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Nueva tanda de despidos masivos en Twitter

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Nueva tanda de despidos masivos en Twitter

Hoy se cumplen diez días desde que se iniciara el proceso de despidos masivos en Twitter. La cosa pintaba mal desde el primer momento y, como fuimos sabiendo a lo largo de ese fin de semana, lo que tuvo lugar fue una auténtica sangría, con departamentos enteros despedidos en bloque, en algunos casos de manera tan arbitraria que, pocas horas después, la red social se vio obligada a contactar con parte de los despedidos (docenas de ellos, según las fuentes) para pedirles que volvieran al trabajo.

Con su fuerza de trabajo drásticamente disminuida en tan solo un fin de semana, parecía que esa parte tan cruda de los planes de Elon Musk para Twitter había concluido, y que llegaba el momento de centrarse en los planes de negocio para intentar mejorar la monetización de la red social, que es lo que verdaderamente preocupa al multimillonario que, no tengo pruebas pero tampoco dudas, cada día se debe estar arrepintiendo más de la bravuconada de decir que quería comprar Twitter.

Y digo que parecía que esa parte tan cruda había finalizado, pero resulta que no ha sido así. Y es que este fin de semana, más concretamente ayer domingo, Twitter habría llevado a cabo una segunda tanta masiva de despidos. Un proceso que, según fuentes de Casey Newton, habría acabado con nada menos que el 80% de los trabajadores externos, es decir, subcontratados por la red social a través de empresas de servicios y similares. Hasta el momento el número de empleados subcontratados era de alrededor de 5.500, pero los despidos habrían afectado a alrededor de 4.400.

El hecho de que fueran trabajadores subcontratados no debe hacernos pensar que no formaran parte de la fuerza de trabajo de Twitter, pues muy al contrario, trabajaban en departamentos como moderación de contenidos (precisamente el único capaz de apaciguar la incertidumbre de los anunciantes) y de marketing, entre otros. Tenían, como los contratados directamente por Twitter, acceso al Slack corporativo y participaban en el día a día del trabajo de la red social como los demás.

Y digo que tenían acceso al Slack, también en pasado, porque de nuevo las formas han brillado por su ausencia, de modo que muchos de estos trabajadores se han enterado de que Twitter había decidido prescindir de sus servicios precisamente al intentar acceder a esta herramienta de comunicaciones internas, solo para descubrir que su acceso a la misma había sido revocado. Otros, como se suele caricaturizar, se enteraron «por la prensa» y lo confirmaron al intentar acceder a Slack.

Un mal que se afirma que es endémico en las grandes tecnológicas es el de las plantillas supradimensionadas, como técnica para retener el talento y evitar, de ese modo, que éste recale en otras empresas (de la competencia, ya me entiendes). Twitter seguramente también cojeaba de ese pie hasta hace días, pero de ahí, e incluso con la necesidad de sanear las cuentas, el volumen total de trabajadores despedidos de Twitter está muy, muy por encima de lo razonable. Y sí, repito que Elon Musk necesita que le salgan las cuentas, pero vender las cuatro ruedas del coche para pagar la gasolina nunca ha sido la idea más brillante.

Si me dieran una cana por cada contenido que he escrito relacionado con la tecnología... pues sí, tendría las canas que tengo. Por lo demás, música, fotografía, café, un eReader a reventar y una isla desierta. ¿Te vienes?

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