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El dióxido de carbono en la atmósfera alcanza el nivel más alto de la historia humana

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La cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera terrestre alcanzó 419 partes por millón en mayo, su nivel más alto en cuatro millones de años, según los datos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA).

Después de caer con fuerza el año pasado debido a la paralización de la economía mundial por los confinamientos para frenar la pandemia del COVID-19, las emisiones de gases de efecto invernadero han comenzado a dispararse nuevamente a medida que las economías se abren y el mundo va retomando la actividad laboral y los viajes.

Los datos recientemente publicados sobre los niveles de dióxido de carbono de mayo muestran que la comunidad global hasta ahora no ha logrado frenar la acumulación de gases que atrapan el calor en la atmósfera, dijo la NOAA: «Estamos agregando aproximadamente 40 mil millones de toneladas métricas de contaminación de CO2 a la atmósfera cada año», dijo Pieter Tans, científico senior del Laboratorio de Monitorización Global de la NOAA en un comunicado. «Si queremos evitar un cambio climático catastrófico, la máxima prioridad debe ser reducir la contaminación por CO2 a cero lo antes posible».

Dióxido de carbono: récord absoluto

La medición de mayo es el promedio mensual de datos atmosféricos registrados por la NOAA y la Institución de Oceanografía Scripps en un observatorio meteorológico situado en la cima del volcán Mauna Loa de Hawai que lleva ofreciendo datos desde 1958. El promedio mensual de NOAA a partir de sus mediciones llegó a 419,13 partes por millón en mayo, y los científicos de Scripps calcularon su promedio en 418,92.

Es el nivel más alto de la historia humana. La última vez que la atmósfera contuvo cantidades similares de dióxido de carbono fue durante el período Plioceno, dijo la NOAA, hace entre 4,1 y 4,5 millones de años. En ese momento, el nivel del mar era 23 metros más alto que el actual, el planeta en promedio era 7 grados Fahrenheit más cálido, y la tundra ártica actual estaba llena de grandes bosques.

El dióxido de carbono es un gas de efecto invernadero que permanece en la atmósfera durante cientos de años. El último siglo ha registrado fuertes aumentos de dióxido de carbono y los científicos creen que está impulsado casi en su totalidad por la actividad humana, principalmente por la quema de combustibles fósiles. Los efectos del cambio climático son terribles y ya se están sintiendo a medida que huracanes más grandes e intensos, inundaciones, olas de calor e incendios forestales azotan habitualmente a comunidades de todo el mundo.

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Para evitar escenarios aún más nefastos en el futuro, los países deben reducir drásticamente sus emisiones de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero, dicen los científicos. «Todavía tenemos un largo camino por recorrer para detener el aumento, ya que cada año se acumula más CO2 en la atmósfera», dijo el geoquímico de Scripps Ralph Keeling. «En última instancia, necesitamos recortes que sean mucho mayores y sostenidos por más tiempo que los cierres relacionados con el COVID en 2020».

El científico de la NOAA, Tans, sugirió que la sociedad tiene las herramientas que necesita para dejar de emitir dióxido de carbono. «La energía solar y la eólica ya son más baratas que los combustibles fósiles y funcionan a las escalas que se requieren», aseguró. «Si tomamos medidas reales pronto, aún podríamos evitar un cambio climático catastrófico».

Cambio climático

No sabemos cuantos avisos necesitará el mundo para entender lo que está pasando. En la presentación del reciente estudio «El estado del clima mundial 2020» preparado por la Organización Meteorológica Mundial el Secretario General de la ONU declaró que el mundo estaba «al borde del abismo». 

Compilado por la OMM y una amplia red de organismos asociados que lo controlan por todo el planeta, es una actualización de la versión provisional publicada en diciembre de 2020 y está acompañado de un mapa histórico sobre los indicadores climáticos a escala mundial y efectos en los océanos, gases de efecto invernadero, criosfera, crecidas y sequías, incendios, ciclones. La conclusión es simple: Incluso con la desaceleración de la economía por la pandemia del COVID-19 el mundo no ha logrado frenar los motores del cambio climático ni la aceleración de sus impactos.

Gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono tiene responsabilidad directa en el cambio climático. Hemos alcanzado un punto de inflexión crítico y son necesarios cambios rápidos y de gran alcance, sin excusas. O cambiamos o el planeta nos cambiará por la fuerza.

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