meses, recibiremos más buenas noticias al respecto, pero lo cierto a día de hoy es que son las vacunas de Pfizer y Moderna las que, aún con toda la cautela del mundo, apuntan a que en unos meses la «vieja normalidad» estaría más y más cerca.

Ya te contamos la semana pasada que, con la fase 3 ya bastante avanzada, la vacuna de Pfizer, cuya denominación es BNT162b2, apuntaba a una efectividad superior al 90 por ciento. Hoy Pfizer y BioNTech han publicado un comunicado en el que confirman que la fase de ensayo ha finalizado, y que la efectividad final de la vacuna ronda el 95%. Una efectividad que, además, es constante independientemente de la edad, el género, la raza y la etnia. Y en cuanto a sus posibles efectos adversos, solo se ha observado fatiga, en un 3,8% de los participantes, y dolor de cabeza, en un 2%.

Así, Pfizer y BioNTech remitirán en breve toda la documentación necesaria a la FDA, el regulador estadounidense que vela por la seguridad alimentaria y de los medicamentos, con el fin de iniciar un proceso de emergencia para aprobar su uso lo antes posible.  Las empresas esperan producir a nivel mundial hasta 50 millones de dosis de vacunas en 2020 y hasta 1.300 millones de dosis para fines de 2021. A este respecto, la carrera entre las vacunas de Pfizer y Moderna parece haberla ganado Pfizer.

En un estado parecido se encuentra mRNA-1273, la vacuna de Moderna, de la que ya te hablamos hace algún tiempo y que se encuentra próxima a finalizar su ensayo, con unos primeros datos finales que apuntan a una efectividad del 94,5%, según podemos leer en su comunicado. Una vez finalizado el mismo habrá que comprobar si se mantienen los números o, como en el caso de Pfizer, suben con respecto a la valoración previa. Y cabe entender que tal y como llegue a ese punto, iniciará un proceso similar al de Pfizer para poder iniciar su distribución lo antes posible.

Un aspecto llamativo de las vacunas de Pfizer y Moderna es que, en realidad, son bastante parecidas (aunque no idénticas). Ambas se basan en ARN Mensajero, una técnica que ya llevaba tiempo en estudio pero que no se había empleado hasta el momento, y que permite que el sistema inmune identifique la glicoproteína que forma la espícula del patógeno. Así, el virus es incapaz de establecer su enlace con la célula atacada y, por lo tanto, ya no es capaz de infectar al anfitrión.

Lejos quedan, las vacunas de Pfizer y Moderna, del modelo de vacuna que nos enseñaron cuando éramos niños, Edward Jenner tendría que hacer un gran esfuerzo para entender cómo funcionan BNT162b2 y mRNA-1273 (casi tanto como para memorizar sus nombres actuales), pero resulta tremendamente interesante profundizar en el funcionamiento de ambas y, ya que uno se pone, aprovechar para recordar la importancia del sistema linfático y todo lo que hace por nosotros. Para tal fin, recomiendo encarecidamente este vídeo

Hay, eso sí, una diferencia entre las vacunas de Pfizer y Moderna, y es que las condiciones de transporte y conservación de la primera son más complejas que las de la segunda. Como ya te contamos, BNT162b2 requiere de una temperatura que no puede estar por encima de los menos setenta grados, algo que supone un auténtico desafío logístico. La de Moderna, sin embargo, se puede almacenar en un refrigerador durante un mes (la de Pfizer requiere hielo seco, solo puede permanecer en refrigerador un máximo de cinco días).

Sea como fuere, ya tenemos un ensayo finalizado, otro en puertas y, como indicaba al principio, no tardaremos demasiado en empezar a recibir más noticias en este sentido por parte de otros laboratorios. Las vacunas de Pfizer y Moderna apuntan a ser las primeras, pero no las únicas. Y esto es tremendamente positivo, porque más allá de la carrera para ver quién llega antes, los niveles de demanda van a ser, evidentemente, altísimos, y por lo tanto cuantas más alternativas haya, muchísimo mejor. Si 2020 ha sido el año del coronavirus, cada vez tengo más claro que 2021 será el año de la vacuna, y 2022 el de la recuperación.

Si me dieran una cana por cada contenido que he escrito relacionado con la tecnología... pues sí, tendría las canas que tengo. Por lo demás, música, fotografía, café, un eReader a reventar y una isla desierta. ¿Te vienes?

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