Amy Pascal fuera de Sony Pictures, otra consecuencia del ciberataque

Las consecuencias del ciberataque a Sony Pictures continúan y se llevará por delante a su máxima ejecutiva, la copresidenta Amy Pascal que ha anunciado su renuncia aunque se cree es una salida pactada con Sony Japon porque su carrera se daba por concluida en la compañía. Dicen los medios estadounidenses que es una de las ejecutivas más poderosas de Hollywood y llevaba en la productora de Sony desde 1988.

El ciberataque a Sony Pictures ya está considerado como el peor de la historia (conocido) a una compañía comercial por todas sus implicaciones. Además del daño económico directo que Sony ha cifrado en 15 millones de dólares, la desconfianza sobre la capacidad de la compañía para proteger sus datos y la de los clientes es un daño intangible, pero enorme. Más, cuando aún resuenan los ecos del ataque de Anonymous en la primavera de 2011 cuando dejó sin servicio a su plataforma de juegos PlayStation Network y la misma Sony Pictures, comprometiendo información personal y cuentas que alcanzaron a 100 millones de usuarios.

También importantes las consecuencias que ha tenido (y puede tener) en la política internacional ya que Estados Unidos acusó directamente a Corea del Norte del ciberataque. En plena ciberguerra fría, es la primera vez que un estado acusa a otro públicamente de ataques informáticos.

Los atacantes también robaron contenido de películas actuales y en producción y fueron filtradas en las redes de intercambio de archivos, así como datos personales de trabajadores de Sony Pictures, 100 Tbytes de datos robados incluyendo datos médicos, económicos y laborales de miles de empleados. Dos ex-empleados han presentado una demanda contra Sony Pictures por no proteger sus datos.

Por último, los ciberdelincuentes también se llevaron correos electrónicos de los ejecutivos del estudio. 12.000 correos electrónicos del presidente del estudio, Michael Lynton, que también fueron filtrados y otros de la misma Amy Pascal donde realizaba comentarios racistas, sobre el gusto cinematógrafico del presidente Obama y otros despectivos sobre actores de Hollywood.

Los grandes ejecutivos de Sony en Japón todavía están alucinando… La decisión de cortar la cabeza de Amy Pascal hace tiempo que estaba tomada aunque se camufle como renuncia.