Análisis
Apple MacBook Pro
El MacBook Pro no es el portátil más ligero del mundo (pesa 2,49 kilos), pero sí ha logrado estilizar su diseño y aumentar sus prestaciones, al mismo tiempo que incrementa la vida útil de la batería (hasta cinco horas según el fabricante y un poco menos tras nuestra experiencia de trabajo con él) siempre que se cambie al modo de ahorro de energía al elegir, de las dos tarjetas gráficas que incorpora, el modelo GeForce 9400M.
El MacBook Pro no es el portátil más ligero del mundo (pesa 2,49 kilos), algo que tampoco pretendía Apple al construir un equipo con pantalla de 15,4 pulgadas, pero sí ha logrado estilizar su diseño y aumentar sus prestaciones, al mismo tiempo que incrementa la vida útil de la batería (hasta cinco horas según el fabricante y un poco menos tras nuestra experiencia de trabajo con él) siempre que se cambie al modo de ahorro de energía al elegir, de las dos tarjetas gráficas que incorpora, el modelo GeForce 9400M.
Aparte de por su tamaño y por algunos detalles como la inclusión del puerto FireWire 800 y la ranura para tarjetas ExpressCard/34, el aspecto externo del MacBook Pro es idéntico al del MacBook analizado hace unas semanas en MuyComputer. Eso significa que también está basado en la carcasa «unibody» construida con una sola plancha de aluminio y que consigue un aspecto más delgado y ofrece mayor resistencia y durabilidad al evitarse las uniones en la parte superior del portátil (por supuesto, la tapa inferior, la que da acceso a las «entrañas» del equipo, sí que es una pieza más, incluso dos si tenemos en cuenta la placa que protege el disco duro, la batería y la memoria).
El nuevo MacBook Pro con carcasa «unibody» presenta una impresionante pantalla brillante de 15,4 pulgadas.
Más cambios respecto al anterior MacBook Pro los encontramos en sus teclas negras, en el trackpad Multi-Touch de mayor tamaño y en el marco negro que rodea su pantalla brillante, «marca de la casa» de la nueva generación de portátiles de Apple. Mientras que el teclado retroiluminado era una opción del modelo superior de MacBook (el de 2,4 GHz), en la familia Pro viene «de serie», muy recomendable si eres de los que te gusta trabajar por la noche y no te apetece tener la luz ambiental muy alta.
El teclado retroiluminado viene «de serie» en el MacBook Pro.
Al igual que hemos hecho con otros equipos de Apple, hay que mencionar el esfuerzo que está haciendo la compañía de la manzana por conseguir que sus productos sean más «verdes». En este sentido, la pantalla retroiluminada LED del MacBook Pro no contiene mercurio ni arsénico y emplea un 30% menos de energía que modelos sin esta tecnología. Además, Apple ha prescindido del PVC y de los retardantes de llama bromados para la fabricación de sus carcasas y placas base, pero es que tampoco utiliza bromo y cloro en la fabricación del MacBook Pro. El premio a todo esto es que cumple con la norma Energy Star y que ha recibido la certificación Gold de la EPEAT, un estándar medioambiental de la industria electrónica. Y por si fuera poco, todos los MacBook Pro vienen con un embalaje que es un 37% más pequeño que los de la generación anterior, lo que no sólo es una ayuda a las reservas forestales de nuestro planeta, sino que también permite transportar más portátiles a la vez al ocupar menos espacio, con el consiguiente ahorro de combustible que esto supone.
Jonathan Ive, vicepresidente de diseño industrial de Apple, fue el encargado de hablar de las virtudes de la nueva carcasa «unibody» de los MacBooks.
Pantalla y trackpad Multi-Touch
Su pantalla de retroiluminación LED panorámica brillante de 1.440 x 980 píxeles de resolución es más delgada que las típicas LCD que emplean lámparas fluorescentes de cátodos fríos (CCFL). Eso sí, como sucede en los últimos productos de Apple (como en el LED Cinema Display 24), no hay opción mate o brillante, en esta ocasión el MacBook Pro sólo viene con pantalla glossy que presenta unos colores muy brillantes, recomendables para la mayoría de los usuarios, salvo que te ganes la vida con el tratamiento de imágenes y te parezca que tanto brillo distorsiona la realidad y por tanto tu trabajo. Algo a destacar de su pantalla es que el cristal abarca toda la superficie y sólo cuenta con un pequeño borde metálico, además del marco de color negro ya comentado. Parece una tontería, pero este diseño facilita que toda nuestra atención se dirija a donde tiene que hacerlo: la zona de trabajo útil de la pantalla.
La tecnología LED de su pantalla permite que ésta sea más delgada.
Respecto al nuevo trackpad Multi-Touch que se comporta como si fuera un iPhone / iPod touch más pequeño, decir que no encontraremos botones, ya que todo el trackpad es un botón. De hecho, en su parte inferior, cuando la presionas, oyes el ruido que produciría un botón y también experimentas la sensación de que estás ejerciendo presión. Pero lo más llamativo de este Multi-Touch no es su mayor superficie de trabajo, lo mejor es que con unos sencillos gestos realizados con los dedos (dos, tres y cuatro dedos) podremos hacer cosas como desplazar ventanas, rotar imágenes, hacer zoom, cambiar de aplicación o incluso ver Exposé. Eso sí, si eres de los que no puedes vivir sin el botón derecho del ratón, podrás configurar una zona en el trackpad para que al pulsarla te permita acceder a los menús contextuales. Por cierto, si al principio no logras hacerte con los gestos que hemos comentado para hacer más fácil tu trabajo diario con el portátil, no desesperes, a todo el mundo le pasa, pero en poco tiempo te preguntarás cómo has podido vivir hasta este momento sin la tecnología Multi-Touch.
El nuevo trackpad Multi-Touch no tiene botones, toda su superficie es como un gran botón.
El FireWire aguanta el tipo
Mucho hemos hablado de la sorpresa que se llevaron algunos fans de Apple cuando descubrieron que el puerto FireWire había sido suprimido para siempre en los nuevos MacBooks y que Steve Jobs decía que el USB 2.0 era más que suficiente para el usuario más «normalito», al que va dirigido el modelo de entrada de la gama de portátiles de Apple. Estemos o no de acuerdo con esta decisión de los de Cupertino, afortunadamente tanto el MacBook Pro de 15,5 como el de 17 pulgadas sí que continúan incorporando un puerto FireWire, en este caso 800, olvidando al FireWire 400 para siempre. Además, mantiene dos USB 2.0 y da la bienvenida al nuevo Mini DisplayPort, el nuevo estándar de comunicación con dispositivos de imagen que tiene en el mencionado LED Cinema Display 24 al primero de los productos que lo aprovechan.
Al igual que en el MacBook, el modelo Pro ha situado en su lateral izquierdo todas las entradas del equipo, encontrando el conector MagSafe para la toma de corriente, una entrada Gigabit Ethernet, los mencionados FireWire 800, los dos USB 2.0 y el Mini DisplayPort, así como la entrada y salida de sonido, la ranura de tarjetas ExpressCard/34 y los indicadores luminosos que nos avisan del estado de la batería (cuando están iluminados en verde los ocho puntitos la batería se encuentra cargada totalmente y a medida que va perdiendo energía se dejan de encender los leds).
Dos tarjetas a elegir
Quizás la novedad más llamativa del nuevo MacBook Pro es que dispone de dos tarjetas gráficas de NVIDIA. ¿El motivo? Muy sencillo, la gente de Apple, pensando que la vida útil de la batería es una de las cualidades que más se buscan en un portátil, han incluido el procesador gráfico NVIDIA GeForce 9600M GT para cuando estés buscando el máximo de prestaciones, pero que si estás necesitado de mayor autonomía de la batería, tengas la opción de cambiar a la NVIDIA GeForce 9400M, que consume menos energía y es más que suficiente para el 75% de las tareas que hagamos con el equipo. De acuerdo a nuestras pruebas, la nueva GeForce 9600M GT es capaz de ejecutar hasta un 42% más rápido el test 3DMark que el modelo 8500M GT del anterior MacBook Pro. Incluso si optamos por el chip gráfico integrado NVIDIA 9400M, Apple dice que es un 80% más rápida que anteriores equipos con GPU dedicada.
Desafortunadamente, el MacBook Pro no es capaz de cambiar entre las diferentes GPU automáticamente (lo que los americanos llaman on the fly), por lo que nos tendremos que ir al Economizador de las Preferencias del Sistema, elegir entre Duración máxima de la batería o Máximo rendimiento, y a continuación el sistema cerrará la sesión y tras inciarse de nuevo ya estaremos en el modo de GPU elegido. Tanto en la imagen de arriba como en la de abajo se pueden ver los dos pasos que se necesita dar.
La diferencia entre usar una u otra tarjeta es visible sobre todo cuando se están ejecutando juegos o aplicaciones que demandan una gran cantidad de operaciones gráficas. La GeForce 9400 viene con 256 Mbytes de memoria compartida, mientras que la NVIDIA GeForce 9600M GT cuenta con 512 Mbytes de memoria DDR3. Ambos procesadores gráficos soportan NVIDIA PureVideo HD y aceleración por hardware H.264 y MPEG-2. Con estas credenciales podríamos disfrutar de películas en Blu-ray, pero desgraciadamente Apple no ofrece este tipo de reproductor de alta definición ni como opción; en su lugar tendremos la típica unidad SuperDrive de 8x.
También muy relacionado con el excelente rendimiento del MacBook Pro está su microprocesador Intel Core 2 Duo y su memoria DDR3 de 1066 MHz. En el caso del procesador hay que decir que existen dos modelos para el Pro de 15 pulgadas: el que corre a 2,4 GHz (P8600) y el de 2,53 GHz (T9400). Opcionalmente, se puede adquirir por 260 euros más un Intel Core 2 Duo a 2,8 GHz. Sólo el modelo de 2,4 GHz utiliza el modo de energía de 25 vatios anunciado en los procesadores Penryn la pasada primavera; los micros más rápidos usan los 35 vatios de la serie T.
Conclusiones
El nuevo MacBook Pro con carcasa «unibody» está mejor construido y es más atractivo, delgado y robusto que modelos anteriores, facilitando además mucho el acceso al disco, la batería y la memoria con sólo presionar sobre una palanca que hay en la base del equipo. Si en otras ocasiones hemos creído que nos encontrábamos ante un portátil «pata negra», ahora volvemos a confirmar este veredicto. Como ya hemos comentado, habrá muchos usuarios que no se sentirán cómodos por no poder elegir una pantalla mate, ya que la opción brillo es la única que hay, aunque a nosotros nos encanta el glossy. También es muy interesante destacar el buen balance que hay entre el peso y las prestaciones del equipo, ya que utiliza una batería más pequeña pero que está más optimizada que en modelos anteriores, por lo que si elegimos la GPU de máxima duración de la batería (la GeForce 9400M), podremos superar las cuatro horas de autonomía, aunque sin llegar a las cinco horas confirmadas por Apple en las especificaciones del equipo.
Sólo por esto ya estaría justificado comprar un nuevo MacBook Pro de 15 pulgadas, si bien no es un equipo barato: 1.749 euros con 2 Gbytes de RAM, procesador de 2,4 GHz, 256 Mbytes de memoria en la 9600M GT y disco duro de 250 Gbytes, o 2.199 euros con 4 Gbytes de RAM, procesador de 2,53 GHz, 512 Mbytes de memoria en la 9600M GT y disco duro de 320 Gbytes. Si tu presupuesto no te lo permite, no te olvides de que el MacBook es mucho más barato, aunque menos potente.
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